CAPÍTULO 39

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Miro a los cuatro hombres vestidos sin ningún tipo de arma. Es peligrosa que no lleven, pero más aun que si las lleven.

Si llegasen a descubrir que tienen armas descubrirían que son rebeldes, y podrían ocurrir dos cosas, los capturan y los encierran con los demás o los matan. Y ahora mismo en la situación en la que estamos no nos conviene ninguna.

-¿Dos días? -pregunto.

Uno de ellos asiente.

-Si en dos días no hemos llegados tendrá que ir otro grupo, y puede que nos hayan capturado, o... Bueno os lo imagináis.

Jared asiente y se cruza de brazos. Este plan en muy arriesgado, todos lo sabemos. Pero no tenemos muchas opciones.

Jared tiene los rasgos tensos y los brazos cruzados en el pecho le dan un aspecto intimidante. Judas, al lado suya, también tiene los brazos cruzados y el ceño fruncido.

Mis manos en los bolsillos están algo sudorosas, estoy nerviosa, este plan tiene muchas fallas, y todo se puede complicar en un simple pestañeo.

Me paso las manos por el pelo y suelto un suspiro.

-Bien, nos vamos. -anuncia el cabezilla del grupo.

Judas, Jared y yo asentimos. Daemon, Rusxe y Victor están dos pasos alejados y observan todo sin comentar nada.

-Dos días. -susurro.

La espera será eterna.

Los cuatro hombres se van.

En estos dos días tienen que frecuentar el bar donde según el hombre del otro día, había descubierto información bastante interesante y que nos será de mucha ayuda.

Ellos tienen que intentar conseguir la mayor información posible.

-Bien, vamos. -digo- hay demasiadas cosas que hacer.

Todos asienten y cada se va a hacer lo que tienen que hacer.

Daemon antes de marcharse me lanza una mirada acompañada de una sonrisa reconfortante. Yo me cruzo de brazos y le devuelvo una sonrisa para que se queda tranquilo.

Cuando todos en la sala, menos Judas, se han ido, me llevo mas manos a la cara y suelto un suspiro.

La mano de Judas se posa en mi hombro y me hace girarme para mirarlo a la cara.

Yo quito las manos de mi cara y las dejo colgando a los lados de mi cuerpo. Noto mi cuerpo totalmente tenso mientras miro a Judas.

-Tranquila ¿Vale?, Todo saldrá bien. -dice Judas mientras me abraza.

Yo gustosa recibo el abrazo y paso mis manos por su espalda.

Apoyo mi rostro en su pecho y el suyo reposa en mi cabeza.

Por unos efímeros segundos, estando abrazada a él, imagino otra vida, otra situación, donde podemos ser felices y no tendríamos que pensar en una guerra que esta por venir.

Cuando nos separamos nos miramos de nuevo a los ojos. Él sonríe trasmitiendome tranquilidad. Aunque ahora mismo, yo no soy capaz de devolvérsela. 

Posa sus manos en mi rostro y yo cierro mis párpados.

Unimos nuestros labios en un beso lento y cariñoso. Y pasamos unos minutos así, en los brazos del otro mientras nos besamos.

Cuando nos separamos, enlazando nuestras manos, salimos de la sala y nos dirigimos a la sala de entrenamiento.

Dos horas después una capa de sudor me recubre entera. Llevo el pelo recogido en una coleta de caballo, totalmente despelucada.

REBELDEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora