Me quedaré contigo si te quedas conmigo

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Narrado por Michael:

Cuatro horas, al menos cuatro había sido capaz de dormir esa noche.

Estaba asustado e incluso llegó a pasar por mi cabeza la idea de llamar a Murray para pedirle que viniera a darme una de esas inyecciones mágicas que siempre parecían ayudarme a conciliar el sueño; casi lo hice, pero entonces el bonito rostro de Helena vino a mi mente, ella ya estaba muy molesta conmigo, y sí se daba cuenta de que había faltado a mi promesa de parar con eso que tanto le preocupaba, entonces ahora si todas mis esperanzas de que volviera a verme sin ese malestar en su mirada estarían acabadas definitivamente.

Me contuve y lo hice por ella, no por mí, no por nadie más, por ella.

Estuve tentado a ir a despertarla porque realmente sentía necesitarla, tenía miedo, mucho miedo y podía asegurar que ella sería el único ser humano en el mundo capaz de tranquilizarme en ese momento, sin embargo no me animé a hacerlo, simplemente salí de mi recamara y entreabrí la puerta de la suya, observándola desde fuera por unos instantes. Helena dormía con tranquilidad aquella noche, los rayos de luna que se colaban por el ventanal iluminaban sutilmente las facciones de su rostro y se le veía serena, en paz. Sentí envidia entonces de la gigantesca luna llena que le velaba el sueño, porque quería ser yo quien lo hiciera…

Recordé por un momento aquellas noches en las que habíamos dormido juntos, esas en las que todo era tan sencillo porque estaba conmigo, en las que nos quedábamos charlando hasta la madrugada y a ella parecía no molestarle que la desvelara con mis problemas para dormir, pues compartía conmigo interminables conversaciones sobre cualquier cosa que viniera a nuestra mente. Siempre había dormido bien cuando ella estaba a mi lado.

Sonreí sin darme cuenta y entonces volví a cerrar la puerta, caminando hasta mi habitación en donde me metí en la cama y no supe nada del mundo hasta que el despertador me hizo abrir los ojos a las 6:30 de la mañana.

Me di un baño rápido pues no tenía demasiado tiempo, debía encontrarme con los empresarios dueños de la promotora que llevaba “This Is It” a Londres a las 7:30 de la mañana, en el restaurante de un lujoso hotel en el centro de Los Ángeles.

Una vez estuve listo, salí casi a zancadas de mi habitación para dirigirme a las de mis tres hijos, dándoles un beso en la frente antes de irme, cuando volví al pasillo y estuve frente a la puerta de Helena, me vi tentado a hacer lo mismo, pero de nueva cuenta dudé ¿Qué iba a decirle si despertaba y me encontraba ahí? Me sentiría muy avergonzado, por lo que simplemente seguí con mi camino escaleras abajo.

Las horas transcurrieron con suma lentitud durante la reunión, o al menos eso me pareció a mí, estaba desesperado por volver a mi casa, además, jamás me había gustado demasiado tratar esos temas que en muchas ocasiones encontraba aburridos, simplemente quería irme y encontrarme con mis niños para pasar el tiempo con ellos antes de volver al Staples para los ensayos de la gira.

Di gracias a Dios cuando me vi liberado de aquella tortura y entonces subí a la camioneta que me transportó de regreso a casa.

El camino no era muy largo, aunque de todos modos no me percaté de nada que estuviera sucediendo fuera de mi mente; de un instante a otro, Judith apareció en mi cabeza, y entonces me di cuenta de que hacía varios días que no la veía fuera de los ensayos, y sabía bien la razón por la que no la había llevado a cenar, o a dar un paseo, lo sabía y me daba miedo incluso pensar en ello porque no quería lastimarla. La quería y mucho, y por supuesto que me preocupaba por ella y me interesaba lo que le sucediera, pero por otro lado, Helena estaba clavada en mi corazón, mi cerebro se encargaba de recordármela todo el tiempo y me hacía caer en cuenta de que a ella sí que la estaba lastimando con mis estupideces. No tenía idea de cómo había llegado a tal situación.

El pasado es historia [Michael Jackson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora