Warzone Heir || Bucky Barnes (Warzone legacy 3)

Capítulo 12: "Perra que ladra sí muerde"

El jadeo lentamente iba disminuyendo y Liv ya comenzaba a notar su ritmo cardíaco regularizarse a medida que pasaban los segundos. Era un hermoso día de verano en Wakanda, caluroso pero no agobiante, lo que la muchacha agradecía durante aquella intensa sesión de ejercicio con las mujeres de la guardia real. Era la segunda vez que se encontraba con ellas entrenando y podía notar como lentamente iban bajando la guardia respecto a su presencia allí. Bueno, al menos ya no la evitaban como si tuviera una enfermedad contagiosa y ya casi no tenía que pretender no escuchar los comentarios por lo bajo sobre ella. Bastante bien para haber estado allí no más de una semana. Calculaba que para el fin del primer mes ya estarían encariñadas. O al menos eso esperaba, porque había notado últimamente que ningún hombre se atrevía a aparecerse en la arena de batalla donde entrenaban las Dora Milaje y aquello era de su beneficio, ya que quedarse encerrada en la habitación del palacio comenzaba a aburrirle y de esta manera al menos sabía que no tendría que preocuparse de cruzarse a Bucky en algún inoportuno momento.

Liv cerró los ojos por unos segundos, dejando que la brisa de mitad de mañana enfriara su acalorado cuerpo, aprovechando para dar un par de sorbos de agua. Todavía estaba insegura de cómo tomarse el rompimiento y, a pesar de que tratara de no pensar mucho al respecto, la pelea de la noche de la fiesta continuaba reproduciéndose en su memoria como un disco rayado. No recordaba mucho qué había sucedido después, suponía que alguien la había llevado a su habitación luego del octavo vaso de whisky, pero su memoria estaba un poco confusa. Cualquiera hubiera sido el caso, se levantó a la mañana siguiente como si nada hubiera pasado, la resaca haciendo un muy buen trabajo para distraerla de los problemas reales. Una semana había pasado desde entonces y no había vuelto a derramar ni una lágrima, pero no sabía si se trataba de su nueva encontrada madurez emocional o si su cerebro aún no había procesado los eventos ocurridos. No importaba, de todas maneras. El mundo no dejaba de girar por un hombre, estaría bien. Aunque una parte de ella deseara que Nat aún estuviera allí para aconsejarla una última vez...

—Liv —la muchacha abrió los ojos ante el llamado y levantó la mirada de donde se encontraba sentada en el suelo hasta encontrarse con Shuri—, ¿cómo has estado? No te he visto por el palacio.

—He estado ocupada desempacando y poniéndome al día —fingir que no había pasado los últimos seis días encerrada evitando a su ex novio era mejor que decir la verdad y recibir una mirada cuestionable de una niña de dieciséis años.

—Entiendo —la joven sonrió de lado, como si supiera algo que ella no—, debe de ser molesto ausentarte por un mes y regresar un año después.

—¿Bromeas? Estoy harta de seguir perdiéndome mi cumpleaños. A estas alturas no estoy segura de cuántos años tengo —dijo con una sonrisa, secando el sudor que caía por su frente.

—Veo que has conseguido un pasatiempo —la princesa señaló con su cabeza el grupo de mujeres que aún entrenaban a unos metros de donde ellas estaban—, me sorprende que te hayan dejado pelear con ellas. No suelen ser muy abiertas a la gente de afuera.

—Lo he notado —sonrió la pelirroja—. Creo que les agrada poder usarme de conejillo de indias. Nada de lo que hagan puede lastimarme realmente y parezco ser útil como muñeco de pelea para entrenar a las nuevas —finalmente encontró las fuerzas para levantarse de su lugar y se paró a un lado de Shuri, ambas observando la arena de batalla frente a ellas—. He empezado a encontrar un patrón en algunas palabras que usan con frecuencia.

—Puedo hablar con ellas si quieres —dijo la chica, volviendo la mirada hacia Liv.

—No te preocupes —sonrió ella—, creo que les agrado más de lo que les gusta admitir. Además, es divertido, sus tácticas de pelea son tan distintas a lo que estoy acostumbrada. Y siempre es bueno saber que estoy ayudando en algo, al menos ¿Qué hay de ti? ¿Qué haces por aquí tan temprano? —preguntó luego de un leve silencio.