Capítulo 12

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- ¿A qué edad perdiste tu virginidad?

Ambas estaban sin poder dormir, así que no paraban de contarse cosas sobre la otra.

- Vas a sorprenderte cuando te lo cuente.

- ¿Por qué? – pregunta María José contorneando su corazón con el dedo.

- Tenia 18 años – responde suspirando.

- ¿En serio? – pregunta mirándola con atención.

- Ajam.

- ¿Porque tanto?

- Es una larga historia...

- Bueno, aun tenemos 3 días por delante.

- Me enamore de mi mejor amiga cuando tenía 15 años, pero se lo oculte. Ella era bisexual, así que no suponía un problema el que yo sea lesbiana. Tuve algunas mujeres en el camino, pero yo estaba tan obsesionada que quería que fuese solamente ella. Incluso, debes en cuando nos besábamos delante de chicos para provocarlos. Así que tan solo espere...

- ¿Y sucedió?

- Si... pero no de la forma que hubiese querido. Fuimos a una fiesta luego de la graduación. Habíamos tomado bastante, incluso yo más que ella. Así que fuimos tropezando hacia la caseta de la piscina y me deje llevar. Perder la virginidad de esa forma fue lo más incomodo del mundo.

- No fue nada considerada...

- No... Aunque ella nunca lo supo, siempre pensó que yo había estado con alguna de las chicas con las que salía.

- ¿Que paso después?

- Yo como toda idiota no tuve mejor idea que confesarle lo que sentía por ella. Pero no solo me rechazo, sino que me dijo que para ellas la mujeres eran solo una diversión, que yo era terrible en la cama. Me dijo que necesitaba alguien con más experiencia así que me cambio por un chico de la universidad.

- ¿Hablas en serio?

- No la vi más luego de esa charla. Odie a la Daniela de ese momento, así que... bueno, supongo que comencé a adquirir experiencias. Bebía casi todas las noches, me la pasaba en fiestas, creí que eso iba a acabar una vez que logre graduarme pero no fue así. Lleve esa vida durante mucho tiempo, tú conociste a esa versión de mi, pero ya no más. Tu marcaste ese cambio – asegura mientras le acaricia el brazo.

- Bueno, me alegro que así sea. – María José se acomoda a horcajadas sobre ella – y me alegro que ella no esté más en tu vida. Así y yo podre disfrutar de todos tus aprendizajes – susurra dándole un sensual beso.

- Momento, ¡tu no me dijiste cuando fue tu primera vez!

- No preguntaste.

- Lo estoy haciendo ahora.

- Tenia 16

- ¡Matare al desgraciado que arrebato tu virginidad de tan joven!

- ¡Tranquila! –ríe– fue mi novio desde los 13 años. ¡Me sorprende que haya esperado tanto!

- ¿Que paso con él?

- Fue mi novio hasta los 18. Luego se fue a Argentina por una beca de estudios. Me propuso irnos, me negué, y aquí estoy...

- ¡Gracias a dios! – exclama abrazándola contra ella mientras la besa.

El beso comienza a subir su temperatura. Las mantas vuelan y sus manos vagan por sus cuerpos desesperadamente.

La peliazul baja hasta sus pechos, besando, mordiendo y chupando su piel, haciendo retorcer a su jefa. Continúa su camino de besos, pasando la lengua entre su pecho y su vientre, besa su ombligo y sigue bajando.

- Poché... n..no tienes que hacer eso.

- ¿Por que no? – susurra sobre su piel.

- No... no suelo...

- ¿Otras de tus reglas, verdad? Bueno, lo siento pero voy a romperla también.

Daniela se deja caer, no estaba acostumbrada a dejarse llevar por otra mujer. Pocas habían logrado tocarla demasiado, sobretodo de esa manera tan intima como Poché lo estaba haciendo. Con el tiempo aprendió a persuadirlas y hacerlas gozar de tal forma para que se olviden de querer tocarla tan íntimamente.

Poché entendió lo que estaba pasando, pero no le importo. Calle había roto demasiadas barreras y ella iba a hacer lo mismo.

Continúo bajando hasta besar su sexo. Por supuesto que nunca lo había hecho, pero lo iba a hacer tal y como lo hacía Daniela con su boca.

- Vas a mirarme – exige.

La castaña sin poder creer lo que estaba escuchando abrió los ojos y observo como Poché sacaba su lengua y la probaba, sin romper el contacto visual.

Aquella visión de una peliazul sensual y atrevida deleitándose con su sexo la volvía loca.

- Por dios, Poché - gimió como pudo.

María José sonrió al notar cómo se retorcía de placer así que empezó a acelerar su ritmo. Lo estaba logrando, pero antes de poder terminar su trabajo es arrastrada hacia arriba.

- ¡Oye! – se queja.

- Necesito tenerte en este momento o voy a enloquecer.

- Era la idea.

- Ya tendremos tiempo de repetirlo. Ahora... – toma una de sus manos y decididamente la lleva hasta su propio centro – Voy a dejarte entrar en mi, me entregare a ti como tu lo hiciste conmigo.

Antes de que pueda hablar, María José vuelve a besarla acariciando la mano que tenia tomada.

Estúpido Amor (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora