XXV

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Las pupilas azules seguían cada movimiento del hombre en el escenario, ansioso, expectante, y con la misma emoción ascendiendo como espuma por su sistema a pesar de ser el cuarto acto que se estaba llevando a cabo. Hasta el momento el truco de magia más cautivante y al mismo tiempo perturbador había sido el escape del mago dentro de la cabina de cristal llena de agua. Naruto aun no se reponía de la impresión al ver como el hombre luchaba contra las esposas que lo mantenían atado a una caja metálica al fondo de la cabina cristalina

Había sufrido horrores después del primer minuto en el que el mago no se mostraba tan confiado y sus movimientos resultaban hasta torpes, sus muñecas estaban completamente inmovilizadas y sus piernas atadas pero en un suave y rápido parpadeo, el hombre de traje negro y capa del mismo color ya estaba junto a la caja, saludando a los presentes con su mano libre mientras su rostro dibujaba una sonrisa confiada. Naruto había tenido que repasar diez veces la escena que se había suscitado frente a sus ojos, la cortina roja ni siquiera había tocado el fondo de la cabina y el mago ya se las había ingeniado para liberarse y aparecer junto a ella

Las ovaciones no se hicieron esperar al cabo de unos segundos, Naruto se unió a los múltiples aplausos cuando se hubo recuperado de la impresión, decir que estaba fascinado era efímero, en ese momento no estaba al tanto de nada más que del espectáculo. Había mucha gente a su alrededor, la mayoría de pie, clamando una y otra vez el nombre del mago. No fue sino hasta que comenzaron a retirar la utilería que Naruto se decidió a sentarse de nuevo, más que preparado para presenciar los siguientes trucos de magia. Era increíble, asombroso, espectacular lo que aquel hombre hacia, verdaderamente era un "as" en su trabajo y una vez más el fugaz pensamiento de pedirle un autógrafo apenas terminara el espectáculo se hacía presente

-¿Te gustó?- la voz de Sasori lo forzó a desviar la mirada del escenario, aun no acomodaban la utilería del siguiente acto pero Naruto ya estaba ansioso por contemplar más

-Es increíble- sonrió, sintiendo las palmas de sus manos arder por tanto aplauso. No llevaban más de una hora ahí pero Naruto ya había experimentado mas emociones juntas que subirse a una montaña rusa, temor, ansiedad, confusión, alegría. Sin duda deseaba regresar a ese lugar, tenía que ahorrar dinero para llevar a su padrino también, seguramente a Jiraiya le encantaría presenciar todos esos trucos, también invitaría a Sasori por supuesto, había sido gracias a él que ahora sabia de esas presentaciones, el edificio se veía enorme desde afuera pero por dentro lo era aun mas. Y es que no solamente se trataba de espectáculos de magia, había teatro en la sala del fondo y danza aérea a un costado

-Sabía que iba a gustarte- admitió Sasori, esbozando una sonrisa

-Muchas gracias- Naruto no se contuvo de abrazarlo ahí mismo. Toda esa adrenalina que recorría su cuerpo con cada truco le ayudaba a disipar la tristeza y el enojo que se había acumulado en su interior. No necesitaba gritar, llorar ni mucho menos golpear algo, solo necesitaba reír, tan simple como eso para que su sonrisa resplandeciera de nuevo. Ahora estaba en deuda con Sasori y lo sabía, tenía que devolverle el gesto y lo haría

-¡Ya bésalo!- la voz de Hidan resonó de entre la multitud, Naruto la reconoció enseguida, sus brazos soltaron de inmediato a Sasori, sentía su rostro caliente y la vergüenza se intensificó al percatarse de que era el único que estaba de pie, ya todos se habían sentado para presenciar el siguiente acto

Sumamente avergonzado, Naruto se sentó en su lugar, hundiéndose en su asiento poco después al repasar lo dicho por Hidan, ese estúpido

-¿Estás bien?, ¿tienes fiebre?

Ni bien su mirada se cruzó con la de Sasori, su rostro ardió aun más

Naruto exhaló aliviado cuando las luces volvieron a apagarse, dejando únicamente la iluminación del escenario. El mago caminaba tranquilamente frente a una especie de cajón, Naruto dio un respingo cuando vio a la liebre que el hombre recién sacaba de su capa

Amor de cristal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora