02.

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Nunca en mi vida había alabado tanto el escuchar a Present Mic decir "esto es todo por hoy" como lo había hecho hoy, al finalizar la clase guardé todas mis cosas a la velocidad de la luz y me acomodé mejor para poder dormir en los pocos minutos que tenia la hora del almuerzo, pero al igual que ayer mi plan fue frustrado por aquellos alumnos que no iban a la cafetería.

—[...], ¿quieres ir con nosotros a la cafetería? —Levanté mi cabeza el escuchar la voz de Tetsutetsu llamandome, sonreí.

—Hoy paso Tetsutetsu, necesito dormir un poco o me desmayaré en el entrenamiento. —Bromee un poco para restarle importancia al tema de que no estaba durmiendo bien en casa.

—¿Hoy también tienes sueño? —Kendo se acercó velozmente hacia mí, hizo un pequeño resoplido. —¿Por qué no estás durmiendo bien? —Se colocó frente a mí examinando toda mi cara, me alejé un poco intentando recuperar mi espacio personal.

—En mi cuarto hay fantasmas. —Respondí sin más haciendo reír a los chismosos que escuchaban aquella conversación.

Falso. En mi cuarto no había fantasmas, solo quería ignorar el hecho de que me quedaba hasta tarde entrenando para poder controlar mi quirk a la perfección.

La de cabello naranja frunció el ceño y me examinó nuevamente con la mirada, su vista viajó desde mi frente hasta mi barbilla, de mi barbilla hasta mi pecho y de mi pecho se detuvo en mis brazos y manos que tenían rasguños y algunos que otra curita de "My little pony".

Ella suspiró.

—Me han dicho que la azotea es buen lugar para dormir.

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Y así fue como ahora me encuentro caminando hacia la azotea de la Yuuei, arrastrando mis pies subo aquellas escaleras que separaban el tercer piso con la azotea, giré la perilla polvorienta de aquella puerta para encontrarme con aquella solitaria azotea.

Sonreí y caminé inspeccionándola con cada paso que daba, era grande, tenia pequeñas bancas a los alrededores y una red que evitaba a los alumnos el poder caerse, me acerque a una banca que parecía los suficientemente grande para yo poder utilizarla como cama.

—¿Hay alguien ahí? —Detuve mis pasos de manera brusca al escuchar una voz masculina detrás de mí. —Oh, eres la chica de ayer.

Giré abruptamente encontrándome otra vez con Shinsō quien en sus brazos tenia a un pequeño gato blanco, lo miré confundida, el gato por su parte solo saltó de los brazos del chico y empezó a pasearse entre mis piernas buscando mimos, me agaché y empecé a acariciarle la cabeza.

—¿Es tuyo? —Dejé de acariciar al gato para poder ver al de cabello morado.

—No, no es de nadie, vive en la U.A. —Imitó mi acción y empezó a darle mimos al gato también.

El pequeño gato parecía contento por recibir tanta atención, una sonrisa inconscientemente salió de mis labios.

—¿Te gustan los animales? —Miré a Hitoshi sorprendida, no esperaba que él iniciara una conversación conmigo.

Ahí fue que me di cuenta de nuestra cercanía, teníamos 10 centímetros que nos separaban, nuestros brazos se rozaba cada vez que acariciamos al minino, me levanté del piso alejándome un poco, por alguna extraña razón me había puesto muy nerviosa al tenerlo cerca.

—Podría decirse que si, acaricio animales callejeros pero no tengo uno propio. —Reí un poco mientras miraba en otra dirección.

—Podría decirse que yo igual.

No sabía si su voz era así de apagada o simplemente no quería hablar conmigo, una mueca salió de mis labios para asentir en respuestas.

—Debo irme. —Como toda una cobarde giré sobre mis talones y empecé a caminar hacia la puerta para poder irme nuevamente a mi salón sin haber dormido nada.

—Estaré aquí mañana otra vez, por si quiere venir al ver al gato.

Eso fue lo último que escuché antes de bajar la escaleras. 

Hatsukoi no Ehon. [Shinsō Hitoshi]. [HW].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora