CAPÍTULO 5

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¡DOBLE ACTUALIZACIÓN, COMPRUEBA SI LEISTE EL ANTERIOR O SALTASTE DIRECTAMENTE A ESTE!

ESPERO LES GUSTE.

¡NO! No, no, no, no.

No quiero. No quiero casarme con veinte años ¡NO! Y menos después de lo que le escuchar decir ayer con Ville. No quiero. 

No pasa tiempo conmigo, a penas. No contesta mis mensajes... no me llama cuando esta fuera, que es la mayoría del tirmpo. ¿Qué esta pasando con nuestra relación? ¿Qué esta pasando con él? 

Se esta volviendo justo como era su padre. Le da igual ese cuarenta por ciento, más del cuarenta según tengo entendido, que necesitan ayuda. 

Me ha hecho una encerrona, no puedo decir delante de todos que no. Si puedo en realidad, pero quedaría de mala, todos me mirarían diferente, todos me preguntaran ¿por qué no aceptaste? 

Porque ninguno de ellos se da cuenta de como estoty, de como me siento, de como actua Niall, de que tengo que hacer lo que ellos dicen, que soy una reina totalmente controlada. Joder, estoy ahora más controlada de como estaba con la reina rogue a la que mate. 

Tengo que controlarme y no prender fue a la sala, no solo a la sala si no a todo el palacio. 

Justo el día de mi cumpleaños número veinte. Dios, no quiero casarme ya, y menos en como estamos ahora msimo. Me siento fatal. 

Obligo a mi boca a decir la mentira más grande que he dicho nunca y ha sonreir, la sonrisa más falsa que he puesto en mi vida. 

-Si, si quiero, me encantaría ser tu esposa. 

Niall sonríe. Me pone el anillo y se levanta del suelo. 

Me coje la cara entre sus manos y junta nuestras bocas, no me queda otra que seguirle el beso. 

Ahora me tendrá completamente controlada, más incluso de como me tiene ya. 

Cuando se separa me sonríe, y yo vuelvo a sonreir falsamente. 

Mis ojos se humedecen, y no es por la felicidad que siento, que no siento ninguna, ni de tristeza, no estoy triste. Son lágrimas de impotencia las que ruedan por mis mejillas.

Pero todo el mundo piensa que son de felicidad... felicidad por casarme, con el hombre que me tiene controlada y que una vez fue lo que más quería.

Me vuelvo hacia donde nos mira todo el mundo. Todos aplauden y sonríen hacia mi. Todos se alegran y no pueden estar más alegres. Todos menos una persona.

Mer. 

Mer no sonríe ni aplaude. Ella ha estado conmigo estos siete meses, ella ha visto como me he ido derrumbando, ahora es la persona que más me conoce y sabe distinguir entre una sonrisa mia falsa o verdadera. 

Tiene el rostro inexpresivo, no hace un mínimo gesto. No aplaude o vitorea como los demás, y se lo agradezco enormemente. Ella sabe como me siento ahora.


Las horas siguientes se me pasan muy lentas. Todos me felicitan y me dan la enorabuena. Dicen tantas cosas que la mitad de ella ni las escucho.

Cuando ya he hablado con todos, me disculpo diciendo que voy al servicio, en cuanto Mer me ve saliendo me sigue. 

Entramos en uno de los baños de palacio y cerramos la puerta. 

Abrazo a Mer, ella me acaricia el pelo tranquilizandome. 

No suelto ni una lágrima, no pienso soltar una lágrima más. 

REBELDEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora