3

3.5K 375 639
                                    

Volkov abrió los ojos, se encontraba incómodo ya que sentía como algo le apretaba con fuerza en el estómago. Todo estaba muy oscuro así que no veía nada. Intentó hacer memoria para poder situarse. Llevó sus manos hacía su barriga y notó que dos fuertes brazos lo rodeaban. Se movió para intentar zafarse del agarre pero fue en vano.

—Umn, acércate más Volkov— escuchó una voz susurrar eso ¿Horacio? Joder si, la cena. Bebió demasiado y Horacio lo llevó a su cama ¿Pero que hacía él abrazándolo por la espalda?

—¡HORACIO!— elevó la voz consiguiendo despertar al nombrado.

—Vol...¿Volkov?— se notaba el susto de Horacio ante el grito del otro ya que había sido despertado.

Volkov ya libre de agarre encendió la luz y miró su reloj. Las 5 de la mañana. Al menos él estaba completamente vestido y Horacio también, no había pasado nada extraño.

—No vuelva a hacer eso.

—¿Hacer qué?

—Aprovecharse de mí de esa forma, de abrazarme mientras estoy dormido y bebido.

—No, no, no me jodas. Eso no fue así. Usted me pidió que me quedase.

—Lo dudo mucho.

Volkov se levantó y se puso sus zapatos. Estaba claramente molesto, pero Horacio también debido a ese ataque sin sentido. Así que la situación era la siguiente: dos hombres con mucho orgullo enfadados.

—Pues marchese.

—Es lo que estoy haciendo ¿Acaso no lo ves?

Lo siguiente que escuchó Horacio fue un portazo. Enfadado golpeó la almohada. Con lo bien que había ido todo. Joder. No entendía a Volkov, no entendía porque actuaba así. Y por mucho que le gustase su cabeza pequeña no le iba a dejar que modificara las cosas a su antojo.

[...]

—Joder Horacio, por fin te presentas a trabajar.

Estaban en las taquillas. Horacio se estaba poniendo su uniforme mientras Gustabo, preparado desde hace mucho lo esperaba.

—¿Y qué tal te fue ayer, eh? ¿Pillaste cacho?

Horacio no contestó, se limitó a ponerse los pantalones en silencio. Gustabo notó que algo andaba mal.

—Pero ¿Le dijiste que te gustaba y te dijo que no?

—No, Gustabo, pasó algo extraño. Volkov bebió de más y se puso sensible por lo de Ivanov. Después lo llevé a que descansara a mi cama y me pidió que me quedara con él. Pero en la madrugada se despertó y se enfadó al vernos así.

—Bueno entiéndelo. De repente se despierta en la cama con un hombre, él siendo tu superior... Quizás no supo como afrontar la situación, lo mejor serás que intentes hablar con él.

—Yo paso, insinuó que me había aprovechado de él.

—Insisto Horacio, habla con él y resuelve el asunto ¿Qué haces con los problemas, Horacio?

—¿Los problemas? LOS PROBLEMAS ME LOS COMO.

—Y otras cosas también se come usted— la voz de Torrente, quién acababa de entrar interrumpió el momento.—Horacio y Gustabo, Greco os está buscando, quiere hablar con ustedes.

Horacio y Gustabo buscaron a Greco preguntándose qué querría este.

—Esto de ser alumno es una mierda, somos la marioneta de todos. Gustabo y Horacio id ahí, no ahora aquí, traer esto, haced lo otro. YO QUIERO MI ASCENSO— se quejaba Gustabo por el camino, mientras notaba a su compañero muy pensativo aún.

Mi Comisario Bombón. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora