Capítulo 23

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Punto de vista de Gia.

Al cabo de veinticuatro horas regresé a casa con todos aún creyendo que lo único que a mi me sucedía era una bajada de tensión, sin saber que lo que dentro de mi había era algo más que una mala alimentación. No sabía que iba a hacer con mi vida, no sabía cómo contárselo a la gente y ni siquiera sabía si quería tenerlo. Ahora que todo iba tan bien con Jean, justo ahora teníamos que añadirle un problema; él no se merece esto, no se merece estar atado a mí con algo que no pidió.

Una vez más me dejaron sola en mi habitación para que descansara, la verdad que todo esto me hacía estar cansada y que apenas pudiese andar, me mareaba cada treinta minutos y las presiones en la cabeza se me hacían infernales, creo que son consecuencias de los embarazos adolescentes.

Jean estaba en su habitación creo que grabando, Naim y Orson por ahí andaban haciendo los idiotas, Libardo aún no se había despertado, Ralf estaba en su departamento y Darían tomaba una ducha, cada cual estaba a una cosa.

En unos segundos La puerta de mi habitación sonó y cuando di el paso Ralf entró en ella serio pero se mostraba amable, raro en Marco porque cuando está serio venía con la escopeta cargada, aunque esta vez mostraba amabilidad en sus ojos. Se sentó a mi lado en la cama.

— ¿cómo te sientes Gigi? — me dice suave y mirándome.

— Algo anonadada pero bien. — le muestro una sonrisa.

— Gigi, quiero que me cuentes por qué te desmayaste. — me dice tras soltar un pequeño suspiro.

— Ya les dijo el doctor una pequeña bajada de tensión. — le digo nerviosa.

— Bueno, al menos dime el motivo de la bajada de tensión, porque no me creo que sea por cansancio Gianna. — me dice buscando la respuesta en mis ojos.

— ¿por qué no me crees? — le digo.

— Porque se te nota en los ojos que mientes Gia. — me señala. — Nena, soy tu mejor amigo, sabes que puedes confiar en mi, que lo que me digas nadie tiene por qué saber. — sin saber cómo las lágrimas salieron solas y él me abrazó acariciando mi pelo. — No sólo fue una bajada de tensión, ¿verdad? — niego con la cabeza en su pecho mientras lloro y después me levanto pero él deja sus manos en mis mejillas.

— Es algo mucho peor Marco. — le digo con la voz tomada debido a la llorera.

— ¿pero él qué Gigi? Me asustas.

— Estoy embarazada Ralf, de seis semanas. — él abre los ojos como platos y trata de hablar pero no lo consigue, yo me llevo las manos a la cabeza y trato de evitar llorar otra vez.

— Es de... — trata de decir y yo asiento con la cabeza.

— Sí, de cuando estuvimos en Cuernavaca. — me seco las lágrimas y sorbo mi nariz.

— ¿no se cuidaron? — niego con la cabeza. — ¿como se les ocurre tener sexo sin protección?

— siempre he sido muy consciente de ello Ralf, con Erick no hubo una sola vez que no usara protección; pero con Jean no sé qué sucedió que no la usamos. — le explico y los ojos se me vuelven a empañar de lágrimas.

— y Jean no sabe, me imagino. — niego con la cabeza otra vez. — madre mía Gia.

— Y no quiero que se entere por ahora. — le digo y él me mira. — Aún estoy tratándolo de asimilar  yo, no sé cómo le va a caer la noticia a él y tengo que encontrar una solución, Jean no se merece esto, no se merece estar atado a mí con algo que él no pidió Ralfi.

— Pero también es suyo, ¿no crees que debería de saberlo?

— No, ahora que todo parece estar bien entre nosotros no quiero añadirle un problema, Jean ya estuvo demasiado miedoso con lo nuestro por la edad, ¿y ahora un hijo? Es que es de locos. — hago un gesto como que se me explota el cerebro.

— ¿solo sé yo?

— También Darían, pero es importante Ralf que nadie más sepa, a toda costa quiero evitar que mini Jean está en camino. Así que por favor nada a nadie. — Él asiente y me abraza, yo no sé que tenía Marco pero siempre me hacía sentir más segura y mejor conmigo misma; Ralf hacía aquí el papel de Chris, de hermano mayor, me protegía, me cuidaba y me amaba. Nuestro abrazo lo separó el ruido de cosas temblando, al principio fueron suaves y por segundos el temblor aumentó, el miedo me invadió y la cara de Ralf no me ayudó en absoluto; los gritos de las personas afuera se hizo presente y Darían entró corriendo en bata a mi cuarto.

— ¡Salgamos vamos! — grita y sale corriendo, Ralf y yo nos levantamos de la cama con miedo y cuidado, pues el temblor estaba siendo enorme, las paredes se movían mucho y los espejos de las paredes se caían y Ralf me cubrió abrazándome al igual que Naim a Darían.

—¡Gia! — llegó Jean corriendo. — menos mal que estás bien mi amor. — me agarra del hombro y ahora estaba entre Jean y Ralf. — Salgamos de aquí. — salimos de los edificios de los apartamentos en orden y sin prisa, pero tampoco sin pausarnos, mientras bajamos las escaleras Jean posó su mano en mi vientre y me miró como si supiera que ahí dentro había algo que debiera de proteger porque era nuestro, pero eso duró poco. Logramos salir a la calle y la gente se estaba aglomerando en el centro de la carretera, Jean iba sin calzar. A una niña frente de mí le estaba dando un ataque de pánico y no pude soportar eso, yo sabía cuánto se sufría así que me acerqué a ella con cuidado de no caerme y me agaché a su lado, el edificio de enfrente casi se estaba cayendo y tenía mucho miedo.

— Hey linda. — me acerco a ella y estaba llorando a la par que temblando.

— no encuentro a mi mamá. — me dice entrecortada debido al llanto.

— Tranquila cariño, cuando esto acabe te prometo que te ayudo a buscar a tu mamá. — ella asiente y se seca las lágrimas. — pero ahora por favor quédate sentada y cubriéndote, no te va a pasar nada. — Ella asiente y se cubre, Jean se levantó y temí por él porque justo se reventó un vidrial a su lado pero todo fue bien. Se acercó a mi lado y me abrazó, en ese instante dejé de tener miedo ya estaba con él nada malo podría pasarme. Una vez más volvió a colocar su mano en mi vientre y me miró, luego tragó un nudo.

— Si no salgo de esta. — me mira a los ojos y yo siento el miedo recorrer mi cuerpo.

—Pero qué dices Jean... — él pone su mano en mis labios para hacerme callar.

— Si no salgo de esta, por favor prométeme que le cuidarás bien. — sus ojos comienzan a brillar y me acaricia el vientre, yo pongo mi mano encima de la suya, no podía saberlo pero en ese momento nada importaba. — Te amo tanto Gianna, que una vida no sería suficiente para amarte. — sus ojos se cristalizan y los míos también, yo sabia que era porque estábamos aterrorizados por el temblor que pasaba. Acercó su rostro al mío y me besó, delante de toda aquella gente, inclusive de fans de privé, pero es que nada importaba.

— Yo también. — le sonrío y él a mi. Me di cuenta en ese momento que Jean era lo mejor que me podía haber sucedido nunca.

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HOLAAAAA AQUÍ ESTÁ EL CAPÍTULO DE HOY.

Mi gente de DF, cerca y todos esos lugares donde llegó el temblor, ¿se encuentran bien? Ojalá todo esté bien, mucha fuerza mi gente ❤️🇲🇽

Nuestros chicos de Privé si están bien menos mal! 💘

¿Jean sabe o no sabe a cerca de su hijx?

LECTORAS FANTASMA NO🖤
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No Way - JeanCarlo León. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora