Capítulo 7

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-¿Y Dean?- dijo Sam al verme llegar. Entonces me di cuenta que no traia una bolsa que demostrara lo que habia ido supuestamente a hacer. Estaba alterada y tenia unas locas ganas de llorar, ademas de un poco mareada por no pensar muy bien las cosas- se que fuiste a buscarlo, Becca.

-Si. Lo siento- no me dieron ganas de seguir mintiendo, ademas, tenia la mente totalmente seca, asique si lo intentaba cualquier version mia de los acontecimientos seria muy poco creible.

-No importa.- dijo Sam un tanto inquieto- ¿está bien?

-Ajá. Tenías razón.- hubo un silencio incomodo hasta que mi prolongado bostezo lo corto.- estoy exhausta. Me voy a mi habitacion.

Me largue al mullido y delicioso colchon apenas estuve en la soledad de mi cuarto. Esa deseada privacidad provoco un largo llanto contra mi almohada. Chille hasta quedarme sin aliento, patalee logrando acalambrarme,  y finalmente el cansancio mental y fisico me vencieron en un profundo sueño.

Desperte a las dos horas desorientada. Prendi la tele y estuve viendo dibujitos hasta que me aburri y fui a la habitacion de los chicos. La puerta estaba abierta pero ellos no se encontraban alli. Comence a preocuparme cuando los llame unas 3 veces a cada uno y en todas me dio el buzon de voz. 

Entonces abri la notebook de Sam, busque en su historial y aparecia una pagina del mapa de la ciudad con un sector marcado en rojo. 

Prepare mis armas, comi una donna para recobrar fuerzas y me dirigi al lugar. Llame a un taxi para que me acercara apenas estuve en una de las calles principales. 

Se trataba de un conjunto de galpones abandonados, al parecer utilizados para guardar la antigua mercaderia de alguna fabrica que seguramente ya no existia.

Cuando el taxi se fue y me quede sola senti miedo y adrenalina, tan familiares en mi que no me sorprendio. 

Con el arma en alto entre con sumo cuidado a uno de los sucios galpones. Camine con lentitud tratando de no hacer el mas minimo ruido, pero se me hacia dificil por la cantidad de botellas rotas y otros objetos desparramados en el suelo. Al confirmar que alli no estaban me dirigi a otro galpon, y luego a otro, hasta que escuche unas voces lejanas que me guiaron al fondo del maltrecho lugar. 

Con el corazon acelerado y la camiseta pegada a mi cuerpo por el sudor me acerque sigilosamente hasta que pude tener una buena vision de los acontecimientos. 

Sam yacia recostado sobre una especie de mesa, y la pelirroja virginal le hablaba peligrosamente cerca. Sus uñas parecian afiladas garras de oso, y eso me confirmo que era ella lo que estabamos buscando.

Estaba a punto de dispararle cuando la chica, sorprendida, se alejo unos cuantos pasos de Sam y dijo:

-¿Qué eres tu?

No espere la replica de Sam y le perfore la nuca con una bala. El monstruo se dio vuelta y un segundo despues la tenia encima de mi. Luche contra sus garras, pero logro alcanzar mi cuello. Grite de dolor al sentir la piel abierta, y chorros de sangre comenzaron a fluir de la herida.

Y justo en ese momento una especie de estaca atraveso su pecho, y la asquerosa pelirroja se desplomo sobre mi. Me la quite de encima y Sam me ayudo a levantarme. Lo abrace sin pensarlo dos veces, pero me di cuenta que le estaba manchando la camiseta con sangre. Sam tambien lo noto y cuando abrio los ojos de par en par comence a descompensarme. Veia todo borroso, y me desmaye poco despues de divisar a Dean corriendo hacia nosotros.

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Me desperte en la parte trasera del Impala. Los chicos habian estacionado en una gasolinera, y me habian dejado alli con una de las ventanillas abiertas. Note una venda empapada en la parte izquierda de mi cuello.

Lo que está prohibido me hace feliz (Supernatural- Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora