Hatsukoi no Ehon. [Shinsō Hitoshi]. [HW].

06.

 Terminaba de guardar de mis cosas, las clases de la tarde habían concluido sin incidentes, lo cual era bueno, metí el último cuaderno en mi mochila cuando escuché la voz de Kendo llamándome:

—[...], tu novio vino a buscarte. —Todas las cosas que con anterioridad había metido en mi mochila ahora se encontraban esparcidas en el suelo por el simple hecho de escuchar la palabra "novio"

Empujando a todos mis compañeros llegué a la entrada del salón donde Shinsō miraba a la presidente sorprendido por el hecho de decir aquella palabra con "n", a este punto sentía que todos los colores subía a mi rostro, estaba verdaderamente nerviosa, todos los ojos de la clase B estaban fijos en nosotros.

—Buscaré mis cosas. —Caminé hasta mi pupitre y recogí todas mis cosas con velocidad.

Salí del salón y caminé con el chico de cabello morado hasta la salida, él nunca iba a buscarme a mi salón de clases, ¿Por qué lo había hecho ahora?

—¿Hice algo malo? —Me tomó por los hombros deteniéndome, yo solo miraba podía mirar sus ojos y crear millones de escenarios posibles que claro, no se iban a dar. —¿Te sientes cómodas con los rumores? —Él volvió a acercarse a mí dejando nuestros a rostros a corta distancia.

Sentía que mi corazón iba a explotar en cualquier momento.

Mientras miraba sus labios asentí con la cabeza, sentía que no era capaz de hablar correctamente.

—Me alegro, pensé que te incomodaban. —Me soltó y empezó a caminar, lo seguí mientras miraba el piso. —¿Quieres comer algo? Yo Invito.

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En todo el camino a la heladería estuve mirando mis zapatos, ni siquiera podía mirar a Hitoshi a la cara, ¿Qué había sido eso de antes? ¿Él quería besarme? Negué con la cabeza, estaba imaginando cosas solo porque yo quería besarlo.

—No, no, no. —Me golpee debido a ese pensamiento. —Bueno si. —Suspiré mientras intentaba apegar más mi cara a la pared de la heladería. —Besarlo sería algo tan...

—Aquí está tu helado. —Dejé escapar un grito al ver al chico frente a mí, ¿me había escuchado? —¿Estás bien? ¿Por qué tu cara está pegada a la pared? —Por la cara de confusión que tenía me decía que no me había escuchado.

Me separé de la pared sonrojada, debía parecer una loca en estos momentos.

—E-estoy bien, vayamos a l-la estación. —Me golpee mentalmente por haber tartamudeado, por alguna extraña razón al estar cerca de él era como si me olvidara de cómo comportarme.

Soy una cobarde.

Empezamos a caminar a la estación lentamente mientras comíamos nuestros helados, yo pateaba una pequeña piedra que se encontraba en el camino para poder concentrarme en algo y no entrar en una crisis, este chico era el mismísimo sol en persona.

—Shinsō. —Detuve mis pasos, era aquí y ahora. —Me preguntaste si yo me sentía cómoda con los rumores pero, ¿tú te sientes cómodo? —Aquella pregunta me atormentaba.

Miré al más alto con una mueca él solo miraba a la nada con los labios fruncidos, temía lo peor.

—Me gustan esos rumores. —Su actitud tan calmada me sorprendía. —Si tú te sientes cómoda con ellos yo estaré bien. —Dio un paso hacia mí para colocar un mechón de cabello atrás de mi oreja. —Vamos te llevo a casa. —Tomó mi mano y empezó a caminar nuevamente.

Su mano.

Mi mano.

Nuestras manos...están entrelazadas.