Grease (1978)

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Grease (1978)

-Me veo un poco rara- dije observándome en el espejo- no sé si este vestido es el adecuado- miré a Annie que fruncía el ceño- no me mires así, dije desde el principio que no me sentía muy convencida.

-Y yo te dije que era perfecto- señaló el espejo- estás preciosa.

Suspiré.

-¿No crees que es demasiado?

-No todos los días vas al baile con tu novio de último curso- se cruzó de brazos.

Touche.

Annie tenía un punto. Me volví a mirar en el espejo y tuve que admitir que el vestido rosa pálido, casi blanco, con decoraciones plateadas que caía hasta mis zapatos era hermoso. Y me quedaba de muerte. No estaba acostumbrada a llevar esta clase de vestidos por lo que me sentía un poco rara.

-Entonces estoy lista, creo.

Annie alzó ambos pulgares.

-Va a ser una noche perfecta- sonrió- y me lo tienes que contar todo.

-Prometido.

Le di un beso en la cabeza y salí de la habitación. Nathaniel se encontraba en el salón hablando con Dereck sobre los planes que teníamos para esta noche, pero en cuanto bajé se quedó observándome embobado. Agarraba con fuerza lo que parecía ser un ramillete.

Lindo.

-Te juro que no tengo palabras- comentó nada más acercarme.

-Me lo tomaré como un cumplido- sonreí.

Me dio un casto beso en los labios y me puso el ramillete en la mano.

-Estás increíble Emily.

Me sonrojé.

-El esmoquin tampoco te sienta mal.

Dereck tosió par recordarnos que no estábamos solos en la habitación. La verdad era que no había sido muy estricto respecto a nosotros, lo único que pidió fue que hiciéramos el menor ruido posible y que utilizáramos protección. Ya, esa era una conversación que a ninguno de los tres nos gustaría volver a repetir.

-Quiero una foto- sacó la cámara- la colgaré junto a nuestra foto del día del concurso.

En esa foto salían Sean y Annie abrazándose y gritando a la cámara, Dereck sonriendo mientras cogía el trofeo por mí y en medio Nathaniel y yo besándonos. Había salido en los periódicos por lo que en menos de veinticuatro horas todos se habían enterado de la buena nueva.

Nos colocamos frente a la escalera y sonreímos. Tras el flash que nos dejó ciegos pudimos movernos de nuevo.

-Es la hora de irnos- comentó Nathaniel- prometemos no volver muy tarde.

Dereck negó con la cabeza.

-Es un día especial, tardad lo que queráis. No os esperaré despierto.

Nos reímos y salimos fuera de la casa. Allí una limusina que habíamos alquilado junto a nuestros amigos nos esperaba. Éramos los últimos en entrar, los demás habían sacado las copas y el champan y brindaban contentos porque por fin había acabado el año. O casi. Quedaban los exámenes finales pero no era la noche para amargarse.

Caleb llevaba una camiseta azul con unos pantalones vaqueros, lo que se resumía en una protesta de no querer seguir las tradiciones del baile. Tampoco trajo pareja, decía que por ahora quería volar libre.

A su lado estaban Kenny y el famoso Paolo, que llevaban trajes a juego. Todavía no habían formalizado su relación, pero estaban de rollo. Iban juntos a casi todas partes, parecían más una pareja que Nath y que yo. Pero se negaban a admitirlo.

Atracción FatalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora