Sempiterno II: Inmarcesible

11. ¿Y qué planes tenemos?

•Recordatorio:

Contexto de la historia: Actualidad. Luisi es jefa de cocina en un hotel. Amelia es actriz y productora de musicales.Tienen tres hijxs: Oliver, Carla y Daniela.

En el capítulo anterior: Daniela cumple un año. Luisita y Amelia consiguen tener un momento de intimidad fugaz. Luisita le cuenta a María que quiere llevarse a Amelia de viaje como regalo de aniversario.

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Luisita se había despertado nerviosa, lo cual era como un presagio de cómo pasaría el resto del día. Hoy tenía que ser el día en el que le diera la sorpresa de los billetes de avión a Amelia, pero no sabía cuándo ni cómo lo haría. Tendrían que estar a solas, por lo que con los niños en casa no podría ser. La opción de por la mañana estaba completamente descartada, ya que ambas estaban en el trabajo y, aunque la idea de enviarle flores con un sobre se le pasó por la cabeza, Luisita quería encargarse personalmente de darle el regalo a su mujer. Al final, la única opción lógica era cuando los niños se fueran a dormir y ambas estuvieran relajadas en el sofá.

En un momento en el que Amelia se levantó al baño, Luisita se hizo con el sobre, lo dejó encima del sofá, en el lugar que ocuparía su mujer y disimuló mirando "atentamente" al televisor.

–¿Y esto? –preguntó cogiendo el sobre antes de sentarse.

–¿Qué cosa?

–Cariño, no sólo no soy tonta, sino que disimulas fatal –señaló poniendo el sobre en el regazo de su mujer.

–Amelia, no se puede jugar contigo, caramba –se quejó cogiendo el sobre.

–Bueno –se mordió el labio–. Sabes que es no es verdad –respondió haciéndose la interesante. Luisita se le quedó mirando y Amelia no pudo contener la risa.

–No te rías –Luisita intentó regañarla, pero la realidad era que estaba intentando no reír–. Ya vale, Amelia. Abre el sobre, por favor –al ver que Luisita se había puesto seria, Amelia recuperó el sobre de la mano de su mujer y lo abrió. Cuando sacó el contenido se quedó observándolo en silencio durante unos segundos, que a Luisita se le hicieron eternos–. ¿Y bien? –tras unos segundo más en los que Amelia se había quedado sin habla, por fin se pronunció.

–¿Nos vamos a Londres? –preguntó atónita.

–Sí, es mi regalo de aniversario –manifestó orgullosa–. Pero echa un vistazo a la reserva de la estancia– añadió y esperó mientras Amelia repasaba el resto de la información que contenía el sobre.

–Luisita, ¿de verdad?

–Por supuesto, amor, ¿qué mejor lugar para quedarnos que en medio del West End? No puedo estar casada con una estrella de los musicales y no llevarla a Theatreland.

–Estrella de los musicales –repitó Amelia riendo. Luisita le quitó importancia al comentario con un gesto, pero no dijo nada–. Espera, según esto nos vamos en dos días, ¿y los niños?

–María se encargará de Dani, Oliver se queda con mis padres y Carla irá a casa de Manuel e Inma.

–¿Carla con Inma y Manuel?

–Sí, se han ofrecido ellos. ¿Te parece mal?

–No, ¿cómo me va a parecer mal? A Carla le encanta pasar tiempo con su tío Manolín –Luisita sonrió compartiendo la afirmación de Amelia, a quien la mente le iba a mil por hora y tras pensar en el viaje y tener en cuenta los niños, pasó a recordar que Luisita había dicho que era su regalo de aniversario–. Ay, cariño, ¿cómo supero yo este regalo ahora? ¿Eh?