Capítulo 9 - La Cabaña parte 1

58 8 0
                                    

Eran cerca de las cuatro y media horas de la tarde, ya habíamos regresado a casa y Nath desempacó parte de sus compras, quería darse un baño para descansar y cambiarse la ropa para el clima frío donde íbamos. Mientras aproveché para organizar el cuarto un poco y hacer la maleta, así que busqué dos de ellas para darle una a Nathalie. Hablé con mi madre en la cocina después de eso para contarle acerca de la salida y era obvio que ya sabía. Nath le preguntó en la mañana cuando llegó y aceptó, sabía que no podría salir dos días sin avisar. Para cuando regresé al cuarto después de recibir todas las indicaciones de seguridad y de intentar recordar como cuatro diferentes números de teléfono para emergencias de mamá, Nath había salido del baño y ya vestida secaba su cabello. Llevaba unas botas negras, unos jeans ajustados y encima un suéter de lana color café claro, lucía genial.

Ahora era mi turno, y aunque ella es mayor que yo, siempre soy la menos loca de las dos por lo que le pedí ordenar su maleta muy juiciosa. Casi sentía que la estaba reprendiendo. Tomé la toalla y me dirigí al baño, cuando sentí el suelo húmedo el recuerdo de la ducha por la mañana regresó a mí, ya saben de qué hablo. No la parte del beso. Es extraño que piense en Jason, jamás lo había visto con ese tipo de ropa y menos en un super. Hay algo que se trae entre las manos y que quisiera saber qué es, su actitud debería tener algo que ver con aquel secreto. O quizá estoy siendo demasiado dramática, aparte de su horrible personalidad en la oficina, tenía su vida.

Justo cuando estaba secándome el rostro escuché a Nath tocar la puerta y abrir

- Llegaron por nosotras. – dejó ver solo la parte de su cabeza a través de la puerta.

- Vale, me podré la ropa y salgo. Adelántate y si puedes llevar mi maleta, te lo agradezco.

Al salir del cuarto de baño mi maleta no estaba, tomé unos Jeans más cómodos pero ajustados, un top azul cielo que realzaba mi figura, mis adoradas timberland que a causa de su talla parecían de juguete, el móvil y los audífonos; el resto estaba todo empacado en mi maleta. Fui escaleras abajo para despedirme, me dirigí hacia la puerta y al abrirla una pequeña ventisca fría entró, afuera parecía que llovería y ya no podía ver el atardecer. Una camioneta color negro estaba parqueada en frente, los vidrios estaban totalmente oscuros pero la puerta trasera estaba abierta. Caminé directo a ella, era obvio que esperaba por mí. Al acercarme pude ver a Lily y su cara de felicidad sentada junto a Nath en la parte trasera.

Ahora recuerdo bien, ya estando cerca al auto. No puede ser, me extrañaría que fuese el auto de otra persona, Jason ya dejó de ser una casualidad. Por eso Nath no quería decirme y cruzó el tema cuando le conté que me lo encontré haciendo compras.

Cuando estaba cerca y a punto de subir al auto, la ventana del conductor bajó. – Deberías subir adelante, me contaron que podrías vomitarte en el asiento trasero, está recién lavado. – Ahí está de nuevo don arrogancia. Giré alrededor del auto y la puerta se abrió, subí en silencio y lo escuché decir algo, simplemente lo ignoré y me dediqué a observar la ventana.

Entonces es definitivo, Jason es un niño de papi y mami arrogante que tiene un lindo auto y una cabaña soñada. ¿No tenía amigos más como él? ¿por qué nos invitaba a nosotras?, mientras avanzábamos por la ciudad pude notar cuando el alumbrado público se encendió, el cielo seguía despejado, pero con un tono pálido como si deseara convertirse en lluvia pronto. El ruido de los autos en la calle me despejaba la mente mientras observaba el lujo interior de la camioneta. Pude ver por el rabo del ojo que Jason acercaba su mano al reproductor del auto, volteé para mirar como la gigantesca pantalla se encendía y el logo de Spotify desaparecía en ella, luego desde el borde izquierdo de la pantalla se enlistaban algunas canciones que podía reconocer; al borde derecho superior podía ver su apellido. Troy. Estaba conectado a su móvil.

Una estrella en el mar del cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora