Sempiterno II: Inmarcesible

10. No sabes cuánto, cariño.

•Recordatorio:

Contexto de la historia: Actualidad. Luisi es jefa de cocina en un hotel. Amelia es actriz y productora de musicales.Tienen tres hijxs: Oliver, Carla y Daniela.

En el capítulo anterior: Luisita y Amelia hablan sobre como afrontar que una revista publicara rumores sin sentido sobre ellas. Durante un momento de intimidad, son interrumpidas por el llanto de su hija pequeña, Daniela.

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Tras el último intento frustrado, Luisita y Amelia no volvieron a tener la oportunidad de estar a solas durante casi dos meses. Amelia, había estado preparando un proyecto importante en su productora, un musical de creación propia y, aunque no había sido el único tras Sempiterno, sí que era el primero que consideraba casi tan importante como éste, ¿la razón? Era la primera vez que se atrevía a crear de cero un musical infantil, lo cual la ponía bastante nerviosa, porque no sabría si iba a ser capaz de competir con las grandes producciones de Disney que llenaban los teatros de Gran Vía, o si se convertiría en un fracaso estrepitoso. Y, aunque para ocuparse de todo, había confiado en una de sus mejores colaboradoras, una actriz y directora llamada Marina Crespo, que además había participado en varios programas infantiles, Amelia quería estar presente durante todo el proceso y eso le había quitado tiempo de estar con su familia. Tanto, que cuando vino a darse cuenta, en unos días sería el primer cumpleaños de Daniela.

Siendo parte de la familia Gómez, ese cumpleaños tenía que celebrarse "con toda la familia y amigos sí o sí", había dicho rotundamente su suegro. Ni Luisita ni Amelia habían sido capaces de llevarle la contraria, pero sacaron provecho de la situación y dejaron que el orgulloso abuelo se ocupara de la mayoría de los preparativos, aunque Luisita le asistió todo lo que pudo.

Tras un día agotador en el que estuvieron rodeadas de toda la familia y amigos más cercanos, volvieron a casa y prepararon una cena ligera después de bañar a los niños. Amelia estaba lavando los platos de la cena cuando Luisita entró en la cocina suspirando audiblemente.

–Ya se han dormido los tres –informó–. Aunque no pienso cantar victoria.

–Bueno, reconoce que dadas las circunstancias, tenemos mucha suerte.

–Define suerte –pidió Luisita. Amelia dejó lo que estaba haciendo, se giró sobre sí misma y apoyó su espalda contra la encimera para ver a su mujer durante la conversación.

–Partamos de la base de que tener hijos, en general, puede ser absorbente –empezó a explicar Amelia, Luisitia asintió para que continuara–. Pero nosotras hemos tenido mucha suerte con los tres porque ninguno es especialmente impertinente o quejica. Son bastante vivaces pero obedientes y son capaces de tener momentos de calma.

–Oli es un sol, Daniela es sólo un bebé, pero ¿Carla? No sé si la describiría como "calmada" precisamente –señaló Luisita riendo.

–No seas injusta, cariño. Carla tiene mucha energía, pero no es infatigable –puntualizó–. Y eso que tiene tus genes... –Amelia rio suavemente. Luisita arrugó el entrecejo.

–¿Qué se supone que significa eso?

–Muy simple, cariño, significa que tú a veces sí que eres infatigable –Amelia lo dijo sonriendo, pero al acabar la frase se humedeció los labios y arqueó la ceja derecha. Luisita, quien antes de la respuesta de su mujer se había preparado para replicar, se quedó sin palabras y sin ser capaz de apartar la mirada de la cara de Amelia. Antes de darle a sus piernas la oportunidad de flaquear, Luisita recortó la distancia que había entre las dos, agarró con decisión la cabeza de Amelia con ambas manos y chocó sus labios contra los de su mujer sin contenerse lo más mínimo. La garganta de Amelia produjo un sonido que denotaba una mezcla de sorpresa y excitación. Orgullosa y motivada por la reacción de Amelia, Luisita la agarró de la cintura y se dirigió hasta la pared, poniendo la espalda de Amelia contra ésta. La morena simplemente se dejó guiar.