CAPÍTULO 51

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Judas abre la puerta y los dos entramos en la sala, ya está todo el mundo allí. Jared encabeza la mesa, a su lado Soph, y hay dos asientos libres a su derecha, donde nos dirigimos en silencio Judas y yo. 

Veo a Daemon y a Victor también sentados en la mesa, además de otras personas que también conozco. Jax está sentado bastante alejado y nuestras miradas han coincidido por unos segundos. 

El ambiente de la habitación es tenso, y el silencio está empezando a agobiarme aunque intento mantenerme serena. 

Todos están bien sentados en su sitio, algunos tienen los brazos cruzados y otros tienen las manos apoyadas en la mesa. Judas a mi lado parece calmado, y si no lo conociera diría que todo esto no le produce ninguna inquietud, pero él es así, no muestra lo que siente a cualquiera y aparenta que todo está bien con él.

Cruzo los brazos sobre mi pecho y después de echarle un vistazo a toda la sala, hay más de quince personas a las que no he visto nunca, miro directamente a Jared, en la cabeza de la mesa y al lado de Judas.

-Bien, ahora que estamos todos aquí debemos empezar la reunión. -habla el padre de Judas calmado. 

-De acuerdo. -se escuchan varias voces a coro, aunque otras, como yo, están completamente callados.

-Hablaremos con los rebeldes salvados, los veinte. -comenta- Ellos pueden tener información, lo que sea, por muy mínimo que sea, quiero saberlo. Puede sernos de mucha ayuda. 

Yo miro a las personas que no conozco, los rebeldes salvados, exceptuando a Jax, a él si lo conozco bien.

Al principio ninguno de ellos habla, parecen algo nerviosos, excepto mi amigo. Él está apoyado en el respaldo de la silla, en una postura relajada. Lleva el pelo castaño peinado y desde aquí no logro ver bien sus ojos claros. 

-Veníamos de donde tienen a todos los rebeldes. -es lo primero que dice una chica rubia, de mi edad más o menos. 

Jared asiente, invitándola a que siga hablando.

-Llevábamos un largo tiempo allí metidos, muchas horas trabajando por ordenes del rey, con una, o dos si tenías suerte ese día, comidas al día. Dormíamos muy poco y no siempre era la misma hora. Podíamos pasar hasta veinte o veintidós horas sin dormir, y tan solo te dejaban parar si te desmayabas, lo que al menos pasaba una vez a la semana, -para un segundo a tomar aire y todos la miramos atentamente- o morías. Al menos han muerto veinte personas, y solo de mi alrededor, no se cuantas han podido morir en total.

Jared asiente y veo como se frota la frente con su mano. Pensando algo. 

-¿Por qué estaban trasladándolos? -pregunta Judas sentado a mi lado.

-Querían separarnos, volvernos dos grupos, así también sería más difícil que los rebeldes, vosotros, -especifica ella- nos salvaran a todos. Éramos el primer grupo que trasladarían, y lo harían una vez a la semana, para no ser tan evidentes, escuche que decían ellos. Y no serán los mismos días, los irán cambiando. 

Yo la observo en silencio mientras habla, hay que admitir que no es mala idea lo que había pensado Niall, así sería mucho más difícil salvarlos, si los separa, nosotros también tendríamos que separarnos para salvarlos, y seríamos más débiles. Mis rasgos se endurecen y tenso mi mandíbula. Si Niall lo logra nos debilitaríamos muchísimo, no podemos permitir eso.

Cuando la chica termina de hablar todos nos quedamos en completo silencio, analizando sus palabras. Tenemos que idear un plan, hacer algo, nos podemos permitir que Niall y Ville, que seguramente también esté detrás de todo esto, se salgan con la suya y logren completar este plan.

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