I. Cursed

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"Despertarme cada mañana a leer, se me estaba haciendo una costumbre desde casa, en mi atrofiada mente llena de pensamientos oscuros sobre como completar mi cometido y leer me daba algún consuelo.

Empezó en el 6to año, en el idiota colegio a donde iré de nuevo a convivir con esos ineptos, desde que salí de la mansión, por un instante resultaba mejor que soportar esa lúgubre vibra interna y de gente desconocida rondando mi hogar; haciendo lo que querían como si fuera su casa, y el desorden... el maldito desorden que dejaban... hasta esos asquerosos elfos estaban asqueados de todo lo que sucedía, los compadecí por un momento al irme.

Al subirme al tren, soporte tener que dar explicaciones de lo que pasaría en el próximo año tanto a Pansy como a Zabini que no me dejaban nada tranquilo...

Ayer disfruté darle una paliza a Potter por husmear donde no debía, estuvo intentando escuchar mis conversaciones y lo deje a punto de perder la estación, aunque después tuve que soportar al odioso de Snape queriendo ser cordial para ayudarme... me están enfermando todos"

El sexto año había comenzado, Draco Malfoy estaba plenamente leyendo en su estante favorito de la Biblioteca, la parte más alejada de todo el lugar donde, cerca los reposed se admiraban un ventanal que daba al exterior, una excelente zona, lejos de todos. Decidió optar por escabullirse en la mañana, para ahogar sus pensamientos de su propio saboteo mental, distraerse del oscuro mundo situado en aquel estante profundizando su lectura.

Unos pasos se escuchaban ansiosos en el pasillo, mientras Hermione Granger, se acercaba a la Biblioteca mientras saludaba a Madame Pince.

-¡Buenos días, Madame!

-¡Hermione, que sorpresa saber de ti!. Como siempre eres de las primeras en visitar mi templo, aunque hoy alguien te ha ganado el honor de ser la primera.

Miró extrañada en pensar que hubiera alguien que despertara más pronto que ella por asistir a la Biblioteca, prosiguiendo su camino.

"Tengo una hora antes de Pociones y muchos espacios libres para acomodar nuevas materias, regresar a la Biblioteca me hace tanto bien... ¡Qué agradable es al fin tener paz! en la casa de Ron no podía leer con tanto alboroto"

Su mente divagaba mientras tomaba algunos libros de los estantes hasta que recordó el comentario de la bibliotecaria, todo estaba muy silencioso, así que prefirió centrarse en que solo faltaba un estante el cual era al final del corredor. Al girar, su sorpresa fue ver a un Draco Malfoy concentrado en un libro grueso muy viejo, tanto que las letras de la portada estaban extremadamente borrosas.

El rubio no se inmutó al ver que alguien venía, mientras del otro lado de la gris mirada, ella seguía buscando aquel libro que faltaba dándose cuenta que estaba exactamente detrás de aquel chico; él único que no hubiera deseado que estuviera allí.

Una parte de la castaña estuvo a punto de tirar la idea del libro hasta que él se fuera, pero el ansía que le provocaba romper su itinerario la propuso a reusarse en esa situación.

Mientras leía, sintió un raro acercamiento, Draco recordó que tenía las mangas de su camisa arremangadas y en una acción buscando ocultar su secreto se giro de tal forma que bruscamente chocó con algo...

Hermione no tuvo tiempo de reaccionar, golpeando fuertemente uno de los estantes... los libros, caían uno a uno, mientras solo se cubría la cabeza inmóvil esperando el deceso de aquellos encuadernados sobre ella.

En algún punto, al abrir los ojos sintió que ningún libro caía, Draco estaba sobre una extraña posición haciendo muecas de dolor, mientras los libros le caían en la espalda de este, dejando a la castaña debajo de él...

Ella solo le limitaba a mirarlo sorprendida, embelesada por alguna razón... algo atraía su ser en ese momento.

-Granger ¿podrías dejar de disfrutar la vista y detener esto?.- los penetrantes ojos grises del rubio se clavaron desesperados en ella con mucha molestia.

-Si claro, disculpa.- Hermione sacó su varita apuntando a los libros.

Madame Pince corrió al escuchar el estruendo, al ver que sucedía salió apoyar a la joven inmovilizando los libros que seguían cayendo en la espalda del Slytherin; angustiada se dirigió hacia ellos...

-¡Por Merlín ! ¿Están bien?.- levantó al adolorido Malfoy que sólo hacía más muecas y sostenía su espalda con una mano.- Llamaré a Madame Pomfrey para revisarlos, pero antes pueden explicar... ¿qué sucedió?

La angustia pasó ha ser molestia en los ojos de la bibliotecaria al ver el desastre y a los posibles daños físicos de sus preciados libros.

-Fue un accidente...- Hermione se levantaba lentamente del suelo y se dirigía al sillón donde Madame Pince llevaba al joven a sentarse.- yo quería tomar un libro y golpeé bruscamente el estante...

Draco se levanto adolorido sin querer dar explicaciones, quitándose las manos encima de Madame Pince para retirarse.

-Sr. Malfoy tiene que esperar que lo revisen.- Gritó Madame mientras él, presuroso, se dirigía a la puerta.

-Estoy bien, deje de exagerar.- y salió de allí.

-¿Usted está bien, Señorita Granger?. - la miró con extrañes.

-Estoy bien y yo también debo irme.- acomodándose la túnica para salir corriendo de aquella situación no sin antes una mano presurosa la detuvo por el hombro.

-Le comunicó que dado el suceso, ambos estarán castigados ayudando con otras necesidades de la Biblioteca, es imposible que crearan este desastre de la nada y no pienso tolerarlo, comuníquele al Sr. Malfoy que los veré mañana a la misma hora, notificaré a los jefes de sus casas...- mirándola con desdén al notar su acción de huida.

"...Podría solo quitarnos puntos..." .pensó Hermione con una expresión disgusto.

-...y no señorita, no puedo quitarles puntos en su primer día, ya que posiblemente nadie ha generado alguno aún, ¡vergüenza empezar en números rojos!-dijo exaltada.

-Me retiró.- así se fue molesta, muy extrañada de esa lectura de su pensamiento.

Razonando un poco en el camino, quedo confusa de ver una escena frente a ella. Draco estaba recargado en una pared moviendo las muñecas y el cuello adolorido, pronunciando maldiciones a diestra y siniestra. No comprendía en absoluto que estaba sucediendo por la mente del joven, pero era claro que él claramente no era el mismo de siempre.

-...no puedo ir a la enfermería con esto....- desarrendó las mangas de su blanca camisa, acomodando sus brazos y salió directo al Gran Comedor.

Hermione lo miro a lo lejos y pensó claramente su reflexión.

"...es muy extraño que no hiciera un drama cuando le gusta tanto llamar la atención... No dijo siquiera una ofensa, y al parecer quedó algo lastimado, normalmente pediría hasta una ambulancia con tal que todos lo compadeciéramos... Esto es muy raro..."

Al llegar y centrarse en su asiento, miró la cara de sus amigos donde la mirada de odio de Harry hacia un Draco se burlaba con ironía, algo había pasado entre ellos pero la chica se quedó fija hasta que una fuerte y gris mirada mordía una manzana con desdén levantando ambas cejas, haciendo que la castaña volteara sus ojos en blanco ante la acción.

"Solo es un idiota... de seguro no fue nada grave..."

Aquel Slytherin no bajo la mirada en ningún momento, al notar los castaños ojos de la chica cono lo ignoraba en el cruce de las miradas, no comprendía porque desde aquella mañana todo se trataba de la Gryffindor, pero aquella mirada le hizo causar un placer inmenso  al ver cómo correspondía molesta a su ironía.

Un disfrute extraño y tentador, se estaba divirtiendo, sonrió para si saliendo del Gan Comedor dirigiéndose hacia su lugar en el aula de Pociones.

In NoctemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora