Capitulo 3

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Punto de vista de Gia.

CDMX, México.

Hacia cómo tres minutos que habíamos aterrizado en México, las personas iban recogiendo sus equipajes e iban saliendo poco a poco del avión, yo hice lo mismo. Salí chequeando mis redes sociales y mensajes hasta la casi salida del aeropuerto.

Luego vi a un chico alto con el cabello alborotado y de color marrón rojado con un piercing en el labio inferior y también un arete en la nariz. Sus manos sostenían un cartel que decía "Gianna Vélez". Yo sin estar muy segura me acerco a él.

— Hola. — le digo y el chico me mira amable. — Soy Gianna Vélez.

—Hola, yo soy Libardo. — me sonríe. — encantado.

— igualmente. — le devuelvo la sonrisa. — Eres amigo de Zabdiel, ¿no?

— Si, ese cabeza hueca. —nos reímos. — Bien debemos ir a la casa. -- Le sonrío y voy detrás hasta un coche tintado de negro, me gusta lo negro y lo rojo. El chico este, Libardo, me parece muy amable y muy lindo creo que nos podríamos llevar bien, ojalá con todos los de la fraternidad sean igual a él porque sino la voy a pasar realmente mal esta semana. Las calles de México me encantaban y solo había visto bien poco, no veía la hora de poder ver aún más, aunque para ser sincera no dejaba de pensar en Miami y en los chicos y en cuánto los iba a extrañar. Christopher ya me advirtió que debía de abrirme a más personas que no vendría a recogerme la semana que viene sino lo había aunque siquiera intentado conocer a los chicos estos nuevos y salir a estar bien y olvidarme de todo lo que me hizo mal, yo se lo prometí que lo intentaría pero la verdad no sé si eso iba a ser posible. Mi amistad con los chicos de CNCO es muy buena porque soy la hermana de uno de ellos y no les quedó más remedio que lidiar conmigo, y aparte ellos fueron los que me tiraban con una cuerda hasta que consiguieron que me abriera con ellos y me mostraron todo su amor y apoyo por eso la relación es así con ellos. Sin embargo con los de la Privé no sé como van a tomar mis cambios de humor y mis bajones aparte no sé si lograré llegar a tener confianza con ellos de la misma manera que con Erick, Joel, Richard y Zabdiel. -- No tengas miedo y tampoco estés asustada, de veras son lindos y son buenos aunque a veces sean idiotas. -- El chico suspira y me ofrece una sonrisa amable. -- Vamos a hacer todo lo posible porque estés bien y te sientas como en casa.

Estacionó el auto en una especie de garaje y luego salió de él, fue muy caballeroso y me abrió la puerta para que yo pudiera salir y también había sacado mi equipaje del maletero. Después de todo eso me hizo un gesto para que le siguiera hasta un ascensor, llegamos hasta el cuarto piso y nos detuvimos delante de una puerta de madera gris negra.

--¿lista? -- Le asiento con la cabeza no muy segura de ello, pero no me quedaba otra que estarlo. Libardo abrió la puerta y dejó ver un largo pasillo entre dos paredes blancas y al fondo una terraza con delante un teclado a la derecha un sofá de cuero negro y al frente un ordenador. Cuanto más avanzábamos mejor veía el amplio salón que tenía amontonado en una esquina varios aros de luces. Esto eran como una serie de apartamentos conectados. -- Chicos, ya llegamos.

El primero en aparecer fue un chico con el pelo rizado y la cara llena de lunaritos, me miró sonriéndome y yo le devolví la sonrisa.

-- Hola, yo soy Orson Padilla. -- me saludó con un beso en la mejilla. -- Eres muy linda.

-- Gracias, soy Gia Vélez y tu también eres muy lindo. -- Se rie y luego aparece otro chico con el pelo también rizado pero poco menos.

-- Ya deja de ligar Orson, que acaba de llegar. -- Su acento español se hace notar, me encanta el acento español. -- Yo soy Naim. -- me da un abrazo y yo le correspondo. Detrás de Naim llega un chico con fleco tupé y alguna que otra peca, se acerca a mi sonriéndome.

No Way - JeanCarlo León. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora