-¿Rebeka?- La madre de Cayetana sonrió cuando vio que era ella quien tocó la puerta. -¿Que haces aquí a estas horas? Pasa, pasa.-Se hizo a un lado para dejarla entrar y despues cerró.
Rebeka sonrió timidamente.
-Hacía tiempo que no venía de visita- Miró a la mujer. -¿Esta mejor?
Sabia perfectamente que Cayetana estaba mal, no iba a el trabajo, había dejado las clase. No hacía nada. Ella nunca quiso hacerle daño o quizás si, pero no de aquella forma tan cruel. Solo quería alejarla de su vida.
Pero no podía.
Se había dado cuenta de que nunca podría hacerlo.
-Mas o menos.- Se encogió de hombros entristecida, Cayetana era la única familia que le quedaba. -Sigue en su habitación, no consigo sacarla de ahí.
-Tranquila.- Sonrió. -Yo me encargo.
-¿Por qué dejasteis de quedar...?- Su madre negó con la cabeza. -Lo siento, perdón por meterme donde no me llaman.
Rebaka no podía contarle lo que había pasado, quizás Cayetana ya se lo había dicho. No lo sabía.
-Voy...- Caminó hacia su habitación. -Voy a su cuarto.- Puso la mano en el pomo de la puerta y al abrirla solo pudo ver a una chica mirando a la pared, estaba tapada con las sabanas. Tenía el pelo revuelto y apenas una ralla sol entraba al cuarto por las persianas.
Sabía perfectamente lo mal que podía estar para llevar dias en esa situación.
-Mama vete, ya te he dicho que cenaré más tarde.- No se dio la vuelta ni un solo momento, su voz sonaba diferente, seguía siendo una chica triste.
-Cayetana...
-¿Tu?- Preguntó girandose rapidamente. -¿Se puede saber que haces en mi casa? ¿Quien te ha dado permiso para entrar? ¿Te colaste verdad?
-Yo...- Sabía que en esos momentos no tenía derecho a pedirle nada, le había hecho demasiado daño. -Tu madre me dijo que vienese...- Mintió.
-¿Ves?- Sonrió. -Ni si quiera has venido porque tu quisieras verme a mi.- Se volvió a dar la vuelta tumbandose nuevamente en la cama y se tapó todo lo que pudo con su manta.
Rebeka cerró la puerta antes que su madre volvería por los gritos que pegaba la chica rubia. Se acercó despacio hacia su cama, sabía perfectamente que desde el principio había hecho todo mal.
Le aterraba la idea de que pudiera enamorarse de una chica, de poder estar enamorada de Cayetana.
-Me gustas.- Tragó saliva después. -¿Lo has oido Cayetana? Me gustas.
Caye giró su cabeza para poder mirarla, había derramado un par de lagrimas.
-¿Te gusto?
Rebaka simplemente asintió con la cabeza.
-Estaba asustada, de verdad que nunca quise tratarte así.- Empezó a sentir que las lagrimas se les escaban sin querer. -No te quería hacer daño Caye, esa chica no era yo.
-¿Tienes miedo?- Se incorporó poniendose de rodillas en la cama y también comenzó a llorar. Frunció un poco su ceño cuando asintió con la cabeza, estaba rota. Sus ojos solo podían reflejar tristeza. -Pues te jodes, por haberme hecho sentir así... ¿Solo sabes pensar en ti misma? Tu mundo de cristal no es tan diferente al mio.
Se bajó de la cama.
-Es igual.- Dijo con la voz apagada. -Es completamente igual.
-¿Y que se supone que hay que hacer ahora?
-No lo sé.
Rebeka la abrazó y comenzo a llorar mas intensamente en su hombro.
Cayetana se quedó paralizada y cerró los ojos para seguir llorando después. También la abrazó.
Pegaron sus cuerpos creando solo un mundo.
-No me vuelvas a hacer esto por favor...- La miró juntando su frente a la suya. -O la que se alejará de tu lado sere yo.
Rebeka sintió sin despegarse del abrazo, miró hacia sus labios y los beso cortamente. Después volvió a mirar sus ojos.
-Yo...
Cayetana continuó el beso sin dejarla hablar de nuevo, estaba echa un desastre. Ni siquiera se había duchado y parecía que Rebeka seguía sin querer sperarse de sus brazos o al menos era eso lo que ellas dos creían.
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Mundos de cristal
FanfikceCayetana vivía en un mundo de cristal, Rebeka luchaba todos los días para ayudarla a salir de él. "La historia transcurre tras la muerte de Polo y el nuevo curso en las Enzinas"