Capitulo 2

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Punto de vista de Gia.

Era mi última noche en Miami, era la última noche en la que dormía en mi casa desde los últimos cuatro años, desde que se había formado CNCO, iba a extrañar bajar a desayunar y ver a cinco idiotas peleándose por la mermelada y por ver quien aguanta más tiempo la canela en la boca, o las peleas de si es mejor Nesquik o Cola-Cao; también extrañaré con total certeza que me hablen cantando y las fans gritando cosas obscenas a los chicos aunque con buen corazón.

Me encontraba haciendo la maleta en mi habitación, pero con la certeza de que en una semana vuelvo porque yo entre influencers no sé manejarme y aquello para mí va a ser un completo infierno, lo sé y pocas veces en mi vida me he equivocado.
El sonido proveniente del choque de unos nudillos contra la puerta, no miré la puerta pero supuse que era Chris así que le di el paso casi de inmediato.

— Nena. — escucho su acento cubano, es Erick y le miro sonriendo.

— Hola. — él se sienta sobre mi cama y me hace un gesto para que me siente junto a él, yo obedezco. Le miro a los ojos verdes tan bonitos que tiene y él suspira.

— mañana te vas y no sé cuando volverás. — le tomo las manos.

— En una semana ya voy a estar aquí, no voy a aguantar mucho entre influencers, ese no es mi mundo. — Erick niega con la cabeza. — Y ni siquiera me decís sus nombres eso tiene que ser por algo.

— Para que no juzgues antes de tiempo, estoy seguro que CDMX te vendrá bien. — se acerca más a mi y comienzo a ponerme nerviosa. — y si te viene bien tal vez cuando vuelvas, podamos volver a intentar algo que dejamos a medias. — él se acerca y toma mi mejilla y a gritos me pedía juntar nuestros labios, mañana me iba y no iba a desaprovechar la oportunidad de despedirme de él. — ve y sana tus heridas, aquellas que te impiden ser feliz.

Él se levantó de la cama y se marchó por el umbral de la puerta hasta su habitación dejando mi puerta cerrada tras si. Yo continué haciendo mi maleta y una vez la terminé me dormí por última vez en Miami.

(...)

El reloj marcaba las 7:00 a.m y mi avión hacia CDMX salía en dos horas. Me levanté y abrí mi armario para coger la única ropa que dejé en mi armario para ponérmela hoy. Se trataba de unos pantalones vaqueros negro con una camiseta blanca de mangas cortas y una sudadera roja de mi hermano que me había regalado este año por mi cumpleaños porque decía que ya estaba cansado de que se la robara, y en cierto modo es verdad me encanta llevar sudaderas de hombre como me están grandes y anchas se me ven bien; y a estos cinco ya los tenía hartos de robarles sudaderas que nunca les regresaba.

cogí mi maleta y bajé a la sala donde ya estaban todos esperándome para perderme de vista, en sus caras notaba la tristeza de mi marcha pero lo hacían por mi y se les notaba felices porque según ellos esto me iba venir bien, no sé en qué pero  tengo que hacer esto por ellos, es una semana lo que tengo que aguantar tampoco es tanto.

Mi hermano era que el dirigía el coche hacía el aeropuerto dónde en una hora y media saldría mi avión para CDMX. Cuando recibí el aviso de que debía embarcar todos me miraron apenados y yo miré a Erick, si algo me valía el despedirme de él era para darme cuenta de que le seguía amando y sabía que él a mi también y que estaba dispuesto a esperarme lo que fuera.

— No me pongan esas caras tristes que sé que se mueren por perderme de vista. -- les digo de broma pero con algo de verdad, ellos se ríen ante mi comentario y mi hermano era el primero en abrazarme.

-- Vuelve lo más tarde posible enana. -- yo le miro haciéndome la ofendida pero sé perfectamente lo que ha querido decir. -- Eso significaría que estás feliz y que esto h funcionado. Cuando llegues a CDMX, Libardo el amigo de Zabdiel te recogerá en el aeropuerto, será fácil de reconocer porque llevará un cartel que dirá tu nombre, ¿okay enana? -- me vuelve a abrazar para dejar un tierno beso en mi frente. -- Te amo.

-- Yo a ti más Chris. -- le suelto la mano y el siguiente en abrazarme es Joel.

-- Ni creas que porque te vayas voy a admitir que te quiero eh, porque no es cierto. -- yo me río y se me saltan las lágrimas y me di cuenta de lo mucho que quería a este mexigringo, le abracé lo más fuerte que pude y luego se separó de mí dándole paso a Zabdiel.

-- El Nesquik sigue siendo mejor que el Cola-Cao. -- me dice para después abrazarme y dejarme un beso en la frente.

-- Ya quisieras que fuera mejor. -- Me suelta y le da paso a Richard el que me aúpa en el aire para después llenarme de besos por toda la cara. — Ay Richard para.

— Te quiero mucho chamaquita. — luego de eso me abraza y se separa para dejarle paso a Erick que me toma la mano y posa un beso en mi mejilla.

— Lo que te dije anoche sigue en pie. — yo le sonrío.

— Lo sé Erick, lo sé. — él me sonríe de lado.

— Te voy a esperar lo que sea. — me abraza y yo le correspondo mientras siento como se queda impregnado en mi sudadera su olor a perfume de hombre, sus ojos color esmeralda se vuelven cristalinos debido a su saltado de lágrimas.

Pasajeros del vuelo 683 con destino a CDMX embarquen por la puerta 7.

ese es tu aviso enana. — mi hermano se acercó a mí para abrazarme de nuevo. — te amo. — Tras eso dejó un beso en mi frente y yo me giré para embarcar.

— Señorita su pasaje. — me dice la señora que está detrás del mostrador, yo saco de mi billetera los pasajes y se los muestro, ella verifica que todo esté bien y me los devuelve. Miro de nuevo hacia mis cinco chicos y les digo adiós con la mano, ellos me sonríen y me giro para cruzar la puerta de embarque y montarme en el avión que me daría la "nueva" vida en CDMX.

No Way - JeanCarlo León. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora