Capítulo 5 - Noche de película

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Un estruendo súper fuerte me sacudió la cama, salté desesperada imaginándome miles de posibles cosas que podrían estar pasando, un tanque, misiles, aviones, las cucarachas se revelaron en contra de nosotros. Aunque sería muy gracioso algo así, simplemente había empezado a llover y en medio de mi profundo sueño un trueno me aturdió. Miré mi móvil, eran las tres de la mañana y mi ventana estaba entreabierta. Me deshice de la deliciosa y tibia cobija y me levanté para cerrarla; afuera estaba muy oscuro y era solo posible ver a unos cuantos metros hacia delante. Podía ver los árboles moverse a causa del fuerte viento. Amaba estos climas, mi armario podría confirmar eso. Como es normal en mí, tenía hambre y decidí ir por algo de comer que me pudiera calentar un poco el estómago. Al abrir el microondas me di una increíble sorpresa al ver dos trozos de pizza que 'sobraron' de la cena. Era mucha pizza y mis hermanos terminaron totalmente satisfechos, cuando le estaba poniendo tiempo al aparato para calentar los trozos, ¡Pummm!, salté del susto. Ya sé que está lloviendo y aun así me sorprenden, idiota.

No pude volver a conciliar el sueño, estaba con mucha energía por la pizza. Tomé mis audífonos y los conecté al móvil, presioné Spotify y como si se tratara de un CD rayado una de mis canciones favoritas apareció de primera como sugerida, presioné play y me sumergí entre los miles de sentimientos que generaba aquella canción en mí. «you leapt from crumbling bridges watching cityscapes turn to dust». Cerré los ojos y probablemente todo el álbum se reprodujo, no recuerdo cuando caí dormida. Era ya la media mañana de acuerdo con el reloj del móvil, por suerte no debía trabajar hoy ya que pedí el día libre para poder ir de compras. La lluvia no cesaba y seguía algo turbia la vista por la ventana.

- ¿Este color, en qué talla? – preguntó aquel chico que me atendía con voz aguda en la tienda

- Gris, casi oscuro, como desgastado

- Dale, discúlpame un momento ya estoy de vuelta – dijo casi dando salticos en dirección a la parte trasera de la tienda.

Luego que la lluvia se detuvo cerca de las tres de la tarde, pedí un Uber y llegué al centro comercial, di vueltas un buen rato buscando los Jeans que había visto en Instagram. Así fue como terminé en esta tienda. Definitivamente era la definición de ropa en mezclilla.

- Aquí está, pruébatelo y me dejas ver para darte una opinión. – Dijo guiándome hacia el vestidor.

Increíble cómo me quedaba este Jean, no tengo la forma más curva posible, pero me veía esbelta. Definitivamente este es el que debo comprar. Fue el primero en probarme, con eso puedo confirmar que no soy una chica normal respecto a este tema específico.

Pero luego al terminar de comprar, me di cuenta de que no era totalmente cierto. Tenía cuatro bolsas encima, e incluso me había puesto algunas de las cosas que compré para no tener que llevar tantas bolsas de la tienda.

Me acerqué al Mc Donalds y ordené una hamburguesa, papas fritas y una malteada. Me senté en estas cómodas sillas del restaurante y desbloqueé el teléfono celular. 15 notificaciones de WhatsApp, 5 Facebook y una llamada perdida de Mamá. Abrí el chat de Daniels, apenas llevábamos no más de cuatro días y eran cientos de mensajes. La mayoría del tiempo hablábamos sobre qué hacíamos y cuando algo importante sucedía, le contábamos al otro. Me agradaba poder hablar con él. Sin mencionar que el sábado tendríamos oficialmente una cita.

- ¿Cómo te fue hoy? – preguntó, le había dicho que saldría a hacer unas compras y cerca de las cinco de la tarde habría terminado.

- Sigo acá, decidí comer algo antes de regresar. Estoy exhausta. – le envié foto de la deliciosa hamburguesa que aún no probaba

- Vale, Mar. Ve a comer, hablamos al rato, debo hacer algunas cosas. – respondió a mi mensaje y dejó de aparecer En Línea.

Cerré mis ojos un momento y ya la hamburguesa no estaba, ¿no les pasa que están escuchando una canción y les toca volverla a poner desde el inicio porque sienten que no la disfrutaron cómo debería?, pues quisiera hacer eso con mi comida. Por suerte, mi complexión es atlética y me gusta salir a hacer ejercicio en las noches.

Sobre la mesa el móvil vibró lo suficiente para que me inclinara hacia delante a mirar la pantalla.

Número desconocido: ¿De vacaciones?

Mariana B: De verdad eres molesto, ¿algún día vas a dejar de hacer eso?

Número desconocido: ¿Hacer qué?

Mariana B: No responder a mis preguntas. Dime que quieres.

Número desconocido: Nada en especial

Mariana B: ¿Entonces por qué me escribes? ¿nos conocemos?

Número desconocido: Quizá, o quizá no. Tengo curiosidad solamente.

Mariana B: No me das respuestas, déjame en paz. Adiós.

Número desconocido: Espera. Te interesaría la verdad.

Esperé un próximo mensaje, no hubo más que eso. Pensé que aquella persona solo quería molestar una vez, pero ya veo que no. Finalmente regresé a casa y desempaqué todo, pude comprar una nueva chaqueta de Jean para el fin de sábado. La noche ya se iniciaba y la luna se postraba en la vista de mi ventana. Mientras estaba cenando el timbre de la casa sonó, eran las diez de la noche, aunque todas las bombillas se encontraban encendidas y mis hermanos estaban despiertos. Al abrir la puerta vi a Nath de pie esperando, traía una Coca-Cola y una bolsa, parecía comida.

- Quítate, déjame entrar. Traje comida y vamos a ver una película. – no pude negarme a quitarme del camino, traía comida. ¡Comida!

Cerré la puerta tras de ella y me dirigí a la cocina; ya había dejado todo encima de la barra para desayunar, abrí la despensa para tomar un par de vasos y algunas servilletas. El timbre sonó nuevamente.

- Invité una amiga. ¿No hay problema cierto? – Dijo Nath con ojos de perrito triste.

- No hay problema. Ve, abre la puerta. – Salió corriendo y casi derriba la gaseosa.

Escuché la puerta golpear al cerrarse y al instante entraron ambas a la cocina.

- Pudiste decirme que era Lily. Siempre eres bienvenida. – Aquella era nuestra amiga de la oficina, era parte de nuestro grupo de trabajo.

- Gracias – respondió sonriendo – Traje gomitas y algunos chocolates.

- ¿Qué planean ver? – pregunté sentándome al sofá, estábamos ya las tres en la sala de estar. Lily se sentó a mi lado y agarró una almohada.

- El conjuro, contestó Nath tomando el control y tirándose encima de nosotras en aquel mueble.

- Me aplastas, tonta. Y luego no vayas a estar diciendo que te asustaron, sabemos que no verías una película de miedo de no ser porque estamos las tres.

Tomé mi móvil y vi un mensaje de Daniels hace cinco minutos

- Hey Mar, ¿qué haces?

Nota: Soy muy fan de la música en general, han de poder notarlo. Les comparto la canción:

Cigarettes After Sex - Apocalypse

Una estrella en el mar del cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora