~Las casas de las ardillas tienen comida gratis.~

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Suspiró y tocó la puerta.

Quizás lo que haría no era lo más correcto, pero  a pesar de como estaban las cosas ahora, sentía que debía hablar con alguien en el que supiera que podía confiar y contarle . Tal ves era una estupidez, pero lo necesitaba.

Una opinión externa a el asunto y una opinión desde el punto de vista de una persona que hubiera pasado por algo similar. Necesitaba un ejemplo.

Haber aceptado la terapia no lo solucionaba todo. Se trataba también a tener la disposición de cambiar su pensamiento y su miedo, porque era verdad lo que Kacchan había dicho.

No parecía que no quisiera ser padre, era más el hecho del miedo de ser como su padre, el hecho de no poder se uno bueno porque nunca tuvo el ejemplo, sin embargo, si algo que le había mostrado la vida de héroe era que sus miedos no lo podían detener.

Nunca lo detuvo el poder romperse el cuerpo ¿por qué no intentar esto con toda su disposición? No perdía nada con de verdad poner todo el empeño que se merecía desde ahora. Kacchan merecía que no simplemente se rindiera por su miedo, merecía que al menos se esforzara en serio antes de tomar una decisión. Y si al final decidía que en realidad no lo quería su esposo sabría que no simplemente se rindió y no le guardaría rencor.

Porque sabría que su trato había sido justo.

-Izuku .- La tranquila voz de su amigo bicolor lo recibió.- ¿A qué se debe tu visita?- Abrió la puerta haciéndole entrar al departamento en donde vivía junto a su esposo e hijo.

-¿Llego en mal momento?- Preguntó al ver al niño de cinco años casi dormido en el sofá. Shouto negó.

-Inasa acaba de salir a su patrulla, el enano no quería dormirse hasta que él se fuera. Quería despedirse.- Izuku sonrió hacia el niño que se acercaba a ellos, sosteniendo su manta contra su pecho y frotándose uno de sus ojos, soñoliento.

La manito jaló el pantalón de pijama de Shouto. El mayor se volteó hacia él y Rukka, con voz suavecita preguntó. 

-¿El tío Zuzu puede dormirme hoy?- La voz del pequeño era tímida. Rukka amaba al peliverde siendo el "tío Zuzu" (como lo había nombrado la pequeña Misa) e idolatraba increíblemente al Héroe Deku. Izuku sonrió enternecido.

Se acuclilló a la altura del niño, suavemente acarició el cabello sedoso del niño y luego extendió sus brazos.

-El tío Zuzu estaría gustoso.- Respondió y rápidamente el pequeño se lanzó a sus brazos para ser cargado.

Fácilmente Izuku lo levantó sintiendo como el niño aferraba sus  bracitos a  su cuello y sus piernas a su torso, lo sostuvo apoyando una mano en su espalda y otra debajo de sus piernas para sostenerlo y abrazó a su cuerpecito. El pequeño se relajó relajó.

Izuku lo meció y acurrucó  para ayudarle a dormir.

- ¿No debería haber pasado esta etapa ya?- Preguntó bajo el peliverde ante lo apegado y cariñoso del pequeño mientras dejaba un beso en su cabello.  Shouto negó, su rostro se veía más cansado y levemente triste.

-Ha estado muy cariñoso y apegado a nosotros durante las ultimas semanas.- El hombre preparaba té para ambos.- En dos semanas se cumple un año que sus verdaderos padres fallecieron, así que ha estado más nervioso. Cada vez que Inasa o yo salimos de casa se aferra a alguno de los dos para que no vayamos, creo que también tiene miedo a perdernos.- Izuku miró la pálida tes del pequeño que se había quedado dormido en sus brazos. 

Imaginaba lo terrible que era para el pequeño pensar en que sus padres adoptivos, los que habían traído luz a su vida de nuevo les pudiera pasar algo por ser héroes. Si bien a el niño no se le había hecho fácil adaptarse al principio, parecía que conforme más pasaba el tiempo, más amaba a la pareja, más se acostumbraba a ellos y menos quería que algo malo sucediera.

El Mejor Papá.|KatsuDeku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora