Atracción Fatal

Una historia casi divertida (2010)

Una historia casi divertida (2010):

Dereck se encontraba riéndose junto con Sean cuando llegamos a su habitación. En cuanto nos vio nos dirigió un saludo entusiasta, por mi parte se lo devolví, Nathaniel en cambio se había quedado estático.

Estuvo mirando unos segundos a su padre, como si no pudiera creerse que la pesadilla había acabado al fin. Tuve que darle un toque en el brazo para que espabilara. Finalmente, fue junto a su padre y se dieron un enorme abrazo. Dereck parecía estar susurrándole palabras de aliento a su hijo, a quien se le había escapado alguna lagrimita.

Sean se colocó a mi lado y me pasó el brazo por los hombros.

-Nos volvemos a ver azucarito.

-Tengo que felicitarte- sonreí- te has portado como un auténtico hombre. Bien hecho. ¿Quién me lo iba a decir?

Me guiñó un ojo.

-Hay cosas de las que uno tiene que hacerse cargo. Tú lo sabes mejor que nadie.

-Nos vamos entendiendo- le devolví la sonrisa- parece que está bien.

-Los médicos dijeron que la operación fue un éxito, estuve esperando un rato hasta que se despertó. Luego os llamé, no quería que vinierais solo para verlo roncar.

Fue entonces cuando por fin padre e hijo se separaron.

Dereck me miró.

-Ven aquí Emily, también necesitas un abrazo.

Si fuera una situación normal me habría escabullido, sin embargo, como yo también estaba muy preocupado por él fui sin vacilar. Nos fundimos en un abrazo mucho más breve que el de Nathaniel, pero bastante reconfortante.

-Me alegro de verte bien Dereck- le sonreí.

-Y yo también- se rió- tienes que traer a la pequeñaja cuando puedas. Después de vivir una situación muy cerca de la muerte lo que quiero es estar con mi familia.

-Lo haré. Ella también quiere venir a verte. Seguramente ya te tenga algún dibujo preparado.

Sean aplaudió.

-Me encantan los finales felices, pero tengo que decir que estoy muerto. Así que si me disculpáis voy a necesitar un café bien cargado. Os dejo con el enfermo, buena suerte.

Y se fue.

-Es un personaje- me reí.

Dereck se unió a mis risas.

Ambos nos fijamos en Nathaniel a la vez. Se encontraba sentado al lado de Dereck y sus manos temblaban, parecía que le estaba a punto de dar un ataque de pánico. No lo entendía. Dereck estaba bien.

Al parecer Dereck sí que lo comprendió.

-Hijo... tranquilo. No pasa nada.

-Claro que pasa- murmuró- siempre está ahí.

-Pero el psicólogo dijo...

-¡Da igual! ¡No puede hacer nada y tú tampoco!- se revolvió el pelo- todo ha sido demasiado papá, muy parecido y muy distinto a la vez.

-Nathaniel lo siento- una lágrima se le escapó a Dereck- debería de haber hablado contigo hace mucho tiempo sobre lo de tu madre. Fui un cobarde, todavía lo soy. Pero te miro ahora y veo que lo necesitas hijo.

Vale, no entendía nada de lo que estaba pasando.

Lo que sí capté es que necesitaban un poco de privacidad, así que murmuré algo de querer un café e ir por Sean y me fui.