XXVII

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Sus labios se movían deseosos, hambrientos, con mayor desenfreno, sin reparar en nada más que en el rubio que había propiciado tal arrebato

Y no dudó, ni siquiera un segundo dudó en corresponder el beso, por el contrario, fue él quien se encargó de prolongar tan placentero contacto labial, rodeando la cintura de Naruto con ambos brazos, acercándolo aun más a su cuerpo

Saboreándolo, grabando en su memoria cada ínfimo segundo en el que sentía la traviesa y húmeda lengua del menor enredándose con la suya, tratando fallidamente de seguirle el ritmo, y entonces paró

Cesó con los movimientos labiales, recibiendo a cambio un reclamo casi inaudible. Pero a pesar de reconocer tan molesta voz y de saberse observado por varias personas a su alrededor, sus ojos volvieron a centrarse en la boca que acababa de dejar. Un fino hilo de saliva era perceptible en la comisura de los labios de Naruto

Sasori desconocía el agravio que cometía al reparar en sus acciones, pedir disculpas para volver a errar era casi tan efectivo como lavarse las manos a sabiendas que jugaras con lodo poco después

Sin embargo, y para su alivio y cargo de consciencia, había sido Naruto quien lo besó primero, fueron los labios ajenos los que se posaron sobre los propios momentos antes de que decidiera acceder voluntariamente, y es que... ¿Cómo no hacerlo?

Lo amaba, y no importaba cuanto se recriminara ese hecho, era inevitable sucumbir ante la tentación que Naruto le presentaba con su simple presencia

Y fue precisamente ese hecho el que lo arrastró hacia el siguiente pecado, apenas las tersas y frías manos de Naruto lo tomaran con desespero para guiarlo a las escaleras junto a la barra. Pero quizás Sasori se precipitaba, puede que Naruto solo quisiera hablar en privado con él, era de esperarse después de que el desenfrenado beso entre ambos atrajera la mirada del resto. Incluyendo la de su (nada discreto) compañero de debate

Ya ni siquiera recordaba en qué momento fue que empezó a ver a Naruto de otra manera, ¿Cuándo sus sentimientos le hicieron tan cruel jugada para inducirlo bajo semejante enamoramiento?

Y no se quejaría de no ser porque Naruto no era para él, desde el instante en que los vio juntos, tanto a él como a Itachi, sabía de antemano que se volverían pareja. No solo eso, lo había presenciado ya tantas veces

Un espectador más a la hora del descanso, sus ojos prácticamente le exigían buscar al chico risueño y encantador que se había presentado bajo el nombre de Naruto aquella tarde en la biblioteca, y ahora él hubiera dado todo por ser la persona que Naruto buscaba ese día

Peor aún, había tenido una oportunidad de acercarse al ver fallidos los primeros intentos de conquista de su compañero, pero era un simple juego, solo era una jugarreta mental que lo hacía creer estar enamorado de ese chico...

Fatídico error, no lo era, en verdad le gustaba. Le gustó desde el mismo instante que lo vio en la biblioteca, el evidente nerviosismo, los tenues sonrojos de Naruto, todo en él le gustaba. Incluso se conformaba con poder estar cerca de él, por lo menos un poco

Que el tiempo se detuviera, que se le presentara una oportunidad más, por más efímera que fuera, esta vez no la dejaría escapar, pero era tarde ya y lo sabía. Solo le restaba conformarse con tenerlo cerca, con poder apreciarlo cada día

Por ese motivo le jodía la actitud de Itachi, por no valorar a Naruto. Un chico responsable, divertido, confundido en ocasiones y otras tantas, deseoso de atención. Infantil, voluble y distraído, así era él, así era Naruto, el chico del que se había enamorado

Ni siquiera notó cuando los pasos del hiperactivo chico aceleraron, guiándole hacia una de las habitaciones. Recordaba haberle mencionado a Naruto sobre ellas, sobre cada sección del bar en caso de que se perdiera ahí dentro, el día de su falsa cita. Ahora le causaba gracia pero no fue tan divertido en su momento ser el sustituto de Itachi

Amor de cristal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora