Capítulo 12

5.6K 370 34
                                    


Lauren POV


Estuve todo el día nerviosa pensando en la cita que tenía por la tarde. Camila se pasó la mañana dándome ánimos y asegurándome que todo iba a ir de maravilla, pero yo no lo veía tan claro. Sólo iba a mantener una conversación con Shawn, pero él tenía todo el derecho del mundo a reprocharme mi amargo comportamiento de hacía cuatro años. Y no lo culpaba. Si las cosas hubieran sido al revés, probablemente yo no habría querido saber nunca nada más de la persona que me echó de su casa de aquella manera.

Camila se fue al colegio después de comer, y antes de despedirse de mí me dio un beso en los labios dándome ánimos de nuevo. Y se lo agradecía, pero sólo conseguía ponerme más nerviosa.

Faltaban quince minutos para las cinco, y yo me encontraba lista y preparada para encontrarme con él. Le eché una ojeada a Tabby, que se encontraba acurrucada sobre uno de los cojines del sofá, y negué con la cabeza. Hacía poco más de un día que estaba con nosotras y ya se había adueñado de media casa. Había dormido con nosotras toda la noche anterior, y a pesar de que me quejé diciendo que aquello no se volvería a repetir, era plenamente consciente de que acabaría cediendo con ella. A partir de aquel momento seríamos tres en la cama.

Tragué saliva al darme cuenta de que ya iba siendo hora de marcharme, y con una respiración profunda salí de casa. En cuanto llegué a la cafetería, me dirigí al sitio que siempre habíamos ocupado Shawn y yo al percatarme de que estaba vacío. Uno de los camareros me apartó una silla para que pudiera acomodar la mía, y después de agradecérselo con una mirada me dispuse a esperar a mi amigo. Shawn llegó al cabo de un par de minutos y me dedicó una sonrisa cuando me encontró en la mesa que, de alguna forma, nos había pertenecido en el pasado.

–Hola, Lauren. ¿Hace mucho que esperas? –preguntó después de sentarse enfrente de mí.

–No, no hace ni cinco minutos que he llegado.

En aquel momento la camarera llegó para hacernos el pedido, y se marchó cuando lo tuvo anotado.

– ¿Cómo estás? –me dije que estaría bien ser yo la que iniciara la conversación.

–Bien. Como ya te dije el otro día, todo me va muy bien. Es extraño y me da miedo, porque tarde o temprano algo tiene que dejar de ir tan bien, pero… De momento estoy aprovechando la buena racha.

Sonreí levemente y asentí en silencio, alegrándome por él.

– ¿Y tú? ¿Qué tal todo?

–Pues, sinceramente, muy bien –admití por primera vez en mucho tiempo. –Voy a rehabilitación casi a diario y… hace poco que conocí a una chica.

– ¿En serio? –inquirió, gratamente sorprendido.

–Sí –le expliqué resumidamente mi historia con Camila, y él la escuchó de cabo a rabo en silencio. Sólo nos interrumpió la camarera al traernos los pedidos, pero nada más.

– ¿Y ya viven juntas? –preguntó con una sonrisa pícara.

–No tergiverses los hechos –le pedí con diversión. –Ya te he contado el problema que tuvo en su piso.

–Sí, pero no me dirás que ese problema no las benefició a ambas.

Me reí y asentí lentamente, sabiendo que tenía razón. Comencé a inquietarme cuando nos quedamos en silencio, y supe que había llegado el momento de poner las cartas sobre la mesa.

–Siento muchísimo cómo te trate hace cuatro años –comencé.

–Lauren…

–No, necesito que me escuches. Por eso estoy aquí –respiré hondo para darme valor, y después lo solté todo: –He pasado todo este tiempo sintiéndome como una mierda por cómo me comporté contigo cuando fuiste una de las pocas personas que realmente estuvieron conmigo. Mis demás "amigos" ni siquiera se molestaron en preguntar cómo estaba, pero tú… –negué con la cabeza y con los ojos cerrados. –Sé que no merezco que me perdones, sino todo lo contrario, pero me gustaría saber que al menos no me guardas mucho rencor.

So she dance (Adaptacion Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora