Piratas del Caribe: En mareas misteriosas (2011)

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Piratas del Caribe: En Mareas Misteriosas (2011)

-Ese es un disfraz muy aburrido- comentó Sean acostado en mi cama- sigo apostando por el de enfermera calentorra.

Rodé los ojos.

-Claro que sí, eres un tío- suspiré- por cierto ¿qué narices haces aquí? ¿No se supone que deberías de estar estudiando? Ya sabes para poder ganarte el puesto de CEO en la empresa de tu padre- me crucé de brazos.

-Me aburría- hizo un puchero- todo el mundo está estudiando para los parciales y no tienen tiempo para mí.

-¿No deberías estudiar tú para los exámenes?

Se encogió de hombros.

-Yo prefiero vivir al límite- sonrió divertido- y también me necesitas aquí para darte un poco de diversión.

-Ya tengo a Annie para eso.

Hizo un puchero.

-Pero Annie no puede aconsejarte sobre disfraces.

-Estoy segura que ella sabe más del tema que tú- le acusé- además ella tiene un gran sentido de la moda. Elige la mayoría de mis vestidos para salir.

Sean aplaudió.

-Tengo que decir que tiene un gusto sublime.

En verdad Sean me estaba ayudando bastante. Su positividad y buen humor eran un gran apoyo en estos momentos tan duros. Siempre estaba nerviosa, esperaba impaciente a que llegara la dichosa carta del juzgado para citarme. Todavía no llegaba y la espera me estaba matando. Quería quitarme cuando antes de este lío.

Y también estaba el tema de Nathaniel.

Me gustaría decir que habíamos acabado como amigos, pero eso sería una mentira. La situación era insostenible. No ocultaba su desagrado hacia mí en ningún momento y cada oportunidad que se le presentaba para lanzarme una cuchillada verbal la aprovechaba. Eso cuando estábamos obligados a estar juntos. El resto del tiempo era como si yo no existiera. Una vez incluso llegó a empujarme con el hombro para pasar, como si no hubiera visto que estaba en medio del pasillo.

Dereck no dejaba de preguntar qué pasaba con nosotros. Yo me limitaba a decirle que el día que nos dejó solos nos había enseñado que era imposible aguantarnos.

Fue una suerte que se lo tragara.

-Creo que me voy a vestir de pirata- dije mostrándole un disfraz que me había llamado la atención de la web de la tienda.

Sean asintió.

-Mola bastante. Creo que te quedará genial- levantó un pulgar.

-¿Seguro que no quieres que te pida uno?

Negó con la cabeza.

-Desde el momento que dejé el instituto para irme a las ligas mayores tengo prohibida la entrada a cualquier fiesta.

-Pero esta es de disfraces. Nadie tiene porqué saber que eres tú.

-Azucarito, me encantaría acompañarte, pero ya tienes a un chico que suspira por ti que estará extasiado por llevarte. Además- Sean lució una lenta y seductora sonrisa- tengo planes.

-¿Tienes planes?

Estaba sorprendida. Sean no era de hacer un plan. Simplemente cuando le apetecía salía.

Asintió.

-La mejor fiesta de carnaval del estado- me guiñó un ojo.

-Bu- le tiré un cojín.

Atracción FatalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora