XL. Lo hiciste bien.

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Tzuyu, desde la lejanía, observó el lío que Lisa había armado, de todas las personas posibles no creyó que la rubia podría ser capaz de traicionarlas, eran compañeras, amigas. La ira la envolvió y sus manos apretaron con tanta fuerza las riendas que lograron marcar sus palmas haciéndolas arder. — ¡Vamos! — Gritó al equino que, al igual que su jinete, le atormentó ver a su dueña caer en batalla.

La taiwanesa se inclinó hacia adelante pensando inocentemente que con esa acción aumentaría la velocidad. Su capa oscura se ondeaba gracias al fuerte viento y su cabello se humedecía por las grandes gotas que caían esa noche. Su mirada estaba fija en las próximas acciones de Lisa y YoonGi.

Suponía que ahora el enemigo sabía por dónde llegaría y por dónde escaparía, pero en ese momento realmente no le importó. Solo necesitaba llegar a tiempo para evitar que las fuertes cadenas hechas especialmente para Mina sean colocadas. Tragó saliva y sus piernas apretaron con fuerza el lomo de Tristán mientras sus manos soltaban las riendas y de su espalda desenganchaba su arco. Tenía miedo a caer, pero esperaba que el caballo confiara lo suficiente en ella. Lentamente fue parándose y apuntó.

—¡Fuera! — Lisa empujó a tiempo a YoonGi evitando que este sea atravesado por una flecha en su pecho. 

Tzuyu mientras se acercaba iba lanzando sus flechas, sin embargo, y a pesar de su excelente puntería, Lisa la había estudiado tan bien como para saber esquivarla a la perfección.

La morena tenía esperanza en que Hades cumpliría con su palabra, que le daría tiempo, pero lo vio con problemas intentando lidiar con Zeus, Apolo y ahora Atenea que, aprovechando la oportuna intervención de Lisa, escapó para ayudar a su hermano y padre.

Solo quedaba ella.

Y cuando vio que todo estaba acabado para ellos, Mina se levantó con dificultad dejando un rastro de sangre a cada pisada que daba, sus manos torpemente cubrían la enorme herida y le fue difícil evadir los golpes que YoonGi asestaba, cayendo pero volviendo a levantarse.

—Vete...— Pidió la japonesa en un murmuro que no llegó a oídos de la taiwanesa, sus ojos volvían a la normalidad lentamente.

—Tú encárgate de ella. — Dijo YoonGi a la rubia. — Yo me voy a entretener un rato con ella. 

Cuando estuvo a unos metros, Tzuyu saltó de Tristán y se agachó rápidamente para tomar una de las tantas espadas tiradas, pocas veces había entrenado con una, pero no estaba dispuesta a huir como cobarde. Sus dos manos empuñaron el mango y separando las piernas miró con reproche a la rubia.

—Te estábamos esperando. — Dijo Lisa mientras movía con verdadera agilidad su lanza, para luego plantarla en el suelo queriendo demostrar que en un combate a melé ella tenía las de ganar. — Tardaste mucho.

—Jódete. — Bramó la morena haciendo que la rubia soltara una pequeña risa y se preparara para luchar.

—Como tú quieras.

Por otro lado, Mina volvió a caer al suelo tras un derechazo por parte del varón.

—¿No es humillante? — Cuestionó. — ¡No es necesario que utilice mi espada o mis flechas! Mis manos son suficientes... a esto llamo caer bajo.

La japonesa inhaló y volvió a levantarse, su mirada borrosa y el mareo constante eran sus únicos aliados en ese momento, unos realmente malos. El dolor en su cuerpo se expandía pero sabía que debía ganar tiempo, solo unos minutos más... "Chronos... papá..." Pensó, eran muchos los que siempre intervenían cuando ella se encontraba en problemas. "Tan patética me debo de ver frente a mis enemigos..."

↳ Olympus┇ MinaYeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora