My Masterpiece [Paul x Jasper]

~6~ Color a sexo.

"Rachel está cerca e irá a matarte. Te doy la opción de hacer lo mismo con las dos hijas del asesino de tu padre. Si, Jasper, Billy lo asesinó. Queda en ti hacer lo que desees. Puedes dejar en el suelo el regalo que te di y morir o hacer algo."

Esa grabación se detuvo y pronto entre sus manos tuvo la fotografía de su padre y él sonriendo.

Las mataré y después iré por Billy, papá, pensó Jasper mientras cogía ese precioso cuchillo de metal envolviéndolo entre sus dedos y lo apretaba bien, acomodándose la capucha sobre su cabeza, el tintineo de algo metálico se escuchó y pronto al girar un poco al cabeza, vio esa pulsera llegando a su mente un único nombre.

El creador de la grabación y de la pulsera era el mismo.

En un solo abrir y cerrar de ojos se encontró con una de sus manos sosteniendo el cuchillo, enterrándolo hasta la empuñadura en el abdomen de su hermanastra Rebecca pero nada se comparó con la sensación de enterrarlo en la frente de ella, no dudó en sonreír al sentir unas gotas caerle en el rostro tras retirar el arma.

Tan tibio que le hizo sentirse en sintonía con el universo.

Podía escuchar tan claramente su propia respiración mientras caminaba a paso lento y cauteloso por ese pasillo, tras dejar el cadáver en un charco de sangre, una de esas gotas había caído en su labio inferior, sacó la lengua para probar el sabor pero de inmediato lo escupió pensando que quizás podría envenenarse con lo víbora que había sido Rebecca en vida.

Tras eso, dio otro pestañeo que se le hizo un poco largo y pronto el rostro de Rachel estaba sobre el suyo, mostrando locura pura al intentar incrustarle ese cuchillo en donde fuera que le hiciera morir rápidamente, lo único que la detenía eran las manos de Jasper quien quería quitarse a la perra de encima para poder ser él quien pudiera tener el gusto de asesinarla.

Su cabeza giró y vio a Billy arrastrarse con pesadez por el suelo sucio, la cabeza de ese hombre estaba ensangrentada y esa sola vista le hizo sonreír al castaño, pero su descuido fue mucho y eso Rachel lo aprovechó, haciéndole un corte en la mejilla, superficial, sin embargo, le hizo sangrar.

Fue lo único que iba a recibir de esa mujer.

Le dio un fuerte cabezazo en la nariz y la lanzó fuera del alcance de ese cuchillo que salió disparado por el impacto. Jasper se incorporó y tomó el arma blanca que tenía aun la sangre de Rebecca en el. Se incorporó con el arma y la mirada de un verdadero psicópata. Rachel le había dado algunos buenos golpes, lo sentía en la cara y en el cuerpo pero eso solo lo había incentivado a que la muerte de quien fuera su hermanastra sea más que dolorosa.

– No se golpea a los hermanos mayores, Rachel. – Y ahí estaba ese Jasper. El castaño la tomó por los cabellos fuertemente para después estampar el rostro de la muchacha en la solida pared rompiéndole totalmente la nariz y escuchando sus quejillos y llanto mientras se arrastraba por el piso intentando ir por la única salida.

– ¿Le pedirás ayuda a papito? Él está ahí. – señaló Jasper con el cuchillo en la mano, y pronto sus ojos se cruzaron con los del hombre quien estaba temeroso de ver en lo que Jasper se había convertido; todo estaba saliendo perfecto, su hija y él habían dado una perfecta emboscada al castaño, regalándole unos buenos golpes pero pronto este se incorporó tras una pequeña pelea de ambos idiotas; Jasper tomó algo solido que no supo reconocer y lo estampó en la cabeza del hombre, esperaba haberle roto la cabeza.

Rachel fue contra él y la pelea dio inicio.

El joven varón se acuclilló tomando nuevamente por los cabello a Rachel mirando directamente a Billy. El hombre temía. Era un verdadero milagro que no se hubiera orinado en los pantalones.