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Los exámenes ya habían empezado. Todos los alumnos habían pasado horas estudiando para ellos. Su futuro dependían de ellos. Su nota marcaría qué podrían llegar a ser, a qué tanto podrían aspirar. Los jóvenes estaban agobiados. Los nervios hacían que sus manos incluso temblasen mientras esperaban a que la hoja fuera entregada.

Shuhua se encontraba entre esos alumnos. Encerrada en una aula del campus universitario más cercano, acompañada por muchas caras que no conocía. Bufó. Los alumnos con las mejores notas habían quedado todos en una misma aula. Así que, llevaba horas sin ver a Soojin. Tampoco había podido contactar con Yves. Se estaba agobiando ante la sensación de soledad que se cernía sobre ella.

Hacer exámenes nunca se le había dado especialmente bien. En China había llegado a llorar mientras hacía el examen. La presión nunca había sido una buena compañera para ella. Por eso no estaba segura de que su futuro inmediato incluyese una carrera universitaria. No creía poder estar soportando esos terribles exámenes finales de los que tanto se hablaba.

- Oye, ¿está bien? - preguntó un chico se sentaba a su lado.

Estaban en la última fila, así que la espera para obtener el papel era bastante larga.

- Sí, solo estoy nerviosa.

- No te preocupes - comentó él con una enorme sonrisa -. No puede ser tan difícil, lo harás bien.

Ella asintió con una sonrisa forzada. Las palabras de aliento de un desconocido no la estaban ayudando en absoluto. Él no la conocía, no sabía cuánto se le podía llegar a dificultar la asignatura de literatura. Suspiró jugando con sus manos. Ahora mismo, ni siquiera podía recordar la imagen de su novia explicándole aquellas tontas obras internacionales. A ella no le importaba la universalidad de aquellos libros. Ni siquiera quería estar cursando aquella asignatura.

Restregó ambas manos en su cara, tratando de despejarse. Solo consiguió agobiarse más. El sudor había empezado a formarse en su frente. Su corazón golpeaba al mismo ritmo que ella movía el bolígrafo entre sus manos.

Tenía que enfrentarse a ese examen. Después de él, todos serían fáciles.

- Buena suerte - volvió a susurrar el chico.

- Igualmente - correspondió ella con una leve inclinación de cabeza.

La hoja fue depositada en su pupitre. La miró en silencio, examinándola. Cuando todos los exámenes fueran entregados, todos girarían el papel y afrontarían su destino. Un examen que se extendía dos horas y media. Tragó grueso.

Sus manos apenas eran capaces de sostener el bolígrafo. Escuchó la lejana voz que los avisaba de que ya podían empezar el examen. Cuando giró la hoja, sintió a su alma abandonar su cuerpo.








Habían terminado por el día. Soojin se despidió de sus amigas y fue en busca de su novia. Estaba feliz de que ambas hubieran concretado su relación. Cuando les dijo a sus amigas, estas ni siquiera podían creerlo. Soojin era la misma persona que les había casi exigido que se mantuvieran alejadas de ella y de Yiren.

Sin embargo, ella estaba tan feliz con la noticia que no pudo evitar compartirla.

Shuhua. Sonrió tan solo pensar en ella. Había terminado el examen antes de tiempo, así que no se encontró a muchas personas en los pasillos. Hasta el momento, todos los exámenes habían sido en las mismas aulas, así que, a estas alturas, conocía perfectamente el camino hasta el aula donde se encontraba su chica.

No obstante, su sonrisa decayó cuando se encontró a su novia fuera del aula. Conocía a Shuhua, sabía que ella se tomaba su tiempo para hacer los exámenes. Siempre era de las últimas en entregarlo.

bad, bad girl [SooHua]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora