Infierno

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Hacía mucho que no me levantaba de tan buen humor, el primero de muchos días sin levantarme apresurada, entre el ministerio, los preparativos para la fiesta de recaudación, la casa y mi matrimonio. Realmente tengo muy poco tiempo para pensar, pero había tomado una decisión justo ayer... ¡Merlín santo! Ya estoy agotada de siempre estar agotada.

Así que decidí tomar el consejo de Harry sobre no preocuparme tanto y simplemente llevar las cosas a mi ritmo. Aunque jamás dejo nada inconcluso el hecho de tener que hacer las cosas apresurada tampoco me estaba haciendo mucho bien.

Decidí levantarme antes que mi amado esposo y sorprenderle con el desayuno en la cama. Quería agradecerle por haber estado conmigo ayer y levantarme el ánimo; preparé su desayuno favorito y volví de regreso a nuestra habitación.

Harry se encontraba sentado en la cama mientras se tallaba los ojos.

-Buen día, mi amor -Saludé sonriente mientras colocaba la bandeja sobre la cama.

Él se puso sus anteojos y me sonrió de regreso.

-Buen día, ¿a que debo este honor? -Preguntó observando la bandeja.

-Quería agradecerte por escucharme ayer, tienes razón debo relajarme más -Respondí entregándole su café.

Él tomó y me miró con una ceja alzada.

-Vaya, no lo esperaba. Pero me alegra que lo tomaras, la verdad es que si trabajas mucho, entiendo que eres la ministra de magia y eso es una gran responsabilidad pero tampoco es bueno que te pierdas de otras cosas -Dijo llevando la taza a sus labios.

-Lo sé, además quiero asegurarme de poder sacar más tiempo libre. Hoy tenemos cita con la sanadora y sé que es una gran responsabilidad -Dije mordiéndome el labio.

Harry alzó su mirada de la taza y me observó. La confusión en su mirada era muy latente.

-¿Cita con la sanadora? -Preguntó frunciendo el entrecejo confundido.

-Sí, te lo dije el mes pasado. Tenemos cita para tratar lo de nuestro deseo de ser padres... -Respondí pero él aún me miraba confundido- ¿Lo olvidaste?... Pensé que esto era muy importante para ti.

La expresión de su rostro sufrió un cambio repentino, ahora estaba más relajada.

-Lo siento amor. Es que con tantas cosas del trabajo... ¿No crees que podamos cambiarlo para otro día? -Preguntó dejando la taza en la bandeja y pinchando un pedazo de jamón con el tenedor.

-No, es una de las mejores sanadoras. Tenía todo el mes lleno y abrió un espacio especialmente para nosotros... No voy a cambiarlo, además ya te había avisado...

-Lo sé, lo sé... Solo fue una proposición. ¿Estás segura que es momento de tener al bebé?. Pregunto porque lógicamente estás en tu mejor momento como Ministra y yo... Bueno soy el jefe de los aurores. Tener un bebé es una gran responsabilidad -Dijo sin mirarme mientras masticaba su comida.

Si bien Harry tenía razón, había algo en su tono que realmente no me gustaba... Digo, hemos estado planeando esto por mucho tiempo, él sabe perfectamente lo mucho que deseo ser madre y él me dijo que también lo deseaba. Por otra parte era cierto que nuestros trabajos complicaban un poco las cosas, tampoco eran un impedimento a tiempo completo, yo descubrí que aunque tengo muchas cosas que atender también podría sacar suficiente tiempo... Y Harry bueno, si viajaba mucho a misiones. Pero tenía a Ron y otros aurores que minimizaban un poco su trabajo... Era posible tener un bebé.

-Es posible tener un bebé, nuestros trabajos son pesados. Pero ambos podemos sacar tiempo, además recuerda que Kingsley e Irán tuvieron su hijo cuando él aún era ministro e Irán siempre me dijo que era un padre ejemplar y que siempre estaba atento a las necesidades de Andrew -Respondí a la defensiva.

Ella es míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora