Heridas

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1 Semana Después.

Sentada en una silla junto a una camilla estaba Hermione. A los dos días de haber iniciado las investigaciones no habían avanzado mucho las investigaciones, Draco se las había estado viendo realmente duras durante los últimos días.

De hecho casi no dormía y al parecer para lo único que tenía cabeza, era para Hermione y su seguridad. Harry había mostrado mejoras externas, pero no muchas internas. Tenía un pulmón casi destrozado lo que dificultaba a menudo que respirara, la magia oscura estaba avanzando no muy rápido, pero avanzando.

Hermione lo observaba desde su asiento mientras le pasaba una toalla húmeda por el rostro y humedecía sus labios. Ella iba todos los días después de las seis a verlo y revisar que todo estuviera bien.

El sanador había dado la orden para que pudiera despertar del coma ya que habían podido controlar el ritmo al que avanzaba la maldición, ahora era necesario que él despertase y ver si había repercutido de alguna otra mala forma.

-¿En cuanto despertará? -Preguntó Hermione a la enfermera.

-Lo hará en breve Ministra, el señor Potter respondió bien así que sólo hay que darle unos minutos -Dijo mientras anotaba algo en un pergamino.

Draco había estado haciendo una investigación bastante minuciosa, todos trabajaban muy duro pero quien quiera que haya sido no dejó pistas y los vestigios de magia que el hit-wizard había encontrado no habían sido lo suficientemente claros. Las personas que había estado allí sólo dijeron que había sido una figura vestida de negro que había desaparecido sin dejar rastro.

La mano de Harry se movió y Hermione le miró con más atención. La palidez del hombre era deprimente. El profeta había dejado claro que el mundo mágico estaba consternado a causa de el estado actual del héroe de guerra.

-¿Harry? -habló Hermione suavemente.

En respuesta él movió los labios y frunció levemente el ceño sin abrir los ojos.

Hermione le acarició el cabello y como acto reflejó el hombre abrió levemente los ojos pero los volvió a cerrar.

-Her... -Su voz no salía y sonaba muy baja. Se notaba que el pobre no tenía fuerzas.

-Tranquilo, aquí estoy. No te forces.

Volvió a abrir los ojos con dificultad y miró a la castaña.

Hermione se acercó y le sonrió.

-Que bueno que despiertas.

Harry intentó respirar hondo pero un intenso dolor en el pecho se lo impidió haciéndolo soltar un lastimero gemido y apretara los ojos con fuerza.

-Tiene mucho dolor -Le dijo a la enfermera.

-Iré por el sanador.

La chica salió y Hermione tomó su mano.

-Tranquilo ya te darán algo para el dolor.

Harry volvió a mirarla con la respiración agitada.

-¿Que... pasó? -Preguntó con dificultad.

Ella es míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora