Capítulo 33

1.8K 178 28
                                    

Punto de vista de Gia.

No sé en qué momento sucedió esto, no sé en qué momento me vi con una bata azul y subida a un potro mientras empujaba y sentía todos los huesos de mi cuerpo romperse, esto de dilatar estaba siendo peor de lo que parecía, siempre me habían dicho que los partos dolían, pero joder nunca me imaginé que dolería de tal forma.

Las gotas de sudor caían sobre mi frente y mi mandíbula estaba tensa.

— ¡Vamos Gia cariño tienes que empujar con más fuerza! — dijo un doctor intentando sacar a mi bebé de mi interior.

— ¡AHHHHH! ¡Ya no puedo más estoy muy cansada! — dije sin fuerzas siquiera para hablar.

— Venga enana, tu puedes. — Christopher, que agarraba mi mano para ayudarme a empujar y trataba de animarme, me habló al oído. Yo solo quería que eso pasase ya, no podía más. Me dolían hasta las pestañas.

— No puedo más Chris. — le dije en un sollozo debido al dolor. — Por favor sáquenla ya. — casi rogué.

— venga, a la de tres vuelves a empujar, ¿vale? — me dijo el doctor y yo asentí resoplando. — una, dos y tres, empuja. — apreté dientes y empuje lo máximo que pude.

— ¡Ahhhhhhhh! — grité.

— ¡No es suficiente! — siguió diciendo el doctor. — Hay que sacarla de ahí, hay sufrimiento por parte del feto.

Sentí romperme en veinte mil piezas, incluso diría que más, no soy lo suficiente para nadie, mi hija quiere ver el mundo y no soy lo suficientemente fuerte para ayudarla a salir y ahora por mi culpa está sufriendo, como sufrió Jean todos estos meses, como sufrió mi mamá y como sufrió Chris, todos ellos han sufrido por mi culpa.

Un golpe en la puerta que hizo al abrirse rápido me hizo mirar hacia ella y ver a Jean con la respiración agitada.

— Señor usted no puede estar aquí. — habló una enfermera.

— Ya lo creo que si. — respondió él.

— ¡Largo de aquí! — gritó Chris y yo agarré su mano para hacerle mirarme.

— de- déjale... — dije con dificultad, Jean se acercó hasta mi y me acarició el pelo. Odiaba que me viera toda fea y sudada. — no me mires... — aparté su vista y él sonrió. — estoy fea.

— Te quiero igual, fea, loca... — me miró a los ojos con profundidad. — porque yo sigo enamorado de ti igual que hace siete meses.

— Jean yo... — mi frase fue interrumpida por una fuerte contracción. — ¡AHHHHHHH!

— Por favor Gia, tú pequeña te necesita empuja. — volvió a decirme el doctor.

— no puedo más... — dije mirando a mi hermano y Jean.

— Claro que puedes, eres Gia Vélez, una sobreviviente ¿recuerdas? — dijo apretando mi mano. — cosas peores has pasado y has seguido teniendo fuerzas para seguir, no estás sola en esto mi amor, así que a la de tres empujas lo más fuerte que puedas que ya tengo ganas de ver a Halsey. — asentí levemente con la cabeza.

— venga, una, dos y tres. ¡empuja!

Cogí todas mas fuerzas que tenía y empujé todo lo que pude, fue solo entonces cuando escuché un pequeño llanto, tan frágil y roto que me dieron ganas de llorar a mi también, pero no podía hacerlo porque ya su tío lo estaba haciendo por mi.

Halsey era una niña de ojos claros como yo y el pelo negro como Jean, su tono de piel era como el de su padre. Podía decir que era la imagen de él en mujer, era tan linda como él.

Estuve tan agotada del parto que sólo quise dormir esa tarde, pero las visitas no me lo permitían.

— Felicidades mami. — dijo Darían entrando en la habitación. — quiero ver a mi sobrina. — dijo buscándola entre las cobijas en las que yo la tenía para mantenerla en calor.

— le hemos traído esto. — Ralf me pasó una caja blanca, al abrirla era un body rosa que ponía Privé baby girl.

— ¿están contentas? — preguntó Orson y Darían y yo fruncimos el ceño. — ahora en privé son tres chicas.

— pronto les dominaremos. — dije yo.

— si ya lo hacéis de todas formas. — replicó Naim.

Los nudillos de Jean tocaron la puerta y pasó a la habitación, se marchó unos minutos para comer, pero regresó antes de lo imaginado.

— Ouh el papá. — sonrió Libardo.

— ¿Puedo? — Jean me lo preguntó señalando a Halsey, se me rompió el alma ver como pedía permiso para coger a su propia hija.

— Claro. — él se la quitó de en brazos a Darían y después de sostenerla un rato me miró y se la devolvió a Fer.

— Te quiero. — dijo mirándome fijamente.

—¿qué? — dije sin entender.

— Que te quiero, que me da igual que me hayas mentido, que me da igual lo imposible que me hicieras la vida, te quiero. — tomó mi mano. — He tardado siete meses en darme cuenta que fui idiota al tener algo que jamás debí de tenerle miedo, porque para el amor no hay edad.

— Jean...

— Estoy aquí delante de todos estos locos, diciéndote que eres la mujer de mi vida Gianna, y que te amo. —toma una bocanada de aire. — que quiero gritar a los cuatro vientos que te amo y que eres la madre de mi hija.

— demasiado amor para mi, vaya subidón de azúcar. — musita Ralf a Libardo y este le da un codazo y se ríe.

— yo también te amo, lo siento mucho por todo lo que te hice pasar, he sido una jodia inmadura, debiste de ser el primero en enterarte que estaba embarazada.

— la primera fui yo. — agregó Darían.

— ¡Darían! — masculló Orson.

— siempre interrumpe. — suelta Naim. — cállense.

— Jean, durante estos siete meses no he dejado de pensar ni un solo Segundo que quería estar contigo, porque te amo y lo hacía en Cuernavaca y lo hago ahora. — no hubo que decir más, sus labios se acercaron a los míos y sin duda fue el mayor tacto que había anhelado durante estos meses.

Estábamos listos para ser felices juntos, nada nos separaría, ahora ya no.

O al menos eso pensé en aquel momento.

______________

HOLAAAAAAA YA TIENEN EL CAPÍTULO, PERDÓN POR HACERLES ESPERAR QUERÍA VER CON CUANTAS ANSIAS LO ESPERABAN.

6 capítulos para el final.

LECTORAS FANTASMA NO.
Voten y comenten❤️

No Way - JeanCarlo León. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora