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Naruto forzó una sonrisa al momento de salir del bar. Hacía mucho frio y la calle estaba más solitaria, era tarde, muy tarde. Él lo sabía y de todas formas no le importó aceptar aquella platica con Itachi, tenía que aclarar ciertas dudas con él, estaba demasiado molesto con Deidara como para detenerse a pensar las cosas. Comprendía perfectamente que su amigo estuviera ebrio pero últimamente se portaba más grosero y distante, como si su amistad se hubiera vuelto una obligación y Deidara le estuviera haciendo un "gran" favor al estar a su lado

No, su amigo estaba cambiando de manera drástica, y a pesar de que también necesitaba conversar a solas con él, la última hora había cambiado de parecer. Quizá ahora Deidara sabía algo respecto al encuentro con Itachi pero no tenia ningún derecho de haberlo humillado de semejante forma delante de todas esas personas en el bar. No volvería a hablar con él ni a buscarlo hasta que le ofreciera una disculpa por su comportamiento…eso si es que lo hacia

-¿Quieres tomar un café?- inquirió Itachi, quien seguía en espera de que Naruto comenzara a cuestionarlo primero, cosa que, hasta el momento no ocurría. El atractivo chico rubio seguía sumido en sus pensamientos, como si más de algún asunto lo inquietara. Era menester conversar con él para aclarar las cosas y quizá pedirle una oportunidad

-Sí, está bien- sonrió Naruto, frotando su ojo derecho. Aun le ardía un poco pero ya no quería regresarse al bar para enjuagarse la cara. Había sido una burla que aquel grandulón de nombre Kisame los dejara salir tan fácilmente, sin pedirles explicación ni nada, la sola presencia de Itachi bastó para que el sujeto intimidante les diera el paso de manera inmediata

-Hay varias cosas que me perturban- musitó Itachi, subiendo el cuello de la chaqueta en tanto la helada brisa le acariciara el rostro. Naruto alzó la mirada cuando el muchacho de cabello negro entrelazó sus dedos con los propios. Quería reclamarle algo pero la calidez de aquel firme contacto y la seguridad que le inspiró el mismo, lo obligaron a ceder con su ridícula idea de que lo soltara, ¿para qué iba a pedirle eso si deseaba lo opuesto?

Necesitaba un abrazo, necesitaba compañía sincera. Se estaba sintiendo cada vez más solo. Con el nuevo horario nocturno que abarcaba su padrino, apenas si se veían las caras por la noche y no siempre Jiraiya volvía temprano del trabajo, otras veces se quedaba hasta muy tarde frecuentando uno de sus centros nocturnos favoritos, eso lo sabía de antemano

Antes solía conversar con la mayoría de los compañeros de su grupo pero después de hacerse amigo de Deidara, aquellas pláticas habían disminuido hasta hacerse casi nulas. Si algún compañero llegaba a cruzarle la palabra durante las clases, solamente se debía para preguntarle la hora o pedirle los apuntes que previamente Deidara le había pasado

Cambiando, todo estaba cambiando. O quizás era él y no se daba cuenta de ello. No lo sabía, de lo único que estaba seguro era de querer estar con alguien, aun desconfiaba de Itachi pero se mentiría a sí mismo si negaba que el muchacho de enigmática mirada le atraía. Desde que lo había visto fuera de la biblioteca le resultó sumamente apuesto, demasiado

-Dos por favor- pidió Itachi a uno de los meseros, no era la primera vez que acudía a ese lugar, aunque si la primera en la que llevaba a un chico con él

Naruto apoyó su mejilla derecha sobre la palma de su mano. Tenía muchas cosas que preguntarle a Itachi y no sabía por dónde comenzar. Deidara había dejado de preocuparle hace varios minutos, ahora estaba siendo egoísta y eso le inquietaba un poco

-De modo que… ¿fuiste a buscarme porque tu amigo te lo pidió?- preguntó Itachi, rompiendo con el silencio que reinaba a su alrededor. Era cómodo estar alejado de los demás clientes pero también resultaba un tanto extraño mantener la distancia con el resto de las personas

Amor de cristal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora