VII. Oesed

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La cuenta regresiva ante las vacaciones estaba cerca, todos comenzaban a preparar sus baúles para volver a casa y tomar un descanso de las agitadas semanas de trabajo.

La noche anterior, Draco tuvo un encuentro con la Gryffindor, haciéndole ver los descuidos de la situación en que se encontraba, y esa mañana no encontraba fuerzas para salir de su cama. Resignado, soló por los quejidos en su estómago, salió por comida con desgane, al entrar al Gran Comedor se sentó a lado de Zabini y Nott, fingiendo estar interesado en la plática.

La incertidumbre de saber si Granger diría todo aquello de lo que se enteró, lo hacía mirar de reojo a la mesa de los leones buscando algún comportamiento diferente, pero solo vio entrar a Potter y Weasley como siempre.

"...ayer fue una situación muy extraña..."

Miró su brazo, que por primera vez en todo el año mostraba sin ningún temor.

"Ese hechizo que me mostró es muy complicado para cualquier estudiante, quisiera que no me sorprendiera que realmente controle su magia tan bien..."

Sonrió con tranquilidad por alguna inercia, su mano recordó el cálido tacto cuando la castaña le curó el puño...

"¿Estás pensando en ella? O peor ¿Estás confiando en ella?..."
 
"No me ha delatado"

"Es una sangre sucia, Malfoy"

"...me aborrecen los pensamientos de calma que me provoca..."

"...estás cayendo..."

Mientras mordía su manzana y comía sus panecillos, su mente comenzaba disputas que decidían que pensar de la leona; mientras que por fuera, se veía su cara arrogante disfrutando su desayuno en paz.

-...al fin tenemos las tardes libres.- gritó Crabe en el comedor.- estoy harto de hacer deberes, sólo porque los maestros hablan muy rápido.

-No hablan rápido, es que tú eres muy estúpido en ello.- protestó Blaise en la intromisión.

-.Yo... solo... quiero... comer sin que me... interrumpan.- expreso Goyle llenando su boca de comida ignorando las conversaciones.

-¡Hey! Crabbe, Goyle, quiero verlos en la Sala Común por la tarde, sin retrasos, por favor dejen de comer con la boca llena, no sean asquerosos.

Ambos afirmaron y siguieron en su dicha. Mientras que Draco se levantaba a retirarse de nuevo en su habitación.

Hermione seguía hundida en sus cobijas, abrazando sus almohadas, mirando a la nada. Tenía en su mente una guerra de moral y también de mantener la palabra por aquello que vio la noche anterior, vagas ideas en la mente de todo los escenarios y ninguna era favorable para nadie.

Si le decía a Harry sobre Draco, el pelinegro actuaría por impulso, no vería las cosas como ella; con la obsesión que se acreditaba ese año Potter por la serpiente, podrían matar a los Malfoy... y sería su culpa; si conservaba el secreto... Malfoy seguiría su plan, podría lastimar a alguien... a lo cuál también sería su culpa dejarlo suelto.

"...o podría convencerlo de abandonar todo y así todos se salvarían..."

"Ridícula... es Malfoy... no cualquiera"

"...no es un asesino... sólo tiene miedo..."

La imagen de aquella noche regresó...

"...anda, veté...".- le dijo Draco regresando su varita rozando su mano de una inusual forma.

"...sólo está confundido.."

In NoctemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora