6. Cariño, no le des vueltas

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•Recordatorio:

Contexto de la historia: Actualidad. Luisi es jefa de cocina en un hotel. Amelia es actriz y productora de musicales.Tienen tres hijxs: Oliver, Carla y Daniela.

En el capítulo anterior: Luisita sorprende a Amelia alquilando una moto para recrear una cita del pasado. Acaban haciendo un improvisado picnic en los aledaños del Templo de Debod.


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Cuando Luisita y Amelia caminaban hacia la moto para volver a casa, un grupo de chicas jóvenes que caminaban en dirección opuesta empezaron a darse codazos las unas a las otras y a cuchichear. Luisita iba distraída pensando en lo feliz que era, pero Amelia enseguida se percató, puesto que ya estaba acostumbrada a murmullos y miradas de gente que no se atrevía a acercarse pero que sabían que se trataba de Amelia Ledesma. Entonces, una de las chicas se acercó cuando el grupo estaba lo suficientemente cerca de Luisita y Amelia como para no poder disimular.

–Perdonad, sois Amelia y Luisita, ¿verdad?

–Sí, somos nosotras –afirmó Amelia al tiempo que Luisita enfocaba atónita su mirada y miraba extrañada a la chica.

–¿Podemos sacarnos unas fotos con vosotras? Es que nos encantáis. Somos fans de vuestra relación.

–¿Nuestra relac...

–Por supuesto –Amelia interrumpió a Luisita antes de que hiciera que la situación se volviera muy incómoda. La morena sabía que su mujer, aunque lo intentaba, no acababa de saber encajar que la gente la conociera y, especialmente, que fuera "fan de vuestra relación", ¿qué se suponía que significaba eso? Por mucho que las siguieran en las redes sociales o las vieran en algún evento al que acudían nunca podrían saber la realidad de su relación... Luisita comprendía que la gente pudiese ser fan del trabajo de Amelia, pero–. Luisita, cariño, saquémonos unas fotos con estas chicas tan amables, ¿sí?

–Eh, sí, claro –Luisita salió de sus pensamientos y aceptó. Cuanto antes se sacaran la foto, antes podrían volver a disfrutar de su día en pareja. A solas. Después de muchos años priorizando siempre las necesidades de sus hijos. Tras la foto y una corta conversación con las chicas, las cuales parecían todas muy simpáticas después de todo, los deseos de Luisita se cumplieron y pudieron volver a casa.

Una vez en el garaje de su edificio, se bajaron de la moto y pusieron rumbo hacia el ascensor. Entonces, Luisita decidió exponer en voz alta lo que había pensado al encontrarse con aquel grupo de chicas

–Nunca entenderé que alguien sea fan de nuestra relación, ¿qué es lo que significa eso? –preguntó con una honesta curiosidad–. Porque como no sea que hay cámaras que nos vigilan 24 horas y les guste también nuestras discusiones, no lo entiendo –suspiró al tiempo que se encogía de hombros.

–Cariño, no le des vueltas –aconsejó Amelia. Cuando a Luisita se le metía algo en la cabeza...– Es más sencillo de entender de lo que crees.

–¿Ah, sí? Pues explícamelo –pidió girándose ligeramente sobre sí misma, en el pequeño habitáculo que subía hasta su piso, para mirar a su mujer.

–Sabes tan bien como yo que, tristemente, en este país (y en el mundo) –aclaró– aún hay cosas que cosas que no han cambiado y que las mujeres que se sienten atraídas por mujeres no tienen muchos referentes en los que puedan verse reflejadas –explicó de manera simple. Después continuó–. Es uno de los motivos por los que decidí salir del armario públicamente. Pero que conste que no digo que tú y yo seamos un referente, aunque mostrar pinceladas de nuestra relación y no escondernos quizá ayude a alguien. Y es algo que deberíamos tener presente –el ascensor llegó a su destino y Amelia salió al abrirse las puertas.

Sempiterno II: InmarcesibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora