CAPÍTULO 53

1K 114 6
                                    

Jared mira a su hijo, sentado a mi lado, mientras se cruza de brazos y apoya los codos en la mesa que nos separa. Yo intento parecer tranquila aunque en este mismo momento quiero arrancarme los pelos a jirones yo misma. No se a que nos ha traído aquí, y eso me pone muy nerviosa, tan solo espero que no sea lo que estoy pensando.

-Mañana saldréis en grupos, cada uno de vosotros encabezará un grupo, así que iréis separados. -habla Jared.

Judas me mira y yo tan solo asiento. Vuelve a girar la cabeza y mira de nuevo a su padre, se apoya en el respaldo de la silla cruzándose de brazos. Esta serio, analizando las palabras pronunciadas por su padre, y entendiendo que es un plan tan simple y correcto como los demás, tan solo yo se que no es así y un gran nudo se hace en el interior de mi estómago unos segundos. 

-Esta bien, ahora lo organizaremos todo.

Jared asiente y yo imito su gesto, intentando calmarme por dentro.

-Ven, Judas, quiero darte algo. -habla Jared al tiempo que arrastra la silla y se aparta del escritorio.

Se levanta y se dirige a una de las estanterías que hay en la habitación. Yo miro sus gestos y veo como Judas a mi lado se levanta de la silla y se dirige al sitio donde su padre rebusca entre libros. Toma un libro gordo y pesado y lo observa con detenimiento, al igual que yo. Es un libro antiguo pero bien conservado y no tiene una mota de polvo. La habitación se suma en un silencio total hasta que Jared decide abrir el libro. Judas y yo, todavía sentada frente el escritorio, observamos todos sus gestos. 

Jared apoya el libro en la mesa y veo que tiene hecho un agujero al romper varias páginas, no es muy grande, y está situado sobre la mitad del libro. Es un cuadrado perfecto donde cabría algo pequeño, aunque no logro ver desde donde estoy si hay algo. 

Judas está cruzado de brazos y mira a su padre y al libro que descansa en la mesa. Jared mete los dedos en el agujero del libro, sin apartar la mirada de él, saca un anillo. No podría decir si es para mujer u hombre, es dorado y tiene detalles esmeralda, se ve que es antiguo y valioso, y apostaría que significa algo importante.

-Ponte este anillo, ya es tuyo, y no te lo quites nunca. -dice Jared.

Judas agarra el anillo en silencio y lo observa detenidamente. Yo me levanto de mi sitio y me acerco a Judas. Él se lo pone y estira su mano, mirando ahora el anillo decorando uno de sus dedos. 

-Era de tu madre. -aclara su padre- era una reliquia, y me hizo prometer que te lo daría, así que debes prometerme que nunca te lo quitaras. 



Judas y yo salimos con la manos entrelazadas de la habitación. Está serio y con la mirada algo perdida mientras avanzamos por los pasillos. 

-¿Estás bien? -digo parando y estirando de su mano. 

Él me mira y se pasa la mano que está entrelazada con la mía por el pelo, justo en la que lleva el anillo de su madre. 

-Si, solo que me siento algo extraño desde que me he puesto el anillo, como si fuera algo muy pesado lo que me he cargado. -me explica y yo lo escucho sin apartar la vista de la de él- No por el material ni nada por el estilo, pero es como si su significado fuera mucho más allá de lo que mi padre me ha explicado. 

Aparto mi mano de la suya y poso las dos en su rostro, obligándolo a que mire hacia abajo, hacia mi. Acaricio sus mejillas y él suelta un pequeño suspiro. 

-No te comas la cabeza, ya le preguntarás en unos días o ya te lo contará, ¿vale? Además que desgraciadamente tenemos muchísimos problemas ahora mismo. 

REBELDEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora