Amigos de más (2013)

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Amigos de más (2013):

-Lo sabía- murmuró el pelirrojo dolido- sabía que algo estaba pasando entre ustedes, pero me negué a verlo. Pensé que era importante para ti.

-Caleb sí que lo eres.

Unas lágrimas amenazaron con salir al ver como él, el chico malo que participaba en carreras ilegales por diversión, lloraba. Era la primera vez que le veía hacerlo. Y me estaba matando. Lo menos que quería era que Caleb sufriera, pero una vez más ese viejo de Murphy tenía razón si algo malo puede pasar, pasará.

-No puedo hacerlo- se dio media vuelta y se fue.

Miré a Nathaniel angustiada, esperando que él tuviera las respuestas que necesitaba. Sin embargo, él parecía impasible a lo que sucedía.

Después de unos segundos suspiró y se masajeó la frente.

-Lo siento mucho Emily, la gente de nuestra ciudad no suele pasear por aquí. Tendría que haberme dado cuenta que tu amiguito no es como los demás.

-Tengo que hablar con él- murmuré.

-No tienes por qué hacerlo- me cortó- si, es un contratiempo y seguramente todo el mundo sabrá mañana que salimos. ¿Y qué? Podría ser peor- me cogió de la mano- sé que no es lo que teníamos planeado pero no me avergüenzo.

Le sonreí, pero no completamente.

-No es porque me preocupe que lo vaya diciendo Nath- aunque si era sincera ahora que lo mencionaba sí que parecía importante- si no hay más remedio iremos contra todo eso, se lo contaremos a Dereck.

-¿Entonces por qué?- frunció el ceño- ¿no lo querrás? ¿Verdad?

Ese punto de miedo en la última palabra me enterneció. No pude evitar acariciarle suavemente la mejilla, en señal de afecto.

-No es por eso. Te quiero a ti- sonreí- pero no se merece todo lo que está pasando. Caleb es una buena persona y me ha ayudado mucho.

Nathaiel suspiró resignado.

-Lo entiendo supongo- me apretó la mano- te espero aquí.

-Gracias- le di un beso en la mejilla y salí corriendo tras Caleb.

Como supuse no había ido muy lejos, se había parado enfrente del estanque de los patos y se dedicaba a tirarles pan al agua con demasiada fuerza. Era tal que los patos esperaban unos segundos antes de ir a comer lo que les estaba dando.

Pisé una rama e hice que se diera la vuelta.

Estaba destrozado.

O eso era lo que me decían sus ojos. Su expresión por otro lado se parecía más al enfado que a otra cosa. Nada más verme se tensó y cruzó los brazos, como si fueran un escudo que pudiera protegerlo de mí.

-¿Qué haces aquí?- espetó.

Tragué saliva nerviosa.

-Pensé que necesitabas hablar.

-¿Ah sí?- bufó- estoy bien Emily, puedes irte con tu noviecito- señaló a los patos- ya tengo todo lo que necesito.

-Yo quiero hablar- me corregí.

-Haberlo pensando antes-gruñó- yo no quiero hablar contigo. Quiero estar solo- volvió a darse la vuelta- no quiero que me estropees mi sitio también.

Alcé una ceja.

-¿Tu sitio?

-Vengo aquí cuando tengo que pensar. Con todo lo que pasó hoy, en el partido, tenía que reflexionar sobre si mi comportamiento contigo era malo. Pero ya veo que ese no era el problema.

Atracción FatalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora