04.

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Tiré una almohada frustrada para después girar sobre mi cama una y otra vez, debían ser eso de la una de la mañana y yo todavía no podía dormir debido a la plática que tuve con aquel chico en la azotea.

«—¿Por qué siempre estas tan nerviosa?»

Ni siquiera yo sabía el porqué, solo mirarlo a él era como mirar el sol, te duelen los ojos al hacerlo pero sigues haciéndolo. Así me sentía yo.

Tomé un almohada y ahogué un gran grito en ella de frustración, todo era tan raro y tan nuevo para mí, la verdad era es que ni siquiera sabía cómo comportarme con él y vaya que era incomodo.

Tiré otra almohada al piso para después tirarme yo mirando el techo, suspiré derrotada.

—Tirando almohadas a la puerta no conseguiré nada.

—Conseguiste despertarme. —Mi madre entró a mi habitación casi tirando la puerta y con su cabello claramente despeinado.

—¡Mami, no! ¡Con el zapato, no!

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Esa día no subí a la azotea, me quedé todo el día con los chicos de la clase B haciendo cualquier estupidez con tal de no tener la tentación de subir a aquella azotea, incluso hasta había convivido con el mismísimo Monoma Neito sin golpearlo, vaya, era un logro.

Al final del día me ofrecí junto a Sen limpiar toda el aula de clases, entre bromas y risas lo hicimos, iba a llover, le dije al castaño que no se preocupara, que yo llevaría las cosas al despacho de Kan-sensei.

Grave error. Había tardado demasiado llevando los objetos utilizados.

Estaba lloviendo, yo no tenía paraguas, y ahora por eso estaba sentada en la entrada de la U.A abrazando mis piernas para poder entrar en calor.

—Debí aceptar el paragua que Sen me ofreció. — Refunfuñe y escondí mi cara entre mis piernas.

La lluvia no parecía querer parar y yo ya debía irme a casa.

Escuche pasos acercándose cuando giré para ver quién era toda mi cara se descompuso en un instante; Shinsō Hitoshi estaba al frente de mi mirando la lluvia con mi misma expresión. Atraje mas las rodillas a mi pecho como si eso pudiera esconderme, aunque para nada, él ya me había visto.

—¿Quieres correr hasta la estación? — Quedé estática ante su pregunta, nunca esperaba que el sugiriera eso, o que me hablara después de huir dos veces.

Me levanté de un salto y tomé mis cosas, nuevos ojos conectaron por un segundo y me encogí de hombros.

—N-no veo por qué no.

Otro grandísimo error.

No contaba con que Shinsō corriera tan rápido o con que el piso estuviera tan resbaloso que tuviera que fijarme dos veces en donde pisar o seguro mi cara estuviera besando el pavimento.

Las grandes gotas de agua caían sobre mi cara obstaculizando gran parte de mi vista, lo único que podía ver era la espalda del pelimorado enfrente de mí. Al verlo correr no me sorprendía que haya llegado tan lejos en el festival deportivo.

Al llegar a la estación me apoyé de una pared para poder respirar bien, él por su parte se apoyo en sus rodillas.

Un sonrojo se instaló en mis mejillas y mi mente empezó a divagar.

Shinsō estaba frente a mí, mojado, todo su cabello se encontraba en su cara dándole un toque demasiado sexy y por último, todo el uniforme se encontraba ceñido a su cuerpo.

—¿Estás bien? —Él se acercó a mi removió el cabello de su frente para después posar su mano ahí. —Estas ardiendo... no debí hacerte correr en la lluvia.

Otra vez esos escasos centímetros entre nosotros, podía sentir su respiración en mi cara y sus ojos clavados en los míos.

—N-no. —Me separé quitando delicadamente su mano de mi frente. —No te preocupes, yo decidí seguirte después de todo. —Sonreí intentando tranquilizarlo.

Pero el ya no me miraba, fruncí el ceño y decidí seguir su mirada.

Nuestras manos.

Mi mano.

Mi mano todavía se encontraba sosteniendo la del pelimorado, la solté de golpe.

—¡Perdon! —Exclamé tal vez demasiado alto mientras hacía repetidas reverencia, a este punto sentía que mis mejillas iban a explotar.

¿Quién diría que eso nos acercó tanto?

Hatsukoi no Ehon. [Shinsō Hitoshi]. [HW].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora