4. Gómez Ledesma

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Me alegró mucho la acogida que tuvo el capítulo anterior. Muchas gracias por el apoyo.

•Recordatorio:

Contexto de la historia: Actualidad (aunque daremos un salto temporal significativo). Luisi es jefa de cocina en un hotel. Amelia es actriz y productora de musicales.Tienen tres hijxs: Oliver, Carla y Daniela.

En los tres últimos capítulos hemos conocido algo más sobre la personalidad de los niños.

Ahora vamos a por el último capítulo:
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Luisita y Amelia habían convertido en tradición el asistir a la manifestación del Orgullo LGTBI+ de Madrid. Las primera veces que habían acudido, lo habían hecho como aquella pareja joven con una legión de seguidoras, que se veían reflejadas en ellas. Tradición que habían seguido manteniendo tras casarse y que tuvieron que perderse alguna vez por obligaciones familiares de fuerza mayor.

Ahora, no siendo esas mismas chiquillas que se habían conocido gracias al estreno de un musical, seguían acudiendo con la grata compañía de sus hijos de 25, 20 y 18 años. Oliver, Carla y Daniela adoraban pasar ese día con sus madres, esas madres que tanto habían hecho por ellos. Y aunque les encantaba, los tres deseaban que un día como ese pronto dejara de ser necesario.

Cuando llegaba el día, siempre hacían todo lo posible para comer juntos en la residencia Gómez Ledesma antes de salir a la manifestación. Luisita y Amelia siempre procuraban tener ese día libre y sus hijos jamás hacían planes de otro tipo. A cambio, sus madres les permitían que invitaran a algún amigo, amiga o pareja, lo cual ocurriría también este año.

Oliver era al único que ya no vivía bajo el mismo techo que el resto de la familia, por lo que sus hermanas esperaban ansiosas no sólo la visita de sus respectivas parejas, sino la de su querido hermano mayor, que este año venía solo, pero feliz, ya que acababa de graduarse en Ciencias Políticas.

Cuando sonó el timbre, Daniela salió corriendo a abrir, esperando que al otro lado estuviera su novio Mario.

–Ah, eres tú, hola... –dijo con poco entusiasmo mientras sostenía abierta la puerta– ¡Carlaaa! ¡Tu novia acaba de llegar! –añadió gritando hacia el interior de la casa mientras la susodicha entraba y cerraba la puerta tras de sí.

–Yo también me alegro de verte, Dani –rio Emma ante la evidente desilusión de la hermana pequeña de su novia.

–Lo siento, es que tengo muchas ganas de ver a mi novio –se disculpó sincera.

–Igual que yo a la mía –intervino la rubia de 20 años apareciendo en el recibidor para darle un beso de bienvenida a Emma. Después, la joven pareja puso rumbo al salón, donde Carla había estado ensayando un guion de un pequeño papel que había conseguido en una obra también pequeña. Aunque aún estaba estudiando interpretación, se había tomado en serio la recomendación de su madre de que aprovechara los veranos para adquirir experiencia participando en pequeñas obras que le brindaran la oportunidad de hacerlo.

Entonces, volvió a sonar el timbre y Daniela se presentó de nuevo, y lo más rápido que pudo, delante de la puerta para abrir con la esperanza de que, esta vez sí, se tratase de Mario.

–¡Hermanita!

–Oli...

–Retira esa expresión de tu cara ahora mismo –demandó Oliver riendo y permaneciendo en el rellano, sin aparente prisa por entrar–. No querrás que quien está saliendo del ascensor ahora mismo te vea así de fea –la chinchó Oli al ver a Mario acercándose a la puerta.

Sempiterno II: InmarcesibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora