Capítulo 21: "Instinto suicida: Parte 1"

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Supo que el momento había llegado algunos minutos antes que el resto. Sí, tal vez Peter tuviera su sentido arácnido y todo eso -como él se encargó de alardear sutilmente en varias ocasiones- pero si había alguien allí que tenía una sensibilidad para las batallas, era ella. No podía explicarlo con total certeza pero había algo similar a la calma previa a la tormenta que llenaba el aire de energía estática y le avisaba que todo estaba por irse inevitablemente por el caño. No le caía muy bien ese sentimiento.

De todas formas, y como no podía encontrarse un cien por ciento segura al respecto hasta que era demasiado tarde, no habló. Y, como tantas otras veces, se arrepintió de no haberlo hecho. Quizás podrían haber estado más preparados. Pero, siendo honesta, Liv no veía cómo eso podría ser posible. Estarían haciendo lo mejor que podían con lo que tenían lo cual, genuinamente, no era mucho ¿Pero qué tan difícil podría ser vencer a un tipo con tres gemas del infinito?

En realidad, Liv prefería no saber la respuesta a esa pregunta.

Pero, finalmente, el momento que tanto temía y a la vez ansiaba, llegó. La materialización de las pesadillas que había tenido en los últimos años hizo acto de aparición por un portal, provocando un leve temblor en sus manos y que su respiración se entrecortara. Y ella tenía que observarlo todo escondida en un rincón mientras evitaba que Peter tuviera un ataque cardíaco por los nervios, todo porque Tony lo había ordenado. Era una entusiasta del elemento sorpresa como cualquier otro, pero no era divertido cuando ella no se encontraba en la primera línea. Pese a eso, y considerando que no se destacaba por ser el cuchillo más afilado del cajón, cedió ante sus impulsos y siguió el plan, permitiendo que fuera Stephen el que se exponía. Pero a la primera de cambio de planes, no dudaría en tirar el de Tony por la borda y romperle la cara, la cual, por cierto, era aún más fea de lo que hubiera imaginado ¿Quién hubiera dicho que sus sueños le estaban haciendo un favor al no mostrarle el rostro de su enemigo?

Stephen le dio la suficiente charla para que Liv se enterara de dos cosas: la primera, aquel basurero era el planeta natal de Thanos, y la funesta segunda, tenía una gema más. Si los cálculos de la chica estaban en lo correcto, solo le faltaba la de Strange y la de Vision. Aquello resultaba más desalentador de lo que se atrevía a confesar y todo ese plan parecía haberse convertido en una misión suicida y Liv las conocía, eran su especialidad.

Entonces, una vez que la ilusión sobre el esplendor que aquel mundo había sido desapareció, todo sucedió muy rápido. Stephen enfrentó a Thanos y, casi inmediatamente, Tony lanzó sobre él un edificio completo.

—Pan comido, Quill —se burló por su intercomunicador. Pero Liv tendría que ser la primera aguafiestas escéptica en decir que aquello no funcionaría.

—Por supuesto, si tu objetivo es molestarlo —no creyó que el momento llegaría, pero por primera vez estaba de acuerdo con el idiota de Star Lord.

—Peter, quédate aquí hasta que te digamos. No te metas en la línea de fuego, por favor —bueno, debía admitirlo, en esa ocasión era puramente el estrés post traumático el que estaba hablando pero ¿podían culparla? El chico apenas tenía quince. Tendría tiempo para ser suicida.

El muchacho se limitó a asentir y ponerse su casco, justo a tiempo para ver la gran explosión color púrpura. Bueno, Liv no creía que pudiese haber una señal más clara para indicarle que saltara a la acción.

—Mamá, trata de no dejar que me maten esta vez ¿quieres? Te prometo que puedes elegir mi próximo vestido —ofreció en una plegaria bastante de medio pelo, pero no tenía tiempo para ponerse ceremoniosa mientras saltaba del techo donde se escondía, directo a la acción.

La luz violeta se volvió roja de un segundo para el otro y de los escombros surgieron millones de murciélagos de los que Liv tuvo que escudarse con sus runas. Aquello le produjo un desgaste mayor al que debería, pero se encontraba ignorando el hecho de que había viajado a través de Bifrost ese mismo día y que sus heridas de la batalla anterior no se encontraban completamente curadas. Por no mencionar que se enfrentaba contra la fuente en estado puro de la cual había obtenido su poder. Pero aún seguía siendo una testaruda cabeza hueca, así que esas cosas distaban de desanimarla para ir corriendo hacia la ciruela con esteroides e intentar atacarlo a punta de espada.

Esa había sido por lejos la peor idea de la semana. Y eso que esa semana había tenido varias bastante malas.

Strange y Drax se vieron inspirados por su plan y comenzaron a intentar herir al titán con objetos punzantes. Solo hicieron falta un par de segundos para que Liv ignorara su nuevamente rota costilla y se volviera a abalanzar hacia el enemigo. Este se deshizo de ellos como moscas y la chica estuvo segura de que a lo único que le habían hecho daño era su ropa. Al menos cayó en los brazos de Stephen cuando Thanos la golpeó para sacársela de encima. Las pequeñas victorias contaban también.

Quill voló cerca de él y le puso una de sus divertidas bombas de electricidad en la espalda, para luego desaparecer en un portal de Stephen cuando detonó. Pero, por supuesto, aquello tampoco detuvo a Thanos ¿Dónde demonios estaba Freya cuando se la necesitaba para patear un trasero?

Liv se decidió, otra mala idea por supuesto, por usar sus manos, considerando que su espada parecía pasarle inadvertida.

«Hola, mamá, sí, una pregunta, ¿con qué se afila en oro que lloras?»

Saltó sobre él como algún tipo de bestia salvaje y enroscó sus piernas alrededor de su cuello -alguien debía recordarle que tenía que agradecerle a Natasha por ese movimiento- para luego comenzar a repartir golpes con la mayor velocidad y potencia de la que disponía. Sintió una luz color púrpura a su alrededor y sus manos comenzaron a arder por la fuerza que ejercía. Si tan solo pudiera noquearlo.

—¿Qué demonios? —preguntó Thanos al ver que no podía sacársela de encima de buenas a primeras.

Pero la satisfacción no duró demasiado. Una luz púrpura aún más intensa que la que ella irradiaba se presentó y, lo siguiente que sintió fue un golpe en el estómago que la dejó sin aire y, por supuesto, con otra costilla rota. Entonces eso era probar una cucharada de su propia medicina. No era fan.

—No lo dejes cerrar el puño —escuchó a Stephen hablar a sus espaldas y, por un momento, pensó que se dirigía a ella. Pero, acto seguido, su capa salió disparada hacia el titán y se enredó en su mano.

—Muy astuto —halagó la pelirroja con una sonrisa de lado.

—Todo buen hechicero tiene sus trucos bajo la manga —respondió él, antes de salir en dirección al enemigo y comenzar a abrir portales.

Peter apareció por ellos a tal velocidad que con un parpadeo se perdería.

—Magia —gritaba al entrar por un portal, golpear a Thanos e, inmediatamente huir por otro—, más magia —volvió a decir, provocando la sonrisa de la chica que observaba el espectáculo mientras trataba de sanarse, aunque fuera levemente—, magia con una patada —volvió a desaparecer, aunque para este punto Liv comenzaba a intranquilizarse. Estaban tentando a la suerte—, magia con una... —Thanos lo tomó por el cuello y lo aplastó contra el suelo. Las costillas rotas repentinamente dejaron de obstaculizar que Liv se lanzara al ataque con su espada.

¿Cuántos intentos le tomaría darse cuenta que el ataque directo no funcionaba? En realidad no tenía idea.

Tony llegó a salvar el día, o al menos eso pensó la chica por un momento antes de que Thanos le devolviera con ayuda del guantelete todo el fuego que él le había lanzado. Peter saltó a defenderlo, tratando de frenar el guante con sus telarañas y recibiendo, a cambio, un golpe en el rostro. Por suerte estaba siguiendo su orden de «no meterse en la línea de fuego». Oh, así era como Tony se sentía cada vez que ella hacía algo estúpido. Cuando volvieran a la Tierra debía comprarle unos chocolates, o unas cervezas. Tal vez ambas.

Y, en la nota bizarra del día, como si no lo hubiera sido lo suficiente, un objeto volador no identificado llegó desde un origen desconocido e impactó de lleno contra el enemigo. Eso había sido agradable. Una mujer azul de traje rojo se abalanzó contra Thanos y comenzó a golpearlo con más furia de la que todos ellos sentían combinada. SÍ, definitivamente ella sería su nuevo modelo a seguir.

—¿Dónde está Gamora? —preguntó rabiosa, para luego ser golpeada y dejada fuera de combate.

No le sorprendió, lo bueno dura poco.

Warzone Heir || Bucky Barnes (Warzone legacy 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora