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Capítulo 7.

Los Ángeles, Enero 2022.

Tres toques en la puerta del departamento hicieron sacar a Diego de sus casillas.

Era la tercera vez en esa semana que Joaquín no aparecía a una hora digna de la noche.

Diego miró el reloj en la pared, eran al rededor de las 2:00 a.m. de la madrugada, y esa rutina a la larga lo estaba cansando.

El rubio se limitó a hablar, sólo suspiro cuando escuchó la risa escandalosa de su compañero en el pasillo.

Mientras que Joaquín por su parte, se reía ante los efectos del alcohol.

Hey, shh, you must to be quiet when he comes to open de door —estaba borracho, realmente estaba mal, y como había pasado en los últimos meses, Joaquín pensó que Diego no diría nada al respecto.

Este abrió la puerta, y sí, su semblante lucía enojado y cansado.

El rubio tomó del hombro a Joaquín, el cual apenas y podía estar de pie.

Thank you for drive him home —le dedicó una sonrisa fingida, sin dejar que este hablara, y trató de cerrar la puerta.

But I come with him, and I'm going to stay! —alegó el chico de finas facciones, no era feo, pero Diego lo menos que quería era que Joaquín volviera a pasar un mal rato con otro chico que conoció en algún bar en Los Ángeles.

No, your not, so thank you for your help, you can go home now, 'cause he won't call you back —le dedicó otra sonrisa, y cerró la puerta mientras escuchaba como Joaco vomitaba en el baño del living room del departamento.

—¿Por qué no lo dejaste quedar Diego? —preguntó su compañero aún ebrio.

—¿Es una puta broma, cierto? —reclamó. Joaquín miró en su dirección, y eso hizo cabrear más a Diego.— No voy a discutir contigo sobre tus ligues, pero, ¿no crees que ya es suficiente? —estaba enojado, y Joaquín podría jurar que nunca lo había visto así.

—Necesito...—Bondoni no terminó la palabra, cuando el líquido salía de nuevo por su garganta.

Y Diego entendió todo, trataría de contrarrestar la borrachera a su amigo, y después encontraría nuevas formas de quitarle la resaca.

El rubio fue a preparar la bañera del cuarto de Joaquín, mientras le hacía un café y un sandwich para cuando este saliera.

Diego volvió a entrar al baño de huespedes, mirando el desastre que su compañero ya tenía, pero se limitó a suspirar molesto, y levantó a Joaquín como si fuera un costal, de esos que realmente no tienen ningún peso y lo llevó hacía el baño.

Lo bajó en el piso de este, comenzó a quitar su ropa, hasta dejarlo en paños menores, porque nunca iba a sobrepasarse con él.

A pesar de que Diego se sentía atraído con él, no iba a ser irrespetuoso, así que dejaba que Joaquín se quitara la ropa interior y se metiera en la bañera llena de burbujas olor lavanda.

Diego se percató que Bondoni ya estuviera dentro, y se giró para percatarse que no se hubiera hecho daño.

Y su sorpresa fue que encontró a un Joaquín jugando con las burbujas, y cuando Diego lo miró este se sumergió dentro de la bañera para así él tratar de bajar los efectos del alcohol.

Una vez que la cabeza de Joaquín estuvo fuera del agua, Diego salió del baño, sabía que su amigo ya estaba un poco más dentro de sus casillas, como cada noche.

No se va  »Emiliaco.Where stories live. Discover now