CAPÍTULO 2

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Me despierto en mi habitación con la misma ropa de ayer. Me toco el pelo, si llevo la peluca. A mi lado Mer también duerme. Me siento en la cama y dolores punzantes cruzan mi cabeza.

Dios, que dolor de cabeza, creo que ayer me pase bebiendo. Pero valió la pena.

Zarandeo a Mer hasta que se despierta.

-¿Que quieres? -gruñe, agarrándose la cabeza.

Ya se quien también se paso ayer con la bebida.

-Quiero que te levantes, son las once -digo mirando la hora en el móvil- y pronto vendrá en servicio de limpieza. Y si te ve con esas pintas en mi cama, parecerá que las dos venimos de la borrachera de nuestras vidas, justo de lo que venimos.

Ella me mira.

-Vale, tienes razón -admite- pero préstame una gorra y unas gafas de sol. No pueden verme con esta cara y estos pelos o toda mi reputación se va a tomar por culo.

Ella siempre una diva.

Yo río pero se lo doy.

Me voy al baño y me miro en el espejo, no llevo puestas las lentillas, menos mal, aunque no me acuerdo de habérmelas quitado cuando llegamos.

Me quito la peluca rubia y me quito el recogido que me hizo ayer Mer para ponerme la peluca. Dejo caer mi pelo castaño hasta la cintura y ahora si soy completamente yo.

Salgo del baño y ya Mer ha recogido todo. Lleva puesta la gorra y las gafas y no tiene pinta de estar en medio de una buena resaca.

-Bueno ya me voy.

-Vale.

-Oye... -dice.

Yo me vuelvo y la miro a la cara.

-Dime.

-Mañana ya es tu cumpleaños. A las nueve empezaba la celebración ¿verdad?

-Si, y a las nueve y media la cena.

Asiente.

-¿Nos arreglamos juntas? -Asiento en respuesta -¿a las siete vengo?

-Vale.

-Okey, mañana nos vemos.

Nos damos dos besos y sale de mi habitación con todas sus bolsas.

Me tomo dos pastillas para el dolor de cabeza y me vuelvo a acostar en la cama. Estiro mi mano y cojo el móvil. Ningún mensaje o llamada perdida de Niall. Ha leído los mensajes que le puse ayer y no me ha contestado. Tiro el móvil al lado mía sin ningún miramiento.

¿Y si no esta aquí mañana? Es mi cumpleaños número veinte.

Me visto con algo cómodo y me dirijo a la cocina, hoy hay una cocinera que no he visto nunca.

Me da un plato con mi desayuno y yo le agradezco.

Mientras como estoy perdida en mis pensamientos.

Subo a mi cuarto y me pongo ropa deportiva.

Salgo al jardín y luego a la calle. Enchufo los auriculares al móvil y pongo Hard rock hallelujah de Lordi. Guardo mi móvil en el bolsillo y empiezo a correr.

Evito calle muy transitadas y con mucha gente. Además me he puesto unas lentillas café y una gorra para que nadie me reconozca. No quiero que la gente me pare y me pidan fotos, porque eso es lo que quieren cuando se acercan. Y hoy solo quiero correr y despejarme un poco.

Cuando lleve algo más de una hora entro en una cafetería donde no he entrado nunca. Me pongo a la cola y espero mi turno.

Me atiende un chico rubio de unos veinticinco años. Pido un café. Me lo trae, pago y me dirijo a una de las mesas que no este ocupada.

Termino mi café y salgo de la cafetería hace un día precioso. Empiezo a correr de nuevo hasta llegar a palacio.

Ya en mi habitación me doy una ducha y me visto.

Cojo el móvil y reviso los mensajes de Niall, nada, sigue sin responderme. Tomo la decisión de llamar a Selene. La llamo dos veces pero no me lo coge, supongo que estará ocupada.

Llamo a Lydia esta vez, pero no me lo coge. Llamo a Daemon y si me lo coge.

-¡Daemon! -digo alegre- que de tiempo sin hablar.

-Si, es verdad, parece que fue hace siglos. -responde.

-¿Qué tal has estado?

-Con Diana lo deje hace tres días. -dice triste.

-¿No era el amor de tu vida? -le pregunto.

Todas son el amor de tu vida, pero no dura con ninguna más de dos semanas.

-Lo era, Delia, hasta que descubrí que no se había visto ninguna película de Marvel.

Uf, malo. Daemon es muy fan de Marvel.

-No estábamos hechos el uno para el otro. -se sincera. -¿Y tú? ¿Qué tal anda mi reina favorita?

Río por ese comentario.

-Aquí vamos... ¿sabes algo de Niall, por cierto?

Parece pensárselo.

-Si... hablamos un rato ayer, dijo que e iba a llamar pero que estaba muy liado en una ciudad en no se donde.

Pues no se cuando piensa llamarme, o por lo menos responder a un mensaje.

-Vale... y ¿y vendrás mañana a mi cumpleaños? -le pregunto.

-No me lo perdería por nada, cielo.

-Vale. Mañana nos vemos Daemon.

-Adiós Delia.

Cuelgo y me quedo mirando la pantalla.

Decido mandarle un mensaje a Jax, no se si al final mañana vendrá a mi cumpleaños. Lo hecho mucho de menos.

"Hola, Jax. ¿Qué tal? Hace ya una semana que no hablamos... te echo de menos. ¿Podrás venir finalmente a mi cumpleaños? " Pulso enviar y guardo el móvil.

Me levanto y salgo del cuarto. Estoy aburrida, no tengo ganas de leer ni de hacer deporte.

Camino lentamente por palacio. Sigo sin sentirlo como mi hogar... y llevo viviendo aquí siete meses. Ando silenciosa por los pasillos. Curioseo y miro todo palacio, aunque ya me sepa todo de memoria de las veces que he hecho esto.

Paso por delante de demasiados cuadros y lujos, pero nada me importa en realidad, por mucho que eso cueste, no me transmite nada.

Escucho murmullos de dos voces a lo lejos. Bastante bajas. No reconozco a esta distancia las voces. Me acerco a donde provienen las voces sin hacer ruido, no quiero que me escuchen y que paren de hablar.

Están hablando, muy bajito pero sin llegar a susurrar. Reconozco perfectamente las voces. Y me alegro mucho cuando escucho la segunda voz. Es Niall y la otra voz Ville.

Quiero ir y abrazarlo, lo he echado muchísimo de menos. Pero me horroriza ver de lo que están hablando.

¿De que estarán hablando? ¿Por qué Delia se siente tan incomprendida? ¿Cómo ha llegado a vivir esta vida, una vida que nunca quiso?

Voten y comenten que les parecio.

JULY

REBELDEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora