Capítulo 3

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Había pasado una semana donde Daniela había cenado varias noches en la casa de Abisambra. El miércoles se había muerto de rabia al oír que María José saldría con Lucca, ese desgraciado estaba haciendo un buen trabajo, y ella aun no había logrado nada. Poché la ignoraba completamente. Era consiente de que la había cagado al insinuarse tan rápidamente en aquel pasillo, pero jamás le había pasado que una mujer el rechace.

Abisambra le había contado que Poché jugaba al futbol. Todas las mañanas salía en busca de trabajo para luego poder entrenar en un club al que se había inscripto por las tardes. Daniela no podía creer que existiese una mujer que juegue al futbol, ¿En que estaba pensando esa chica cuando decidió dedicarse a eso? ¿Había algo mas varonil que ese deporte'? También supo que Poché nunca salió con una mujer. Había tenido un novio cuando adolescente, pero que lo había dejado un tiempo antes de mudarse allí.

A pesar de enterarse de varios detalles sobre la vida de la peliazul, Calle no iba a desistir de aquel trato. Después de todo, no quería ganar a María José para casarse con ella, solo se sacaría las ganas y disfrutaría el resto de su vida gozando a Lucca por aquella mujer que él nunca pudo tener.

- Adelante – respondió Daniela al llamado de la puerta-

- Lo siento, ¿Puedo hablar contigo unos minutos? – pregunta Abisambra asomándose.

En realidad nunca preguntaba, solo irrumpía en la oficina sin más, pero el que hablara tan educadamente quería decir que algo pasaba.

- Necesito pedirte un favor...

- Siéntate.

- Mira, se que esto no tiene nada que ver en nuestra relación, que a su vez tampoco la mezclamos con el trabajo. Pero si pudieras hacer esto por mi, realmente estaría tan agradecida que..

- ¿Abisambra estas enferma?

- ¿Que? ¡No!

- ¿Entonces?

- Acabo de hablar con tu padre.

Daniela se tenso al oír esa frase.

- Le pedí si podía considerar tener en cuenta a Poché para alguna clase de empleo. Ella realmente necesita pagar sus cuentas y no me permite ayudarla. El dijo que lo hablaría contigo para ver qué podía hacer, y por eso estoy aquí. Necesito que convenzas a tu padre de que Poché cumplirá y es digna de trabajar en esta empresa. ¿Podrías hacer eso por mí?

¡Vaya!, pensó Calle. Después de una semana buscando la forma de acercarse a ella, finalmente Abisambra le servía su oportunidad en bandeja. Después de todo, en algo tenía que servir su relación.

- Es difícil, veré que puedo hacer.

- ¿En serio lo harás? Dios Daniela gracias – dice suspirando – Ella no tiene que enterarse de esto, la obligue a colgar su curriculum en la bolsa de trabajo así que podríamos decir que la contactan de allí.

- Paso a paso. Primero debo hablar con mi padre, pero hare lo posible.

- Gracias por preocuparte por ella, es un gran gesto. Te lo compensare lo prometo.

Abisambra seguía con esa estúpida idea de que toda acción de Daniela por María José lo hacía puramente por ella.

- Hey, bro ¿Tienes un minuto? – pregunta Calle irrumpiendo en la oficina de Juancho.

- Los papeles no se entregan hasta las 6, ¿que haces aquí?

- ¿Que no puedo pasar a visitar a mi amigo?

- De acuerdo, ¿que me vas a pedir?

- Me duele que pienses así de mi – dice fingiendo estar dolida con una mano en su pecho.

- Mierda, me vas a pedir algo. Y imagino con que o quien tiene que ver, así que la respuesta es: No.

- ¿Como que no? Si sabes entonces debes saber también que la respuesta debe ser si.

- No voy a participar de esa estúpida apuesta, Daniela.

- No es nada, ¡solo tienes que llamarla!

- ¿Llamarla? Ahora si que tocaste fondo Streetsoto...

- ¡Que no me digas así! – dice exasperada – logre que mi padre le de empleo en la empresa. ¿Y adivina que? Me amaras cuando te diga que nos conseguí secretaria.

- ¿Nos?

- ¡Por supuesto! La estúpida de Mariana no puede con administración y nuestros recados, así que, solo mate dos pájaros de un tiro.

- ¿No se supone que se tiene que ocupar recursos humanos de eso?

- Lo hará, luego de tu llamada – le acerca el teléfono a la mano.

- Sabes que te estás volviendo completamente loca, ¿verdad? – lo toma pero se detiene a mirarla.

- ¿Eso quiere decir que lo harás? – pregunta inclinándose hacia él con una sonrisa.

- Mándame un mail explicándome todo y veré que hago. Pero la vas a pagar muy caro, Streetsoto.

- Por algo eres mi mejor amigo y mano derecha, te escribo luego – dice mientras sale corriendo hacia su despacho – ¡Y deja de llamarme así! – exclama al salir.

Era una jugada que tenía que planear muy delicadamente. Cualquier error que comenta nuevamente y su apuesta estaría perdida.

Estúpido Amor (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora