28.

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~ MICHELLE ~

Miro a Daniel que sigue acariciando mis piernas

-Me preguntaba que como estaba, se enteró de lo que me pasó la otra noche -digo encogiéndome de hombros sin darle importancia- solo estaba preocupado

-Ahh -dice Daniel no del todo convencido- vale

Me incorporo en el sofá quedando sentada junto a él, aún con mis piernas encima de las suyas

-Te quiero -dice Daniel-

-Y yo -contesto sonriendo-

Beso su mejilla mientras acaricio su pelo

-No lo dudes nunca feo, te queda mucho por aguantarme aún

-Espero que sea toda la vida -confiesa Daniel con una sonrisa triste-

-Esperemos -sonrío mordiendo mi labio- de mientras vamos a disfrutar del momento, sin pensar en que vendrá

Al rato vuelvo a ponerme a estudiar, en el pequeño despacho que tiene Daniel, supongo que para trabajar desde casa cuando no puede ir a la sede.

Después de un par de horas estudiando aparece Daniel con la merienda.

-Necesitas desconectar -dice abrazándome por detrás-

-Me queda mucho por estudiar -contesto estresada-

-Shhh -susurra dando besos por mi cuello- déjame relajarte

Sonrío dejando el el subrayador en la mesa mientras Daniel sigue besando mi cuello rodeando mi cintura con sus brazos.

~ DANIEL ~

-Puedes seguir estudiando mañana -le propongo a Michelle levantándola de la silla-

Michelle ríe pasando sus brazos por mis hombros.

-Te echo de menos -sonrío haciendo pucheros-

-Bobo -sonríe Michelle-

Cojo en brazos a Michelle y me dirijo al salón, sentándome en el sofá con ella encima.

-Podemos darnos un baño relajante -propone Michelle acariciando mi pelo-

-Si quieres te preparo lo preparo -sonrío-

-Juntos -aclara Michelle soltando una risa-

-Ah -rio- jope pues claro -sonrío emocionado-

~ MICHELLE ~

Daniel está acabando de preparar la bañera con jacuzzy, llena de espuma y con sales de baño, como necesito este momento de relax y desconexión de los estudios.

Una vez esta listo nos metemos los dos en la bañera, apoyándonos cada uno en un lado de esta con nuestras piernas entrelazadas.

Curro los ojos tratando de relajarme, hasta que noto como unas grandes manos acarician mis piernas, provocándome una leve sonrisa traviesa.

Me incorporo acercándome a Daniel chocándome encima suyo, rodeando su cintura con mis piernas, juntando nuestros labios en un intenso y apasionado beso, el cual cada vez va a más, las caricias van en aumento, la tensión, las ganas, la temperatura, todo aumenta.

Terminamos fundiéndonos en uno solo, encajando a la perfección como dos almas gemelas, moviéndonos al compás de nuestros gemidos y terminando en un placentero orgasmo al unísono, cuando estamos juntos solo somos uno.

SIMPLEMENTE YO | 2a TEMPORADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora