CAPÍTULO 20

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La moto sube la cuesta y sale disparada en el aire. Mi pelo revolotea alrededor de mi rostro. Miro hacia abajo. Hay tierra pero mucho más abajo. Más que el suelo anterior.

La moto recorre unos cuantos metros en el aire y luego cae en picado en otra cuesta que nos lleva hacia el suelo.

Judas acelera en cuanto llegamos al suelo.

-¿Bien? -oigo que grita preguntándome.

-Eso a sido alucinante... -susurro en su oido. No quiero gritar.

Noto como de pone un poco tenso.

Puede que susurrarle eso en el oido no haya sido la mejor idea del mundo...

¡Pero estamos montados en una moto y acabamos de hacer un pedazo de salto! No lo puedes interpretar de otra manera.

En las curvas hay veces que llego a pasar algo de miedo. Las coge muy bruscas. Pero es alucinante. Y creo que le hace gracia cuando me agarro más a él.

Ahora mismo va más lento que antes. Y yo tengo mas manos en sus abdominales, metidas dentro de su camiseta y chaqueta. Y no se como hemos acabado así, pero no me quejo.

Tres horas después para la moto. Estamos rodeados de árboles y matorrales. No se puede ver a mucha distancia y no se escucha nada.

Saco las manos de debajo de su camiseta y me bajo de la moto. Él hace lo mismo.

-¿Que traes? -me pregunta.

Abro mi mochila y miró.

-Bocadillos y agua.

Quince minutos después volvemos a montarnos en la moto.

Él busca mis manos, cuando ya estamos los dos subidos, las coge y las mete debajo de su camiseta.

Saca las suyas, dejando las mías bajo su camiseta. Arranca la moto y salimos disparados.

-Ya estamos llegando. -grita.

A lo lejos veo ya edificios.

Acelera hasta que tenemos a pocos metros la entrada.

Entra en la ciudad a toda velocidad y se mete en una calle, lejos de la avenida, lejos de la pequeña multitud de gente.

Baja la velocidad mientras callejea. Salimos a la avenida tiempo después. Vuelve a meterse en otra calle.

Miro hacia todos lados. Buscando cosas importantes que nos puedan servir. Comida y ropa sobretodo.

Judas aparca la moto y los dos bajamos.

Me coge del brazo y me acerca mucho a él.

-No mires hacia todos lados cuando robes algo, eso te delata, no te pongas nerviosa. No muevas mucho las manos antes de robar algo. Procura no robarle a gente que veas muy fuerte, sobretodo a hombres. Es mejor tiendas o puestos, no suele haber mucha seguridad.

Asiento.

-Bien, ahora vamos. No tenemos todo el tiempo del mundo.

Salimos de la calle y empezamos a andar tranquilamente.

Judas se mete en una tienda y yo me acerco a un puesto, pero no directamente. Con una pequeña ráfaga de viento hago que a la mujer se le pongas algunos pelos en la cara y eso la despista. Nadie me mira. Cojo lo que puedo del puesto y me lo meto en los bolsillos disimuladamente.

Me voy del puesto sin volver a mirar a la mujer. Ya algo alejada lo meto todo en la mochila que llevo colgada y que esta casi vacía.

Veo a Judas en otra tienda.

REBELDEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora