Nataniel; Alex.

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En la cena con mis padres, quede advertido.
No puedo hacerme el asocial y tratar de hacer los trabajos individualmente, les prometí intentarlo, así como mi madre prometió tratarme como un estudiante más, no como su hijo.

Al parecer mi compañero de trabajo es muy amigable, además inteligente, pensé que era de esos estudiantes amadores de fiestas, que ignoran las clases, y  dejan todo para última hora.

Para mi sorpresa es todo lo contrario, con un toque humorístico único, me recuerda mucho a bella, se sentaba junto a mí y de vez en cuando charlábamos un poco de nuestras vidas.

—Oye amigos, ¿vas almorzar con alguien?

Me pregunta Jaime.

—Emm, no conozco a más nadie en este instituto.

—Ah, cierto que eres nuevo, bueno desde ahora ¡me declaro tu guía turística!

—Ok, ok, no me opongo.

Suena la campana anunciando así la hora del almuerzo.

Jaime me condujo hasta la cafetería, después de ir por nuestro almuerzo, nos sentamos en una de las mesas.

—Entonces, como quedamos para el trabajo de matemáticas, ¿voy a tu casa?, ¿vienes a la mía?, podemos hacerla en un café, lo que decidas amigo.

La veo, la misma chica de ayer, y creo que me observa.
Es muy linda, tiene una frescura muy agradable en su rostro, ojos grandes de un gris increíble, pestañas grandes, cejas delgadas, pómulos redondos, aunque con ojeras muy marcadas, igual no deja de verse bonita.

Veo que la chica que esta con ella se acerca muy rápidamente a la mesa, por detras de Jaime y le dice.

—¿Acaso te doy vergüenza Jaime? Quien te crees que eres para ignorarme imbécil.

—¡Calma bestia!, no te había visto, se te olvida que tengo miopía.

—Te la dejo pasar esta vez, pero solo si me dices quien es tu amigo, no lo había visto por aquí.
¿Eres nuevo, chico?, ¿Jaime tu amigo no habla?, no se lengua de señas.

—Si habla tonta, es nata el nuevo chico de mi aula, pero con esa cara tuya quien no se espanta.

—Por favor, todos saben que soy irresistible, mejor vamos a la mesa con Alex, de paso le presentas a tu nuevo guarda espaldas.

—¿Tiene el postre de fresas?

—¡Déjala en paz Olivera!

Llegamos a la mesa, la veo de cerca se ve más bonita.

Escucho decir a Jaime del porque me dice nata, ¡vaya que es ocurrente!
Como todo caballero le extiendo mi mano.

—Hola, soy Nataniel.

Ella muy Tímida me responde.

—Alex.

«Que dulce voz tiene»

POR UN FINAL FELIZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora