Capítulo 4

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- ¿Y a donde se supone que te tienes que ir?

- Volare a Inglaterra en dos días – responde Abisambra retocando su lápiz labial.

- ¿Tú y Calle? ¿Así sin más?

- El papa de Daniela debe viajar por algunos temas sobre el proyecto, soy su asistente – le contesta mirándola por el espejo-

- ¿No se supone que su hija o incluso Juancho deberían acompañarlo?

- Solo iré yo, Juan Pablo de recursos humanos y su abogado.

- ¿Lucca ira con ustedes?

- Mjm ¿Tenias alguna cita con él o algo?

- ¡No! Solo salimos entre amigos, nunca acepte salir sola con él. Siento que no terminare bien si lo hago.

- No es malo, eres la única que le ha puesto un freno y aun le sigue hablando. No esta acostumbrado a ese tipo de relación, quizá te ve como una amiga.

- ¿Y que hay de ti y ese viaje?

- Estoy acostumbrada Poché, de hecho no me molesta para nada, las reuniones son temprano y luego tengo la tarde libre para pasear y hacer shopping.

- ¿Que tanto parlotean por aquí? – bromea Mariana entrando al sanitario – Ah, Poché, Daniela pidió que vayas a su despacho.

Jesucristo ¿ella nunca va a estar sin pedir algo por al menos una hora?, pensó la peliazul.

- Quiero que sepas que deberás traerme algún regalo de ese viaje Daniela Abisambra Bernal – le reta antes de salir.



- ¿Me buscabas? – pregunta Poché ingresando al despacho.

Daniela quita los ojos de su pantalla para centrarlos en ella.

- Disculpa, ¿en Colombia no había puertas?

- ¿Qué?

- ¿Podrías tan solo golpearla una vez y esperar a que te diga que entres? María José no puedes seguir solo ingresando a la oficina cada vez que te llamo.

Quería protestar pero sabía que Daniela tenía razón, no se había fijado en ese detalle.

- Se supone que si me llaman debo estar lo antes posible, no considere eso. Lo hare mejor la próxima vez. ¿Que necesitas pedirme?

- Sal y vuelve a entrar. –dice luego de unos segundos.

- ¿Disculpa?

- Eso te estoy pidiendo, sal y vuelve a entrar en condiciones.

- ¿Hablas en serio?

La castaña no responde solo mira su reloj.

María José suelta un largo suspiro, sale del despacho golpea y entra.

- ¿Feliz?

- Yo no he dicho que podías pasar. ¿Que si estoy con alguien?

- ¿Ves a alguien más aquí?

Vuelve a mirar su reloj y hace un gesto levantando sus cejas.

Poché golpea su taco en el piso con un gemido de exasperación para volver a salir y golpear la puerta.

Daniela espera con una sonrisa burlona en sus labios que borra al instante en que la deja entrar.

-¡Poché! Te estaba esperando. ¿Podrías sacarme 15 fotocopias de esta hoja, por favor? – pide entregándosela – la necesito lo antes posible. Dile a Mariana que le entregue 5 a mi padre y el resto a Juan. Gracias – dice volviendo su atención al computador.

La peliazul entrecierra los ojos y se dispone a salir para cumplir con su pedido pero se vuelve.

- Oye, tú no tienes que viajar ni nada por el estilo ¿verdad?

- ¿Porque lo dices?

- Abisambra viajara con tu padre en unos días, creí que si tu viajabas quizá yo...

- ¿Me estás diciendo que quieres viajar conmigo? – pregunta volviendo su atención a ella.

- ¡No! Solo quería saber que sucedería llegado el caso.

- Lo tendré en cuenta. Ahora si no te molesta, necesito las copias.

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- De más esta decirte que no le abrirás la puerta a nadie. Y controla que el seguro del gas este correctamente antes de dormir.

- Por supuesto mami, tendré en cuenta todas esas cosas antes de esconderme debajo de las mantas para protegerme de los monstruos.

- ¡No puedo creer que vaya a perderme tu primer partido! Lo siento mucho, lo recompensare ¡Lo prometo!

- No te preocupes. Es solo un amistoso, el torneo no comienza hasta dentro de un mes, ahí si no te permitiré que faltes a ningún partido.

- Estaré ahí, en primera fila. ¿Podre llevar un cartel que diga "Run, Poché, Run"?

Ambas sueltan una sonora carcajada antes de seguir hablando.

- Hazlo y prometo hacer que no te conozco.

- Bien, lo tendré en cuenta. Escucha, mi celular no tiene buena señal aquí, le escribo a Daniela pero aun no le llega, ¿Podrías avisarle que estoy bien? La llamare cuando pueda, me da miedo que ella lo intente y no pueda comunicarse.


Como si le importara, piensa Poché revoleando sus ojos.

- Le daré el mensaje si llego a verla. Cuídate y llama pronto.

- Gracias, lo hare y Poche... Trabajas con ella es imposible que no la veas.
– ríe antes de cortar.

Trabajaba con ella, prácticamente era su asistente personal. Esa castaña no dejaba de molestarla ni un solo segundo. Aunque sorprendentemente la trataba de una forma puramente profesional.

Ya había oído todos los comentarios de pasillos que circulaban en la empresa. Hacía casi un mes que trabajaba allí y se había enterado que la gran mayoría de las mujeres de su piso de varios otros, cabe destacar que el edificio contaba con 25 pisos más la terraza, tenían una fantasía con Daniela si no es que ya la habían cumplido. Siendo heterosexual u homosexual, casadas o solteras. Todas ellas quieran o habían estado con Daniela Calle.

María José aun no entendía por qué, ella no había estar con esa mujer, ni quería tampoco. A su vez le daba pena que su amiga no vea eso. Pero lo que si entendía era que se había enamorado, y no quería que esa estúpida castaña le rompa el corazón. Por que no se lo merecía.

Estúpido Amor (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora