Lauren POVDos años más tarde…
Escuché el sonido del timbre justo cuando cerré el libro después de haberlo acabado. Sonreí y, ayudándome de mis brazos, me puse en pie lentamente.
– ¡Ya voy! –exclamé para dejárselo claro tanto a Camila, que estaba terminando de vestirse, como a las personas que se encontraban tras la puerta.
Tabby, que había crecido considerablemente desde que Camila la trajo a casa siendo una cría, alzó perezosamente la cabeza del sofá y maulló en dirección a la puerta. Después bostezó y volvió a acurrucarse sobre el cojín en el que se encontraba dormitando. Aún era una gata joven, pero a causa del calor que hacía se pasaba la mayor parte del tiempo durmiendo.
Dando pasos cortos pero certeros llegué a la puerta y la abrí, encontrándome con Dinah y con Mani al otro lado.
–Hola, chicas –las saludé con una amplia sonrisa. Me eché un poco hacia atrás y abrí un poco más la puerta. – Pasen. No creo que Camila tarde mucho.
–Uy, eso significa que estaremos aquí hasta mañana –rezongó Dinah entrando en el piso justo antes de darme una palmada suave en el brazo.
Le di un beso a Mani en la mejilla cuando hizo lo mismo y después cerré la puerta.
–Que sepas que te he oído –le respondió Camila con una ceja alzada, apareciendo de repente. –Y para tu información, ya estoy lista.
–Entonces, ¿podemos irnos ya? –pregunté yo.
–Por supuesto. Te vas a llevar la silla, ¿no?
–Claro.
Caminé de nuevo hacia el salón con lentitud, pues ese era el ritmo que mejor aguantaba mi cuerpo. Hacía varios meses que me pasaba la mayor parte del tiempo caminando, pero tampoco me forzaba demasiado ni le exigía a mis piernas más de lo que podían soportar. A veces Camila y yo dábamos la vuelta a la manzana con tranquilidad, íbamos a dar paseos cortos y continuábamos yendo a rehabilitación. Yo no me obligaba a caminar siempre porque era consciente de que no podía hacerlo, pero cuando sentía que mis piernas estaban dispuestas, no había nadie que consiguiera sentarme en mi silla.
Sin embargo, aquella mañana que íbamos a hacer un picnic sí que me la iba a llevar porque no quería arriesgarme a cansarme demasiado. Además, la silla no me molestaba en absoluto. Había comprendido que era un objeto imprescindible en mi vida, y no iba a abandonarla sólo por orgullo. Mi salud era lo más importante.
Así que me senté en la silla y todas bajamos a la calle, dispuestas a pasar un gran día de picnic. Dinah había traído su camioneta, por lo que, tras guardar la silla en el maletero, me ayudó a subir en el asiento de copiloto. Sentí la mano de Camila, que estaba sentada en los asientos traseros junto a Mani, que me acariciaba la parte posterior de la cabeza, y sonreí levemente.
– ¿Estás bien? –me preguntó acercándose al asiento delantero.
–Sí. Perfectamente. ¿Y tú?
–También. Con ganas de pasar un buen día.
Asentí en silencio y con una sonrisa, y después miré a Dinah sentarse en el asiento del conductor. Nos dedicó a Camila y a mí una mirada de fingida reprobación.
–Espero que no se esten pasando mano en mi auto.
Aquel comentario me hizo sonreír.
–Tranquila, esperaremos a llegar al parque para hacerlo.
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So she dance (Adaptacion Camren)
DiversosPorque verla bailar era su salvación. Lauren Jauregui, quien sufrió un accidente y desde entonces esta postrada en silla de ruedas. Camila Cabello, su vecina quien baila todas las tardes y hace que la vida de Lauren tenga algún sentido... Dos person...