Ella es mía

Agrio

Hermione

Por más que intentaba comprender lo que acaba de pasar se me hacía complicado y es que todo había pasado demasiado rápido sin darme tiempo a reaccionar o alertarme ante la situación.

Ron gritó "rojo" y en menos de un segundo todos se me echaron encima para cubrirme así que deduzco que a sido una alerta. ¿Alguien ha intentado atacarme?. Harry está a mi lado a sido el primero que me ha cubierto, pero siento como su cuerpo resbala hacia abajo como si estuviese cayendo... No esperen, ¡está cayendo!

-¡Harry! -Le llamo pero sus ojos están cerrados y aunque intento sostenerlo no puedo- ¡Lucian suéltame! -Exclamo mientras intento deshacerme de su agarre. Él lo capta y todos se apartan.

Harry está en el suelo y parece inconsciente.... ¿Qué rayos está pasando aquí?. Draco corre y se acerca a Harry para revisar si aún sigue con vida.

-¡Llévenlo a San Mungo! -Grita mientras se acerca a mi y sin darme tiempo para hablar siento el tirón conocido de la aparición.

Aparecemos y sin poderlo evitar vomito al instante, son demasiados eventos para asimilar y no estaba preparada para esto. Él se acerca y me acaricia la espalda.

-Está bien tranquila, ya estás a salvo- Dice con suavidad mientras me extiende un pañuelo para que me limpie.

Yo lo hago y por fin estallo- ¡¿Que pasó?! ¡¿Que fue todo esto?! -Pregunto con enojo sintiéndome tonta.

-Había alguien cerca, Weasley lo vio. Te estaba apuntando... Pero Potter se interpuso -Explicó con el ceño fruncido.

-¿Apuntarme con qué? -Pregunto pero acabo apenas de notar que no estamos en la mansión sino en otro sitio- ¿En donde estamos? Tenemos que ir a San Mungo -Exijo confundida.

-Sabía que dirías eso -Respondió seriamente- Pero llevarte al mismo tiempo que Potter era riesgoso así que te traje primero aquí, estamos en el patio trasero de la mansión Malfoy, solo hicimos una parada para dar tiempo a que los otros lleguen.

Yo asiento y observo la arquitectura trasera de la enorme mansión- ¿Aún vives aquí? -Le pregunto.

El asiente- Mi madre casi nunca está así que es como si viviera solo.

Yo asiento también y un elfo doméstico aparece de la nada.

-A Winky le pareció escuchar al amo -Dijo la pequeña criatura de ojos brillantes. Es uno de los elfos que se negó a abandonar la mansión en cuanto activé la ley, sólo que ahora recibe un sueldo y se viste bien.

-Si Winky, solo vinimos de paso. Debo llevar a la Ministra a San Mungo -Respondió Draco mientras hacía algo con su varita.

El pequeño elfo me miró y se sonrojó- Es la Ministra Hermione Granger -Dijo sorprendido.

-Sí, eso dije -Respondió Draco como si fuera obvio. Yo lo miré mal y el se encogió de hombros... Algunos hábitos nunca mueren supongo.

-Los elfos estamos agradecidos con su ayuda, ¿hay algo que Winky pueda hacer por usted? -Preguntó con timidez.

Yo sonreí- ¿Te tratan bien aquí? -Le pregunto ignorando a Malfoy.