Capítulo 19

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Lauren POV

Nos levantamos cerca del mediodía, pues ambas habíamos permanecido despiertas hasta muy tarde hablando sobre todo y sobre nada a la vez. Mani llamó para asegurarse de que todo estuviese bien, y Camila me preguntó si estaba de acuerdo en comenzar con mi rehabilitación avanzada al día siguiente, para así avisarle a Dinah. Obviamente le dije que sí, a pesar de que estaba asustada, también estaba emocionada por ver hasta qué punto era capaz de aguantar. Después de aclararlo todo con Dinah, ella llamó a Shawn para que reservara la sala, y después de colgar, se sentó en el sofá para pasarse lo que restaba del día haciendo nada.

–Estoy muerta –murmuró mientras estiraba los brazos y las piernas. Entonces, de repente, me miró con mucha atención. – ¿Cómo te encuentras? ¿Hoy no te duele nada? ¿No tienes fiebre?

Se levantó del sofá para colocarme la mano en la frente y así asegurarse.

–Estoy perfectamente.

–No confío, iré a buscar el termómetro.

–Camila, no es necesario. Pero si te empeñas, ya iré yo a buscarlo –me dije que aquél era el momento idóneo, por lo que me dirigí a nuestra habitación y, en vez de sacar el termómetro, saqué la cajita en la que se encontraba guardado el colgante para ella.

Cuando regresé al salón me la encontré sentada de nuevo en el sofá, y en cuando me vio se puso en pie y me tendió la mano para que le entregara el aparato. Sin embargo, lo que le entregué fue la caja, dejándola con los ojos abiertos de par en par.

– ¿Qué es esto?

–Un regalo.

Camila frunció el ceño y me dedicó una mirada de incertidumbre.

– ¿Estás intentando escaparte?

–No, después me pondré el termómetro, te lo prometo, pero primero abre el regalo, por favor.

Se mordió el labio inferior y dio unos cuantos saltitos, emocionada, como si fuese una niña pequeña.

–Pero… ¿por qué? Que yo sepa no es mi cumpleaños.

– ¿He de tener un motivo para regalarte algo?

–No… pero… –exclamó con una amplia sonrisa.

Después de respirar hondo abrió la caja lentamente y, cuando la tuvo abierta, me miró fijamente y con la boca entreabierta. No supe si aquello era una buena señal, por lo que sonreí levemente, esperando su reacción. Como ésta no llegó, decidí que debería dar el primer paso:

– ¿Te gusta?

Sin decir una palabra, ella sacó el colgante de la bailarina y se lo colocó en la palma de la mano para poder verlo mejor.

–Es hermoso –murmuró sin apartar la mirada del obsequio que acababa de darle. – ¡Me encanta! –Acto seguido dejó la caja sobre el sofá y casi se abalanzó sobre mí para abrazarme intentando no hacerme daño con su efusividad. Me dio unos cuantos besos en la mejilla y después uno más largo en los labios, sin soltar ni por un momento el colgante. –Pero ¿por qué?

Me encogí de hombros, todo lo que su brazos que se encontraban alrededor de mi cuello, me permitieron.

–Quería regalarte algo sólo porque sí. Cuando vi el colgante pensé automáticamente en ti, y… creí que te gustaría.

–Me encanta. Es muy hermoso. ¡Muchísimas gracias! –volvió a besarme en la mejilla y después se puso en pie. –Voy a buscarle una cadena, ya vuelvo.

So she dance (Adaptacion Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora